ZOOM
Ya sabemos que el coronavirus nos ha cambiado todita la vida: cómo y cuánto dormimos (no sé ustedes pero mi sueño de bebe gorda, ha desaparecido y mis horarios nocturnos se han trastocado), cómo interactuamos (alabado seas Zoom…hasta una tranquita nos metimos con mis queridas brujitas), qué y cuánto comemos (dependiendo de los productos y cuándo me lleguen). También nos ha cambiado la forma de trabajar: m e encuentro en una carrera vertiginosa, metiendo mi salón de clases dentro de una pantallita, de la que despotricaba horrores, pero que ahora quiero con toda mi alma, pues sin ella, no tendría trabajo, perdón, teletrabajo. Con la pantallita dichosa, debo lograr que mis alumnos aprendan todo lo que he previsto para el curso, tengo que conseguir que no se desmotiven y desaparezcan de mi lista de participantes. Tampoco quiero que se burlen (tal como hemos visto en diversos y, para mí, tristes, memes). Debo defender con uñas y dientes, mi es...