Modelo a seguir

Siempre, a falta de ideas para escribir, mi amigo Twitter me dicta la plana, sin querer queriendo: la educación de padres a hijos.  Obviamente, todos sabemos cómo criamos a nuestros critters, cuántos ejemplos, palabras con harta saliva, ideas y pensamientos les vamos tratando de meter desde niños y, cuánto cae de lleno en sus cerebros y almas y moldean los seres grandes y robustos que serán luego. Somos su modelo a seguir, esperemos que en versión mejorada. Leí también que al nacer se nos entrega un metro cuadrado. Qué hagamos con ese metro, cómo lo reguemos, lo abonemos y qué frutos salgan, dependerá de nosotros. Quizás, lo dejamos sin sembrar, ¡qué desperdicio sería!  Ojo, puede ser que no tengas hijos o nietos para moldear, igual siempre habrá alguien a tu alrededor que pueda recibir tus buenos actos y palabras sabias. 
Tres noticias casi seguidas me dejan pensando. 1.- Un hombre en Argentina, pobretón como muchos, con hartas necesidades económicas, encuentra un sobre -sin nombre ni señas- con treinta mil dólares, y está desesperado por devolverlo. Se le ocurre tomarle una foto a un solo lado, y pedir por redes (para evitar a los estafadores que pululan allá también) que el que describa exactamente el contenido y el sticker que venía pegado, se comunicase con él. Apareció el dueño: eran los ahorros de toda su vida. No sé si pensaba mandar el dinero al extranjero, como muchos acá, lo cierto es que los dos lloraron juntos. No quiso recibir ninguna propina a cambio. Su paz mental llegó inmediatamente cuando comentó en su hogar lo ocurrido y sus hijos al unísono, casi sin inmutarse, le dijeron “papi, nosotros hubiésemos lo mismo”. Fin de la historia, con final muy feliz. 
2.- Un amigo, trome de tromes, lanza un tweet exponiendo un hecho homofóbico en Lima, uno más. Se arma la de San Quintín, reclamando por el hecho de ver a dos hombres o dos mujeres de la mano, con la consabida frase “¿cómo le explico a mi hijito ESO-guácala?”. Si no puedes explicar ESO que consideras guácala, estoy segura que no puedes explicar muchas cosas  inherentes a una buena educación y  mañana más tarde, esos hijitos a los que quieres tapar los ojos, harán lo mismo y nuestra sociedad seguirá igual de injusta…o ¡peor! 
3.- Veo una propaganda de Pilsen en la que dicen: “tómate una chela cada vez que hayas hecho esto” y aparecen mil estereotipos de machismo asolapado o bastante explícito. Terminan el comercial diciendo que la cervecería ha cambiado y que no usarán más estereotipos en su marca, que no pondrán más chicas rubias, en bikinis, para promover la venta de su cerveza. Punto para ellos y ganas de tomarme una, yo también, pues fui criada de manera machista como dictaba la época. Porque también critiqué con mis amigas, la forma de vestir de algunas chicas, opiné en voz baja, cómo se reunían con los chicos, etc., etc. Pero, a Dios gracias, evolucioné, aunque digan que la esencia no cambia, quiero creer que sí. Mis hijos han salido versión mejorada, en muchos aspectos. En otros, deberán trabajar ellos e ir evolucionando. Luego nos quejamos y decimos ¿por qué todo está mal por estos lares? ¡Por eso! No sabemos educar con el ejemplo. Ya lo escribí en algún post anterior. Lo que hagamos, pensemos y digamos en nuestra mesa del almuerzo, será lo que nuestros hijos repetirán en sus propias mesas, en el futuro. La forma de tratar en casa a las personas que nos ayudan a que todo funcione cual reloj, o los trabajadores que tienes bajo tu cargo, en la empresa donde chambeas, será replicado por tu descendencia. He leído con pena cómo a las “empleadas” les pegaban, les daban comida diferente a la de los “patrones”, las hacían trabajar más de ocho horas, con la excusa de la “cama adentro”. Esclavitud siglo XXI, que aún sigue vigente en muchos hogares. Si referiste palabras racistas, denigrantes, mencionando el color de la piel, tus hijos serán futuros racistas. Lo mismo pasará con palabras de tinte homofóbico, sexual o machista. Nuestros hijos se copiarán todo. Si tu hijo ve que solucionas todo con dinero, por encima o por debajo de la mesa, pensará que así también podrá solucionar él los problemas. Si ve que necesitas “varas” o amigos con “buenas conexiones” para hacer tal o cual cosa, idem. Serán tu calco y copia. Si no le creas el hábito de la lectura porque prefieres comprar un buen Play Station, número cien (¿se siguen llamando así?), después tendrás a personas aburridas, que si no tienen una pantalla al frente, no sabrán cómo entretener sus horas de ocio. Si no les enseñas que cedan el asiento a los mayores, no lo harán. Si no les enseñas a respetar las canas, no lo harán. Si no te vieron ayudar a un discapacitado, ellos también pasarán de largo. Últimamente he oído a algunas personas referirse como “caballeros” a dos hombres que me parecen remedos de personas. Pero, ¡Oh! Son blancos y de ojos claros, con dinero y eso los convierte casi automáticamente en “caballeros”. No amiguita, son los hechos y no la pinta los que harán que achuntes con la descripción. Acabamos de presenciar un triste espectáculo en las noticias: el fin del hijo de un famoso general en retiro, gracioso y dicharachero, acusado de robar a su propia institución, preso, luego de estar prófugo un buen tiempo. Algunos conocidos que lo conocen por haber trabajado juntos, dicen que era “buena persona”. No. Una persona que roba, no puede ser buena persona. Podrá seguir siendo gracioso, pero no una persona decente. Será el alma de la fiesta, atento y buen anfitrión, pero no buena persona. Estoy segura que a sus cuatro hijos no les faltó nada material, sin embargo, acabamos de ver cómo terminó uno de ellos que, de seguro, en la institución donde laboraba, también lo catalogaban como “buena persona, súper decente”. Entonces, olvídate un poquito de las formas y trata de “ver” más allá de lo evidente, “mira” un poquito el interior. No es tan difícil. Recuerda que tus hijos serán tu buen/mal reflejo y que harán de grandes, lo que te vieron hacer a ti, cuando niños. Muérdete la lengua antes de soltar adjetivos fuertes. Recuerda que lo mejor que puedes dejarles como herencia, es la empatía, la solidaridad, la honestidad, justicia, el amor y ese largo etcétera que puedes encontrar en Google, en cualquier lista de valores. Primero internalízalo tú para que lo enseñes bien clarito.

