¡Qué tal mujerón!
Mi mami, hoy 21 de noviembre, cumple 94 años. Esta pequeña semblanza es para ti, por ti. Me emociona mucho escribir sobre lo que eres, lo que aún haces, lo poco que recuerdas y lo mucho que vales.
Todos le debemos a nuestros padres la vida misma, lo que estudiamos, lo que pensamos. Yo, además, debo a mi mami lo que escribo y lo que leo. Nos inculcaste el placer por la lectura y eso es lo que más te agradezco. Mis días sin leer, no serían tan felices.
Mi papi ha decidido vivir sus últimos años, totalmente lúcido y tú, has optado por un mundo paralelo, muy feliz.
Creo que la mujer muchas veces lleva la peor parte en las historias de amor ya sea con finales felices o aun añadiendo líneas, como es tu caso.
Blanquita dejó de vivir cuando se accidentó mi padre. Diría que se accidentaron juntos, aun cuando él iba en el auto con compañeros del trabajo y ella estaba en casa como todos los fines de semana, trabajando más de la cuenta. ¿Yo? siempre intentando perseguirte y absorber tus palabras.
Mi mami detuvo su felicidad y vida apacible el día en el que se puso sobre la espalda a tres universitarios rebeldes, dos colegiales engreídos y un marido noble y renegón.
Se acabaron los paseos del sábado a Huampaní y los chifas religiosos del domingo.
Ayudarte a corregir exámenes era mi cielo en la tierra. Agarrar el lapicero rojo y tachar todo lo que podía, bajo tu supervisión, me otorgaba un poder inaudito e iba apuntalando, mi futuro de profesora, totalmente impensado.
Con el accidente de mi padre, arreció el trabajo para mamá, muchas más responsabilidades, dificultades económicas, pero también enormes muestras de solidaridad de sus amigas. Cultivaba el arte de conversar de cualquier tema de la forma más amena, enseñándote mil cosas con humildad.
Esas tertulias mensuales de las chicas de San Marcos, profesoras de geografía e historia, de matemáticas o de lengua y literatura, como tú, eran erudición pura. Las oía indefectiblemente debajo de la mesa, mi lugar preferido cuando se trataba de temas “solo para adultos”. Ahora, estás olvidando las palabras, pero tus ojos siguen diciendo mucho, aun cuando vean muy poco. No te he contado que de ese grupo genial, solo queda una amiga viva, Betsi, la más chiquilla: recién ingresa a la base nueve.
La Reina de la Primavera de San Marcos de principios del ´50, eligió al pretendiente que coleccionaba profesiones, de los varios que tenía. Yo conocí a uno: un judío al que fui a entrevistar por una tarea universitaria. Estoy segura que le hubiese dado una estabilidad económica que mi padre por ese carácter fuerte y por mandar a todo el mundo al diablo -jefes incluidos- no podía. Quizás no hubiera tenido cinco hijos, quizás sus hijos no le hubiesen dado mil dolores de cabeza, aunque muchas satisfacciones también, que ella cuenta en carreras universitarias y nietos. Ese crítico de teatro, me habló con tanta pasión de mi madre, de su belleza y de su sabiduría; de su buen trato, de su sonrisa fácil, de su bondad y carisma, que el tiempo voló y no me contestó las preguntas sobre una obra, que había ido a hacerle. Lo sé: periodista jamás sería.
Creo que mi mami eligió perder la memoria. Escogió solo tener ramalazos de recuerdos que le son suficientes. El otro tiempo está hecho para ignorar todo, desconocernos y seguir con esa frescura que solo una mente inconsciente del mundo con Covid o de la política, puede lograr.
¿Para qué usaría su memoria? Excepto para recordar sus libros y poemas predilectos, no le encuentro otro sentido.
Creo que ella se despertó un día pensando que se había pasado la vida entera como niñera de chicos y adultos y se dijo: mejor me retiro a mi mundo fantástico, el tiempo que me reste.
