Paternidad responsable

De pequeña le preparaba regalos bastante artesanales, por decir lo menos. No actué en el colegio para ningún día del padre…ni de la madre… 

 Siempre tuve la imagen de mi padre recto y legal en todos los aspectos de la vida. Querendón, generoso y engreidor al punto que podría haberme dejado sin estudiar toda la primaria, pues él era el encargado de llevarme al colegio, de camino a su trabajo y como yo lloraba todos los días porque pretendían alejarme por varias horas del hogar, mi papi, ante mi llanto descomunal, no tenía mejor idea que regresarme a casa y dejarme viendo TV a mis anchas, hasta que un día mi mami regresó del trabajo más temprano que de costumbre y me descubrió como toda una dropout infantil. Casi me chapó de las mechas y me dijo, fulminante y dictatorial: “mañana te llevaré yo al colegio” …fin de mis vacaciones. 

Me casé y no pude encontrar un mejor padre para nuestros cuatro critters: bueno, responsable, trabajador, gracioso. Sin embargo, como Grinch, hoy no les hablo a los papis que saben cuál es su función y su lugar en el hogar y que dejan los más hermosos recuerdos. Hoy les toca a los que dejan cicatrices...

 Acabo de ver la entrevista hecha a una madre de tres niños de dos padres diferentes. Refiere ser padre y madre, nombre que se da ahora a la clásica celebración, cuando el susodicho ha puesto pies en polvorosa. Igual será el padre biológico, así sea lo único que puso desde el nacimiento y nunca haya ejercido funciones. Esa categoría nadie se la quita. 

 Tenemos como “ejemplos" de muchos jóvenes que los consideran ídolos, a media farándula y peloteros que aparecen en la TV, muy campantes a reclamar regalos y fiestas y contar sus ilógicas y nada ejemplares razones para huir despavoridos del hogar y nunca haber cambiado un pañal, ni haber cuidado a sus peques cuando estaban enfermos. 

Conversando con algunos nuevos padres, me doy cuenta que llegan a su estreno paternal con bajas expectativas, impuestas por la misma sociedad. Sus duties a saber: una que otra amanecida para cargar al critter, pagar todo lo que corresponde, llevarlo a los cumpleaños bacanes donde haya otros papis que hablen de fútbol e ir a pelotear al parque de vez en cuando con su hijo bien puestecito con su flamante uniforme de la U, chimpunes incluidos…así tenga tres años y se deforme la pisada y se lesione su cartílago de crecimiento (lean al respecto). También asistirán a las infaltables actuaciones del nido, aunque su bebe actúe como árbol. 

Te cuento papito joven que tu rol es super significativo e influirá tremendamente en la vida adulta de tus hijos. No te imaginas el impacto que tendrán tu presencia en el hogar y la educación que impartas a esos niños que se están formando y que requieren nuestros sentidos y radares puestos en ellos. 

Tu bebe necesita ser respetado, valorado y amado, desde el día uno. Es esa educación -desde el uso de la fuerza bruta, por ejemplo, hasta la empatía- la que puede impactar generaciones.

 Un estudio realizado en Gringolandia a un gran número de homeless muestra que si el padre está ausente, en ese hogar habrá una alta posibilidad de embarazos adolescentes, problemas de conducta, socialización, pobreza, etc. ¿Te das cuenta de tu gran responsabilidad, papito? No seas un padre silente o invisible. Ojo, que no se trata únicamente de comprarles ropa, darles un techo y ser el que provea económicamente. Tienes que brindarles estabilidad en todos los aspectos de sus vidas y debes proteger no solo sus cuerpos, sino sus corazones,  almas y mentes.

 Imagínate por un momento al padre ideal, al mejor ejemplo, a alguien de quien se sentirían súper orgullosos tus hijos e intenta ser esa figura. 

Se siempre compasivo, sal de tu zona de comfort y no aceptes el statu quo de la sociedad que te libera de muchas responsabilidades y se las pasa de taquito a las mamis. Rebélate y batalla cada día por ser más y mejor, por estar siempre ahí, presente. 

Si tienes niños que no son tus hijos biológicos, hazte cargo de su felicidad y ayúdalos a curar cualquier herida pasada. 

Piensa un momentito cómo te reciben tus niños:

 -¡Yuuuupi, papi llegó de la oficina! 

-¡Shhhhhhh, papi llegó de la oficina! 

- ¿Vendrá papi hoy de la oficina?

 ¡FELIZ DÍA DEL PADRE!