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¡Qué tal mujerón!

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Mi mami, hoy 21 de noviembre, cumple 94 años. Esta pequeña semblanza es para ti, por ti. Me emociona mucho escribir sobre lo que eres, lo que aún haces, lo poco que recuerdas y lo mucho que vales. Todos le debemos a nuestros padres la vida misma, lo que estudiamos, lo que pensamos. Yo, además, debo a mi mami lo que escribo y lo que leo. Nos inculcaste el placer por la lectura y eso es lo que más te agradezco. Mis días sin leer, no serían tan felices.  Mi papi ha decidido vivir sus últimos años, totalmente lúcido y tú, has optado por un mundo paralelo, muy feliz. Creo que la mujer muchas veces lleva la peor parte en las historias de amor ya sea con finales felices o aun añadiendo líneas, como es tu caso. Blanquita dejó de vivir cuando se accidentó mi padre. Diría que se accidentaron juntos, aun cuando él iba en el auto con compañeros del trabajo y ella estaba en casa como todos los fines de semana, trabajando más de la cuenta. ¿Yo? siempre intentando perseguirte y absorber tus p...

Lo que no se hereda, se hurta

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La herencia transmite a los descendientes los caracteres de los ascendientes. La herencia genética logra que padres e hijos tengamos similitudes físicas. Sacamos al diario, características anatómicas, fisiológicas y un sinnúmero de semejanzas que nos hacen parecidos a X o Y. Heredamos hasta las enfermedades de nuestros padres. Heredamos sus gustos y manera de pensar. También, los pasos ligeros o el andar cansino. La educación que nos dieron en casa es parte de nuestra herencia. Cómo tratamos a los demás, qué leemos, qué nos disgusta, todo forma parte de esa transmisión que nos llega desde tiempos inmemoriales y que pasa de generación en generación. ¿De dónde diablos sale la herencia por los bienes materiales? Me acabo de enterar de una herencia económica interesante por la que una familia, tipo los Ingalls, lindos, perfectos y unidos, casi se han sacado los ojos para repartirse los bienes por los que los padres chambearon duro y parejo, buena parte de sus vidas. Recuerdo...

OTIS Y ATENAS (relato breve)

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Me he cruzado con una persona tan forrada de prendas que apenas puedo intuir que es hombre. Podría ser una mujer con nariz inmensa y bigote ralo. ¿Pero, qué haría una mujer en este lugar? ¿Qué hago yo, en este camino desolado? Debí lanzar algunas piedritas para marcar mi camino. Ni siquiera sé cómo llegué hasta aquí. Recuerdo haber tirado dedo en el cruce del tren. Supongo que el último camionero que pasó, no sé hace cuánto tiempo, vivía por algún pueblo cercano, pero ¿dónde estoy? No diviso una sola casa en metros a la redonda. Siento los ojos cada vez más achinados, por esa hiriente e intensa luz. No hay ninguna posibilidad de sombra, ni poniendo mi palma a manera de visera para que los cubra. Debí traer lentes oscuros. Volviendo a las piedras: quizás miles de ellas me hubieran guiado, pero, ¿hacia dónde? En ningún punto cardinal me esperan. A decir verdad, solo me espera más nieve fresca, mucha soledad y silencio muy pesado. Eso es exactamente la separación. Huir de mi vida ant...

el día más feliz de la vida

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Acabo de terminar los diez capítulos de MAID, miniserie de Netflix, corta pero contundente como un golpe bien dado. A esta pobre mujer, el mundo la patea en el suelo. La hace llorar, sufrir, luchar a muerte para tener una vida decente casi desde las tinieblas y el ocaso, siendo aún muy joven. Ella se cae y se levanta cien veces ¿Por qué lo hace? No por ella, sino por su hijita. Me deja pensando mucho en la tristeza, la garra, la lucha eterna, la soledad, la mala compañía, la entereza, el golpe, la frustración, pero también las alegrías -grandes o más grandes- el juego, la risa, la inteligencia, la complicidad, el amor a uno mismo y a los tuyos. ¡Cuántas agallas tenemos! A veces debemos hacer todo solas, sin un perro que nos ladre, como en la película o, podemos tener la invalorable ayuda de nuestras madres y maridos, para la crianza y todo lo que esto conlleva, por ejemplo. ¡Qué bravo! ¡Qué tal coraje para criar hijos, trabajar adentro y afuera y tratar de estar presente en todo l...

Termómetro de vida

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¿Qué tan intensamente estás viviendo?   En el aula, debía enseñar el presente perfecto. Llega indefectiblemente el momento en el que tu lección es: “HAVE YOU EVER...?” También -indefectiblemente- diré a mis alumnos que, en pareja, hagan preguntas y las respondan mutuamente, para ir conociéndose más y mejor.   En treinta años enseñando he encontrado temas interesantes, superfluos, necesarios, vanos, paganos. Pienso que, de responder afirmativamente a algunos de los ejemplos tomados de mis chicos, puedes decir que has vivido alguito, Bien o mal, dependerá de tu visión y de tus respuestas.   Alguna vez...   -has tenido un romance de verano?  -te has obsequiado algo muy costoso?   -has falsificado alguna firma?  -has plagiado en un examen?  - has tenido una mascota a quien querer mucho?  -te has ido de un restaurante, sin pagar la cuenta?  -te has enamorado a primera vista?   -has robado algo?  -has ...

Modelo a seguir

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Siempre, a falta de ideas para escribir, mi amigo Twitter me dicta la plana, sin querer queriendo: la educación de padres a hijos.  Obviamente, todos sabemos cómo criamos a nuestros critters, cuántos ejemplos, palabras con harta saliva, ideas y pensamientos les vamos tratando de meter desde niños y, cuánto cae de lleno en sus cerebros y almas y moldean los seres grandes y robustos que serán luego. Somos su modelo a seguir, esperemos que en versión mejorada. Leí también que al nacer se nos entrega un metro cuadrado. Qué hagamos con ese metro, cómo lo reguemos, lo abonemos y qué frutos salgan, dependerá de nosotros. Quizás, lo dejamos sin sembrar, ¡qué desperdicio sería!  Ojo, puede ser que no tengas hijos o nietos para moldear, igual siempre habrá alguien a tu alrededor que pueda recibir tus buenos actos y palabras sabias.  Tres noticias casi seguidas me dejan pensando. 1.- Un hombre en Argentina, pobretón como muchos, con hartas necesidades económicas, encuentra u...

De vuelta al barrio

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La normalidad empieza a tocar nuestras puertas o  correos. Parecería que por estos lares no se dará una tan temible tercera ola, aunque aún no podemos cantar victoria. La gente ha empezado a reunirse y las invitaciones arriban después de un año y medio.  No sé si nos estaremos apresurando demasiado, eso lo dirán los doctores cifras en mano, pero es necesario ir retomando nuestra vida pre pandemia que, quizás no era la vida súper feliz para todo el mundo, era la que teníamos, llena de rutinas y rituales que calzaban con nuestras necesidades. Significaba tener un orden mental desde el que cada cosa se hacía donde debía hacerse, lo que equivalía a: trabajar en una oficina, diseñada especialmente para eso. Empiezan las quejas al unísono: queremos seguir así pues ya se nos hizo costumbre no tener que trasladarnos una hora en el tráfico infernal y porque queremos seguir trabajando cómodamente en buzo. (btw, ¿por qué,  esos uniformes diseñados por alguien que quiere que te...