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Mostrando entradas de julio, 2022

Que se vaya y no vuelva más

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Se terminó Julio y nos dejó un resabio amargo. A pesar de haber celebrado mi aniversario de bodas patronalmente, la fiesta patria no fue tal. Vemos que el país es un tren que se va descarrilando y que no hay opción de cambio a la vista. Sea quien sea la persona que gobierne de aquí al futuro próximo, sentimos que entrará al gobierno con ganas de favorecerse, de devolver favores, de concretar negocios que beneficien a su entorno y no -necesariamente- al país.  Casi todos los políticos son iguales, solo que unos hablan mejor y son blanquiñosos, lo que es un privilegio en nuestro país. Perdimos la fe. ¿Qué hacemos? Buscar esa capacidad de resiliencia con la que nacemos y echar mano de ella. Contra viento y marea intentar ser positivos y ver el lado A.  Enorgullecernos de todo lo que podamos: hazañas deportivas, gastronomía con premios, gamers que sí meten goles, marineras señoriales que encienden nuestros sentidos y sentimientos. Nos levantan el ego y nos hacen sentir felice...

La italiana

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La conocí en mi primera semana de vida. La vi muchas veces en mi casa y también recuerdo haber estado mucho en la suya, más linda y grande, en pleno corazón de San Isidro. En mi niñez, las vacaciones de verano eran tres meses completos, por lo que mis padres alquilaban una casa espaciosa en San Bartolo. Pues, ahí recuerdo también a Pinu, en una casa contigua. Mi mami con sus cinco hijos y ella, con cuatro. No estaba mi padre, quien se quedaba en Lima trabajando, solo iba los fines de semana. Creo recordar que estaba embarazada de su cuarto hijo cuando enviudó. No sé si esa situación la endureció, creo que sí. Le tenía un respeto inmenso. Era la mejor amiga de mi mami, según nos refería. Cuando jóvenes, iban las dos parejas al cine y mi mami nos contaba que hizo detener varias funciones, cuando sentía olor a cigarrillo o cuando alguien hablaba muy alto en plena película. Estudió Educación con mi mami. Orgullosas sanmarquinas, de esas que llevaban la vocación tatuada. Sus vi...

34

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Mi consuerte me ha dicho que no soy tan romántica como creía: mis lecturas de poemas desgarradores y escuchar canciones de Julio Iglesias y Camilo Sesto, según yo, eran prueba de ello. ¡En mi aniversario 34 me vengo a enterar! No importa, me siento romántica, por eso les voy a  contar una historia algo desconocida, pero super intensa.  Grandes poetas escriben sobre los amores infortunados,  tóxicos o como se les llame ahora. Hay quienes le cantan, lo versan o lo escriben en prosa …y no la tiran al mar...   Hay un cantante que te dice que el amor de su vida has sido tú, el amor de su vida sigues siendo tú… Otra, más despechada, te contará cómo “se le rompió el amor, de tanto usarlo, de tanto loco abrazo, sin medida…”. Como diría mi abuela “de lo bueno, poco”.   Quizás se termine el amor, como en casi todas las canciones de Marc Antony y no deberás sentirte culpable o culpar al destino, a tu suerte, a él, al tercero o quinta en discordia. N...

Yo, Claudia

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La conocí por zoom durante la pandemia, como ocurren muchas cosas, ahora en estos tiempos especialmente largos e inciertos. Uno podría pensar que no hay forma de saber mucho de alguien a través de una cuadrícula, que desfigura miradas, que engorda, oscurece y distorsiona tu rostro, pero, sí, se puede. No recuerdo el día, ni cómo sucedió, pero ahí estábamos sentadas, carpeta a carpeta, por así decirlo. Ella allá, yo más acá. Desde el primer día pensé: “esta chica es bien pilas”. Existen personas  que te envuelven en la vorágine de ideas que atropellan sus mentes, en la acción que sigue a tu completa y rotunda inacción, en el torbellino de emociones que, si bien no aflora mucho, sé que están. Fue pasando el tiempo y, aparte de considerarla una chica inquieta, es decir, que tiene que estar en movimiento, también pensé que sabía bastante siendo aún joven. Siguió pasando el tiempo y nos fuimos conociendo más, creo. Ahora la denominamos DELEGADA DEL TALLER. By the way,...

¿Love story?

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-"No estoy seguro hacia dónde vamos. Tengo miedo de involucrarme en una relación y fallar. Me ha pasado con las quince últimas parejas y no me gusta hacer sufrir a nadie. No soy ese tipo de hombre”. Me responde Pascual al increparle el porqué de su Tinder abierto de par en par, esperando el perfecto match, en su celular que, descuidadamente o a propósito -no logro identificar esa señal- deja ver. Otro prospecto de relación, de saliente, de friendzone, pareja, novio o como sea que se llame hoy en día a cualquier treintón o cuarentón, que no quiere dar el siguiente paso, perdón, NINGÚN paso conmigo... ¿o hacia mí?   - “¿Para qué vamos a estar con ataduras, si así la pasamos tan bien?”.  -“Quiero gozar un poco más la vida, antes de un paso tan importante. Con 44 (casi un feto) no he vivido nada.”  -“No creo en papeles ni formalismos. Solo creo en el amor puro y duro”,  me retruca una pareja anterior con toda la frescura que sus treinticinco años, le podían dar...