- Día 0, henos aquí haciendo cola en un supermercado, para comprar lo que sea, pero teníamos que comprar para la encerrona que se avecinaba. Encuentro una cola chiquita, de PH, pienso, qué lechera soy. Pregunto al señor delante mío y me dice "la cola es cortita ahora, pero espérese a la tarde, cuando saquen el papel" Juattttt?, debía esperar cinco horas si quería contar con ese -ahora- preciadísimo objeto. No, gracias, paso. Me voy a mi bodeguita: tenía casi todo lo que necesitaba, sin las temibles aglomeraciones.
-Día 1, estaba con intriga y expectativa, total: quedarme metida en casa, 24/15 con los míos no sonaba a un mal plan. No entendía o no quería entender, la magnitud del problema.
Full limpieza, para qué pagar a Epifania cuando yo limpio mejor, pensé - erróneamente.
¡Terminé con un dolor que eran dos!! Tuve que tomar antiinflamatorios, porque me dolía hasta el pelo.
En mi casa, se organizaron las computadoras, de manera que cada quien pudiese cumplir su trabajo de manera óptima: hasta mi enana # 4 se sienta muy puntualita ella, frente a la suya a hacer tareas, que termina demasiado rápido, para mi gusto.
-Día 2, ¿qué hacer? Además del desayuno, almuerzo y comida?
Pues ya no me quedaban fuerzas para nada más.
¿Hay que bailar salsa, tomando un pisquito? me preguntó mi consuerte. Mmmm, dame mejor un coctel, ¡pero de analgésicos! porque me sigue doliendo hasta el alma, respondí mentalmente.
"Mejor bailemos mañana" - le dije. "Hay que ver el noticiero". Todo es coronavirus, aquí, en Italia y en la China! Cuántos se contagiaron, cuántos murieron, qué países pasaron a la fase 3, quiénes incumplen las leyes y siguen saliendo a la calle, irresponsablemente. ¡Terrible, se siente una situación catastrófica y triste! Nos enteramos de muertes, gestas heroicas, situaciones al límite.
Quisiera que estuviésemos todos juntos pero dos de mis polluelos están lejos: una, en un lugar donde la situación ha llegado a extremos pavorosos, de contagios y muertes, y el otro, en un país que aún no despierta de su letargo y de la inacción de su Presidente y que, cuando reaccione, esa demora, va a costar muchas, demasiadas vidas.
Aquí, nuestro Presidente ha tomado medidas extremas, creo, en el momento justo. Vimos reacciones variopintas al toque de queda: desde un iracundo Bayly que se me cayó al suelo, hasta una acertada Juliana, pidiendo calma y explicando con sensatez, la situación y la medida dada.
Pienso que esta pandemia es un reclamo de la naturaleza a los seres humanos. Es una manera - cruel- de purgarse y eliminar por un tiempo todo el maltrato que recibe diariamente. Recuerdo haber estado en Venecia, en pleno verano europeo y haberle comentado a mi esposo que sentía como si esa belleza de lugar estuviese a punto de colapsar, no solo por las hordas inimaginables de turistas (chinos en su mayoría) que nos hacían caminar como en procesión, sino por sus aguas turbias y por esas múltiples y bellas construcciones antiguas, que se van hundiendo año a año. Ahora veo por las noticias, una ciudad vacía, un cielo limpio y agua casi cristalina, en los bellos canales. Han llegado hasta ahí, lindos delfines!
Lo mismo está sucediendo con nuestro cielo y nuestro aire, menos contaminado. Creo que este virus, le ha traído un respiro de aire puro al planeta, no de la forma que hubiésemos querido, obviamente.
Mi cocina fue aprobada y mi hija # 4 dijo, "mami, que nadie venga a cocinar ni limpiar, lo haces tú todo, mucho mejor! Gracias, hijita por tu " elogio", pero paso.
-Día 3, desayuno, almuerzo y comida y arreglar las alacenas de la cocina. Resulta que tengo comida para un regimiento. Algunos productos han vencido y, con toda la pena del mundo, he debido tirarlos al tacho. Al menos una vez al mes, haré una “baja policía", para enterarme bien lo que tengo y no comprar por gusto.
Me entero por mi buenísimo y olvidado amigo Twitter, de bellos actos que personas de distintos lados, tienen con sus prójimos. Esos prójimos que siempre tuvimos al costado, pero eran casi invisibles. Ahora sí nos percatamos de la señora mayor, que vive sola y nos ofrecemos a hacerle sus compras. Ahora sí, admiramos la labor de la policía y del sector salud; con todas las deficiencias que puedan haber. Están cumpliendo una labor titánica, con mucho decoro.
Debe ser tal el nivel de desesperación por salir a la calle, que ya me han ofrecido dos vecinos, pasear a mi perro, gratis!! No gracias, ahora nos peleamos en casa por sacar a nuestro Zambito, aun cuando me han perifoneado desde un patrullero, pidiéndome regresar a casa. No tengo la idea muy clara, pero debo sacar a mi mascota a que se airee un ratito...¿o es a la inversa?...
Mis chats amanecen más temprano de lo habitual, clara señal que estamos con los horarios medios alborotados, qué alivio: le iba echar la culpa a mis hormonas revueltas!
Nos estamos organizando en nuestros chats. Pronto tendremos nuestro grupete virtual, vía Zoom o algo así, que nuestra querida Ali ha descubierto.
-Día 4, totalmente pepeada, me pasaron todos los dolores y estoy de nuevo, como toda una tía Scout, lista para cocinar, lavar, limpiar, sacar la basura (pues ningún personal de limpieza o vigilancia en nuestro edificio asiste, con pago mediante, por indicación nuestra) y darme cuenta que hay muchas cosas que había dejado de lado, que daba por sentadas, pero que están ahí, señalándome de manera ignominiosa que tenemos muchos privilegios y que hay muchos peruanos, que no.
Si de esta pandemia, no salimos más humanizados, más solidarios y empáticos, no hemos aprendido nada.
Amiga, por lo menos estas con tu familia y yo solo mas q siempre con mucho temor, sigan se cuidando así. Un saludo sin abrazo
ResponderEliminarBuenos días.
ResponderEliminarEs nos ponemos a limpiar y luego de ello viene el reclamo del cuerpo. Uno está acostumbrado a otros mesteres.
Yo también espero que luego de ésta experiencia, debemos sacar muchas lecciones, entre otras la caducidad de la vida. Pues, empezar a vivir como si fuera el último. Con paz y mucha interioridad.
Gracias
Me sacas una sonrisa en momentos duros. Gracias.
ResponderEliminarPlenamente identificada¡¡ Buena Bochi.
ResponderEliminarMe has hecho reir, Bochi. Así estamos todos. Sobreviviremos y lo más importante es no perder el buen humor. Gracias por ayudar.
ResponderEliminarCon esta "quietud obligada" del ser humano nuestra madre tierra empieza a aflorar su belleza innata.
ResponderEliminarOjalá esta experiencia nos haga más solidarios y aprendamos a cuidar nuestro planeta
ResponderEliminarBuena Bochi, me encanta leerte
ResponderEliminarQue lindo escribe está tía.
ResponderEliminarMuy creativa. Me hizo reír... y me robó varias sonrisas. Muchas gracias!! Cuidense mucho🌷🌷🌷
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