Al colegio no voy más
Decía una propaganda antigua que añadía…” sin antes pasar por Scala”. (algo así como el Metro de nuestros días).
He tenido bastante latente el mundo colegial toda esta semana, no solo por la vuelta a clases de una pequeña muestra nacional, que será el conejillo de indias, de una vuelta más grande y -se espera- más prolongada.
Mi hermana estuvo recordando a su director de colegio, especialista en alzar de las patillas, auchhhh, a los alumnos que osaban llevarlas muy largas. Siempre andaba armado con una regla de madera, dispuesto a lanzarla en las palmas de cuanto desobediente hubiese. Las faldas debían ser larguísimas, sino te bajaban la basta de un tirón. Me hervía la sangre oyéndola, pero eran otras épocas…
Esta misma semana tuve que releer Paco Yunque, después de muchos años: quise arañar la pantalla o meterme en ella para jalar de las mechas a Humbertito Grieve, el famoso “patrón” de Paco, por todos los golpes que le propinaba. Por esas tremendas injusticias, producto de una mala educación en casa. Se desarrolló un debate interesantísimo, como todos los de mi taller, sobre la actitud, moral y desenvolvimiento de cada personaje, sin dejar de lado el tema literario que era nuestro punto de encuentro. Léanlo. Ahora que se ha vuelto a poner de moda, por nuestra sempiterna coyuntura política maniqueísta, descalabrada y con temas nuevos o viejos, pero siempre interesantes. Tu lectura, con ojitos miopes, luego de los años vividos, cambia diametralmente.
Te dejo el link que me pasaron:
https://biblioteca.org.ar/libros/158038.pdf
Llegó también, el momento de recordar algunas historias de bullying en mi propio colegio. No se le llamaba así, pero sí que lo era. ¿Recuerdas las mejores loncheras robadas, los terribles apanados entre los hombres, las burlas tremendas, estentóreas y feas, acompañadas de un sinfín de apodos, por lo general relacionados con el físico, de uno u otro alumno? Eso era bullying. Se dio antes y se sigue dando ahora.
Muchos directores, profesores y psicólogos en colegios, se hacen de la vista gorda, pues no pueden darse el lujo de perder pensiones y matrículas, ahora que la calle está dura. También el profesor y el director en el colegio de Paco Yunque lo hicieron. Entonces, se pasa por agua tibia, y no se brinda un buen acompañamiento y apoyo adecuados, ni para el buleador ni para el buleado.
En este esperado retorno a clases, de chicos que, en el mejor de los casos, han compartido solo pantallas, me aterra pensar que no estén psicológicamente preparados para enfrentar los cambios corporales, propios de la pubertad, por ejemplo. Cambios hormonales, emocionales con la carga negativa, de dudas y vacilaciones propias de esta etapa. ¿Qué tanto han podido monitorear y supervisar los padres, estando inmersos en sus teletrabajos y en los pleitos políticos? Lo veremos dentro de poco.
Mientras tanto, el director de Educación Global del Banco Mundial, nuestro baloteado ex ministro Saavedra, eminencia en su campo, señala la importancia de la vuelta a las aulas que, como él mismo aclara, podría ser corta, dependiendo de la agresividad del virus. Abriremos y quizás volvamos a cerrar, pero igual se debe iniciar ya, por el bien de los estudiantes. Será muy cambiante, sí, pero muy estimulante para los chicos.
Se deberá trabajar con pequeñas burbujas e interactuar solo con ellas. Se deberá contar con horarios de recreos, ingresos y salidas escalonados. Se deberá vacunar no solo a los maestros sino a todo el personal en los colegios y se deberá proveer de agua y elementos de higiene y sanitarios para todos esos niños que no van en auto propio, sino en un bus repleto de personas y gérmenes. El ex ministro sugiere que, en estos “tiempos de guerra” los padres deberían buscar los colegios más cercanos al domicilio. Sabemos que es muy complicado, pero sería lo ideal.
Para finalizar y eso es lo que debemos meternos en la cabeza (yo también, pues muero de nervios de que mi enana regrese en el corto plazo a las aulas) es urgente que los jóvenes vuelvan al colegio porque de esos dieciocho meses de desconexión, no hay vuelta.
Muy interesante reflexión, como siempre. Esta será una generación diferente,debido a la enorme posibilidad y limitación que están viviendo. Por otro lado Paco Yunque, efectivamente siempre estará vigente y debería ser lectura obligatoria. Excelente como siempre Roxana.
ResponderEliminarMuy interesante reflexión, como siempre. Esta será una generación diferente,debido a la enorme posibilidad y limitación que están viviendo. Por otro lado Paco Yunque, efectivamente siempre estará vigente y debería ser lectura obligatoria. Excelente como siempre Roxana.
ResponderEliminarTiempos difíciles, para todos. Pero haciendo esfuerzo se debe retornar a clases. No es justo para los niños ni para los padres recibir una educación no presencial, y sin sociabilizar. Las épocas escolares y universitarias mantienen sus encantos y desencantos. Hay que vivirlas y crecer en experiencia.
ResponderEliminarUn tema muy peliagudo. Como siempre, encuentras el punto medio y escribes sin apasionamientos. Excelente.
ResponderEliminarNo sabría si mandar a mis hijos o no. Felizmente, no me encuentro en esa situación.
ResponderEliminarAhora todosb nos tenemos que reinventar ..va ser muy difícil ..Pero tenemos que hacerlo...buena reflexión y muy acertada.
ResponderEliminarEfectivamente el bulling siempre estuvo presente en los colegios, no importa de que época ni categoría, la diferencia es que ahora es más cruel y eso porque los padres no enseñan valores en el hogar
ResponderEliminarLa letra con sangre entra
ResponderEliminarMétodo antiguo pero que funciona
En cuanto al bulling de antes yo lo experimenté y no me morí
Al contrario me hizo más fuerte
Pero hay que reconocer que le bulling de ahora es más cruel sobretodo a causa de las redes sociales…
Pobres padres que les tocó vivir esta experiencia, y se encuentran entre la incertidumbre y el miedo de que sus hijos regresen a las clases presenciales. Yo sufro por mis nietos.
ResponderEliminarCon relación al bullying, los buenos padres deben dar la seguridad a sus hijos y elevar sus autoestima para que no sean afectados por los niños y adolescentes carentes de cariño e inseguros.
Roxi tocaste dos buenos temas. Un abrazo.
Ha sido duro en todo sentido: padres con hijos pequeños a quienes tuvieron que ayudar más que nunca, adolescentes lidiando con temas emocionales, enfermedad, pérdida de trabajo, temas políticos... en fin. El tiempo dirá en qué medida nos afectó a todos.
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