Recuerda que para ser un buen/mal ejemplo  sí existe el Copy/Paste. 

Comentarios

  1. Excelente narrativa de "modelo a seguir", tienes razón cuando dices que somos los padres, en cualquier circunstancia o coyuntura, los llamados a impartir a nuestros hijos, buena educación, ética, moral, valores y principios; si fallamos la sociedad también porque somos parte de ella. Me encantó el copy/paste. Como siempre Roxanita muy clarita.👏👏👏

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  2. Los padres o hacemos un buen trabajo o seguimos teniendo una sociedad muy pobre en decencia.

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  3. Buen texto, a predicar siempre con el ejemplo a nuestros hij@s.

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  4. Me encantó amiga. Todo lo que dices es muy cierto.

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  5. Asimismo, Bochi! Todo lo que escribes es cierto. Me partes alma cuando vuelvo a Lima y veo las noticias y escucho de la forma en que tratamos la gente que nos sirve. Ha mejorado desde mi época de juventud, pero queda mucho por hacer. Ojalá nuestros hijos nos superen! Feliz Dia del Indígena por mis lares! Sigue siendo el Día de la Raza en Perú?

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  6. Me gusto!! Los principios e integridad se heredan pero tambien se cultivan. Que no se quede solo en escritos o lecturas. Que se conviertan en hechos y acciones. Todo se puede cuando hay evolucion y lo mas importante iluminacion.

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  7. Totalmente de acuerdo. Es cierto, mucho tiene que ver el ejemplo.
    Yo me crié con mis abuelitos a los cuales siempre llamé: papá, mamá. Mi papá ingresaba a la cocina y ayudaba. El quedar viudo, no se necesitó de servicio. El sabía cocinar, con él aprendí. Para mí no es un problema, para algunos de mis hermanos, sí lo es. Entonces el ejemplo enseña. Yo no tengo hijos, pero tengo sobrinos, alumnos y con ellos continúo con la idea: "cocinar, lavar y limpiar" note hace menos hombre.
    Gracias por compartir. Un saludo cordial y un afectuoso abrazo virtual.

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  8. Muy cierto Rox, los hijos cuando pequeños son como esponjas, todo lo absorben y no importan las palabras que les digamos, sino el ejemplo que les damos.

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