La Senescienta

Se supone que debería ser políticamente correcta y hablar lindo y levantar el ánimo y escribir sobre la gratitud que debo sentir por la salud, por mis padres vivos y por mis hijos sanos, pero ayer leí a Renato Cisneros escribiendo lo que sentía desde el forro y me di cuenta que yo también puedo. Él lo dijo bonito, pero él es escritor y yo, escribidora. ESTOY HARTA. Me he cansado un poco de las cadenas, de las malas noticias que llegan y llegan y cuando no llegan, bien masoquista yo, las busco en Twitter que me mantiene pegada, mal, a todo el acontecer mundial. Me he hartado que no me digan quiénes se vacunaron  como VIPs, como todo lo que funciona en Perú, porque “así son las cosas, pues”, creo que eso dijo el  antes-querido-investigador-Málaga que con toda su super Cayetano se me fue al cacho esta semana por no deslindar claramente, por no separar inmediatamente a los que se aprovecharon de sus posiciones de poder, por no hacer las cosas correctamente, c...

Hoy, 23 de febrero tenía pensado escribir sobre mi suegro, por su cumpleaños. Quería hacerle un pequeño homenaje a ese buen señor, amiguero, dicharachero y bromista que me tocó en suerte, como padre político. Es cierto que cuando uno se casa, también lo hace con la familia y debo decir, que me gané con mi suegrito; parecido en muchos aspectos a mi consuerte. En muchos, no en todos, pues también tienen ideas diametralmente opuestas en algunos temas. Abuelo cariñosísimo y querendón. Amante eterno de mi suegra y protector de todos los suyos.  Querido Víctor, espero que vengan muchos años más para irnos por esa parrillita que tanto te gusta. Sin embargo, no puedo hablar más de él y contar aspectos interesantes de su vida porque tengo el corazón estrujado al haberme enterado, apenas empezó a aclarar el día y el celular, de la partida de una buena compañera de trabajo. De esas colegas que, sin ser muy  cercanas, trascienden su buena vibra, su trabajo impecable y sus gana...

He amanecido como si una aplanadora hubiese pasado por mi calle y yo era el rompemuelles, obviamente. Acabo de leer en Twitter que con la política peruana te sientes "cachuda"  todo el tiempo. Así de feo.  ¿Se imaginan cuántos negociados, coimas, y beneficios  reciben los que están arriba? Me pregunto si alguna vez se les ocurre mirar al cerro, allí donde por robarse la plata del Estado, siguen sin agua ni desagüe, hasta el día de hoy . "Colarse" es tan peruano como Macchu Picchu. En todas las esferas sociales: el rico porque ÉL con toda su plata, poder y buen carro no está para perder el tiempo, y el pobre quizás para revenderte la cola. ¡Qué feo! Estoy con la sensación, - otra vez más- de incertidumbre, desasosiego y malestar. Todo por culpa de nuestros políticos que están podridos, que viven en cloacas,  bien elegantes y bien al chofer, pero con harta inmundicia moral.  Sea el partido que sea, no encontramos casi nada bueno, casi nadie honesto y v...

  Me habían hablado mucho de la Siberia, desde Lima, apenas se enteraron que me mandarían para allá: oscura por tantos árboles enormes y frondosos; poseían una forma peculiar de comunicarse con el viento que, cada que los atravesaba, producía silbidos extraños, profundos -se diría guturales- lo más parecidos a lamentos de ánimas. Con lluvias que arrecian en segundos y que asemejan a las famosas duchas españolas que siempre mencionan los gringos. Es el lugar más frío que puedas imaginar, como si anduvieses dentro de un congelador, con la sensación que mil cuchillos hincan todo tu cuerpo; ese frío que cala huesos y carnes,   que te produce dolor en las articulaciones y hace que se pongan tan rígidas, que no te permite movilizar bien.   Así, es difícil mover las mandíbulas para emitir sonidos y precisamente, de eso se aprovechan ellos. El ingeniero Filomeno me llamó a primera hora: “Te voy a dar un par de indicaciones, ¿ok? Debes caminar un par de kilómetros, c...

Puede ser que en tu clase virtual te duermas por el aburrimiento y que también te des de cabezazos sobre el escritorio cuando estás en un zoom del trabajo.   El tedio por estar metidos en casa, por estar nuevamente en cuarentena, por teletrabajar, nos pone serios, con gestos adustos y caras de pocos amigos. No solo a mí que siempre he tenido cara de palo, sino a muchos a los que antes una sonrisa natural o fingida les adornaba algo el rostro. La risa se fue volando y eso se nota. Se nota aunque te tapes media cara con la mascarilla, se siente cuando estás en paz y cuando no. Ríete de ti mismo, tómate todo a la ligera, porque tenemos bastantes problemas como para pensar que hay mucho tráfico aunque estemos en cuarentena o que el banco está lleno cuando todos deberían estar guareciéndose en casa. ¿Por qué hay tanta gente en las tiendas? Gruñimos. ¡Hello, están comprando, igual que tú!  Le acaba de suceder a una amiga: la han empapelado en su trabajo no con una si...