De vuelta al barrio
La normalidad empieza a tocar nuestras puertas o correos. Parecería que por estos lares no se dará una tan temible tercera ola, aunque aún no podemos cantar victoria. La gente ha empezado a reunirse y las invitaciones arriban después de un año y medio. No sé si nos estaremos apresurando demasiado, eso lo dirán los doctores cifras en mano, pero es necesario ir retomando nuestra vida pre pandemia que, quizás no era la vida súper feliz para todo el mundo, era la que teníamos, llena de rutinas y rituales que calzaban con nuestras necesidades. Significaba tener un orden mental desde el que cada cosa se hacía donde debía hacerse, lo que equivalía a: trabajar en una oficina, diseñada especialmente para eso. Empiezan las quejas al unísono: queremos seguir así pues ya se nos hizo costumbre no tener que trasladarnos una hora en el tráfico infernal y porque queremos seguir trabajando cómodamente en buzo. (btw, ¿por qué, esos uniformes diseñados por alguien que quiere que te...