¿RELAX?
El sábado por fin pudimos ingresar a la playa más linda del Sur: linda y privada, privada y pulcra, pulcra y vacía. No sé si un adjetivo sea consecuencia del anterior, lo cierto es que entramos y sigue siendo maravillosa. Llevaba a mis critters de pequeños porque era una taza de agua, luego no dejaron entrar más porque se llenaba demasiado. Detesto mentir pero como a los guardianes de esa playa, no le gustan los intrusos, tuve que decir que iba a ver a mi amiga Farah, que no tiene un depa ahí, aunque me prometió hace años que si alguna vez adquiría uno, sería su primera invitada. Tampoco sé si sigue viviendo en el Perú, porque es de los pocos adultos mayores que todavía no utiliza redes sociales, le he perdido totalmente el rastro. La única vez que me pareció verla, la confundí con la pareja de turno de un amigo, obviamente resultó no ser ella, así que culparé a la oscuridad de la noche en ese restaurante a media luz. Quedamos en encontrarno...