Mami, tienes a mi padre con todos sus sentidos puestos en ti: mirándote, oyéndote, hablándote. Siempre estás acompañada, muchas veces no sabes de quién y preguntas por ese señor viejito que te mira embobado todo el tiempo. Cuando te responden que es tu esposo, ríes francamente: ¿Mi esposo? ¡¡Será mi abuelo!!
Es mejor así mami. No te gustaría saber que dependes de otras personas cuando fuiste la mujer más fuerte y segura del mundo.
Tener que dormir con pañales o como los llamas “calzones grandes” y que, además, alguien tenga que ponértelos, jamás lo concebirías.
Es mejor así mami: sigue en tus veintes, tus mejores años: soltera, sin compromiso y con el mundo entero a tus pies.
Eres sabia hasta el final porque tu mundo sí que es feliz.
¡HAPPY BIRTHDAY, MAMI!
La sabiduría de Blanquita nadie la tiene, entre otras muchas cualidades, cualquier homenaje siempre quedará corto pero este escrito esta muy bueno!!!!
ResponderEliminarSuper Blanca, tal y cual.
ResponderEliminarHermoso relato de mi tía Blanquita, como le decía. La describe tal cual. Me acuerdo de ella siempre. Una mujer guapa, inteligente, fuerte y a la vez tan dulce. Siempre aconsejándonos en todo momento. Y con la sabiduría de los años pudo lograr sacar adelante hijos exitosos para la vida. Dale un beso inmenso a mi querida Tía, aunque no me recuerde, yo siempre la tengo en mi corazón. Y te felicito por lo extraordinaria hija que eres, que siempre estas allí pendiente de ella y de tu papito, sin descuidar al amor de tu vida y tus lindos retoños.
ResponderEliminarFeliz cumpleaños para Blanki, una mujer admirable🌷
ResponderEliminarLa mas bella descripción de una Madre que los ojos hayan leído,por un instante estaba debajo de la mesa contigo...Preciosa mi Bochita.
ResponderEliminarMe has hecho llorar horrible, qué mala eres, ji ji.
ResponderEliminarSolo admiración por tu mami. La conozco y aunque no la vea, le sigo guardando el mayor cariño.
Feliz cumpleaños a Blanquita. Llegará largamente a los 100, un beso gordo para las dos.
ResponderEliminarMi tía bella. Por dentro y por fuera. Un gran saludo para ese mujeron
ResponderEliminarQué emoción logras transmitir.
ResponderEliminarQué bello texto. Qué bella madre y qué bella hija.
Un abrazo en su día
Amor!! Resiliencia!! Sabiduria!!! Es Blanca !! ❤💪🌸. Tengo muchos recuerdos ...
ResponderEliminarFeliz Cumple para tu viejita❤❤
Muchas Felicidades para tu maravillosa Madre!!!!
ResponderEliminarQué emoción tan grande, Roxi. Un abrazo grande!
ResponderEliminarBellas reflexiones, bellas palabras para una mujer, para una madre que siempre estuvo ahí. Gracias por compartir. Son lecciones de vida que deben quedar en un libro.
ResponderEliminarQuizá ya resulte pesado, o canzon, como se dice en la sierra de Colombia.
Un saludo cordial y un afectuoso abrazo virtual para todos por casa. Por favor 🙏 a cuidarse mucho.
Qué hermosa historia de amor!! Happy Birthday, Blanquita!!
ResponderEliminarQue delicia de relato. No me quedó más que dejarme conmover por tu nostalgia y sentimiento plenamente transmitido - sin dejar de valor la gran reflexión para un mal sobre el que a mucha gente aún le cuesta hablar, ni que decir compartir…. Te celebro Bochi amiga
ResponderEliminarQue bonito relato de cómo es y cómo fue tu mami, pues hija de tigre pintito, o de tal palo tal astilla. Un abrazo Rox!
ResponderEliminarQue lindo homenaje a tu hermosa Blanquita, la recuerdo siempre con una gran sonrisa, un abrazo Bochi
ResponderEliminarSencillamente bello.
ResponderEliminarUn bello relato lleno de cariño, de comprensión y de sentimiento, escrito con sencilla maestría pero impactante, que nos hace vivir tu experiencia como propia.
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