Senescienta rockstar

Todo empezó con el lanzamiento de nuestro libro Bandeja de entrada: pasé de ser una docente de mediana edad (no de la Edad Media como me catalogó un alumno) a sentirme casi una celebridad. Precisamente, cuando me encuentro en mi etapa más antisocial, por así decirlo, debí hablar en público, frente a un auditorio lleno de bote a bote. Desnudé un poco de sentimientos y me di cuenta que una cosa es con guitarra y otra, con cajón. Puedo escribir sobre temas variados…pero, hablarlos, es otra cosa.

Ha sido una semana movida que empezó con la llegada de mi hija-migrante, mi hija-fuerte, mi hija-guerrera, mi hija-elocuente, mi hija-amorosa. Se le ocurrió caernos de sorpresa y organizar su arribo mismo Tik Tok; nos encontraría cenando en un restaurante y ella, disfrazada de mesera, sería la que nos atendería, hasta que la familia se diese cuenta. Pues la tremenda sorpresa fue para ella, porque nadie la reconoció por lo bien disfrazada que estaba. Debió ir y venir varias veces a nuestra mesa y ¡nada! Al tercer intento no le quedó más que descubrirse el rostro y casi decir ¡SOY YO! Porque de otras mesas empezaban a llamar a la lindísima mesera que pasaba y no les servía nada.

Pasada esa primera hermosa emoción vinieron los quince años de mi benjamina: la niña de todos los ojos en casa. La a veces seria y a veces hilarante Punky. Una reunión con mi familia nuclear, llena de besos y abrazos … ¿para qué más? Seguramente estarán pensando “qué roñosos son la Senescienta y su consuerte: su critter cumple 15 y no le organizan EL FIESTÓN". A Dios gracias mis critters siempre prefirieron viajar en lugar de tonear, así que allá iremos, donde ella quiere estar durante sus vacaciones de escolar brillante.

Para terminar esta semana movida, el día de ayer los dioses manes se confabularon en mi favor/contra y no me quedó más remedio que salir frente a cámaras de televisión que siempre me han puesto los pelos de punta. Nadie de mi grupo de los Escritores de miércoles estaba disponible para una entrevista con nuestro eterno profe slash periodista slash amigo, en la que se hablaría de nuestro novísimo lanzamiento editorial. El resultado fue una tremenda taquicardia, nada que un buen trago de agua de azahar, no calme.

Ahora toca relajarnos un poquito y sacar fuerzas para lo lacrimógeno de la siguiente semana: la despedida de mi hija, migrante feliz y poderosa. Los padres debemos soltar a nuestros polluelos en el momento debido, ni antes ni después, aunque se nos parta la vida por la tremenda tristeza. Los hace crecer, empoderarse, reafirmar y consolidar sueños e ideas y cerrar algún pendiente.  Los ayuda a descubrir(se), a instruir(se), a separar(se) y cortar el cordón.

 Muchas veces actuamos  de manera egoísta, pensando que deben sentar sus raíces en el país que los vio nacer. No necesariamente. El destino te dirá cuáles serán  tus siguientes pasos y pueda que te manden un poquito lejos.

Esos momentos de dicha, que pueden no ser grandes, ni eternos, ni continuos, atesóralos y revívelos…no sabemos cuándo volverás a sentirte tan pero tan feliz que quieras gritarlo y que se escuche hasta Saturno.

Alas y buen viento, hijita adorada. 

Te esperamos siempre para ponernos de vuelta y media, como ha sucedido desde tu primer día de vida. 

Eres un bellísimo huracán.

LA FELICIDAD ABSOLUTA ES UNA META IMPOSIBLE. (Google dixit).