Mala memoria, parte dos...o tres.

Pensé iniciar el 2023 con nuevos bríos. Con uno que otro reto y algún plan viajero interesante. No recuerdo ni retos ni planes y solo han transcurrido cuatro días desde que arrancó el nuevo año.

Por fin, después de todo el ajetreo previo a las vacaciones, nos dirigimos a la playa con todas las ganas de pasarla bien y con maletines llenos de necesidad de aire puro y paz.

No hay mucho sol pero no importa. Me animo: mi cara, con líneas de expresión que lo único que logran  comunicar es el paso del tiempo, lo agradece.

Tengo todo dispuesto en un cooler,  preparé mi maletín, un día antes, algo inusual para la señora-de-última-hora que soy.

Me siento alguito radiante con un buen corrector de ojeras, última adquisición antes de pensar en soluciones reales (léase cirujano plástico).

Mi critter # 4 está lista hace horas y su amiguita-invitada, también.

¿Qué podría salir mal? Un ligero detalle: no traje una sola ropa de baño, un pareo y menos una salida de baño...alguito consecuente soy...

Me empiezo a achicharrar, porque -obviamente- tampoco traje bloqueador...cualquiera diría que mi destino era un lugar nórdico.

Mi consuerte me dice, intentando apaciguar mi histeria: "más tarde iremos al Boulevard a comprarte una ropa de baño". 

Como comprenderán, la selección de una tenida cualquiera, en personas subidas de peso, aka gordas, no es un tema ligero. Nos cuesta Dios y su ayuda encontrar algo que tape deformidades y que "forme" algo diferente a un círculo. Podría pasar todo el esperanzador  2023 y no encontrar algo que me acomode, sin embargo decido marchar con fe en pos de la dichosa compra. Pues, aquí me tienen, tres horas más tarde,  sin compras, pero con  dos buenas pizzas.

Mis olvidos son cada vez más frecuentes y perjudiciales económicamente, ya que dicen que el tiempo vale oro. Dos pequeños ejemplos, porque no recuerdo otros: ir a comprar al supermercado manejando mi auto, salir con todos mis paquetes y tomar un taxi a casa. Debí tomar luego otro taxi para ir a recoger mi auto que me esperaba solo y desvalido. Hacer entender al guardia del parqueo por qué demoré tanto en mis compras, fue otro cantar.  

El último olvido me ocurrió ayer: fui hasta San Isidro para devolver un short que compré  y  ¡no lo llevé conmigo! Ya se imaginarán con el tráfico de Lima, cuántas horas me tomó el tema del cambio.

Al toro por las astas: la clínica Mayo da algunas recomendaciones respecto a la falta de memoria, pues el tema  afecta a las personas de todos los colores, niveles sociales y latitudes.

- La primera tiene que ver con la actividad física. Se sabe que el deporte es vida, es salud y es indispensable para nuestro sistema emocional y físico. Me lo machaca mi cardiólogo cada vez que me acuerdo de ir a su consulta: un mínimo de 150 minutos de ejercicios aeróbicos por semana. No amiga: pasear a tu perrito con toda la lentitud del mundo, no cuenta.

- Ejercicio mental que ayude a tu cerebro a seguir funcionando. Puede ser con juegos, con Duolingo para repetir frases en otros idiomas.  Quizás con estudios de algo relacionado al arte: quién sabe y te conviertas en un Picasso a la vejez. Puedes aprender algún instrumento musical o registrarte como voluntario en alguna de las mil opciones de ayuda que existen. Yo, he descubierto clases en mi municipalidad y dicto unas horas por semana de algo que ahora me quita el sueño: la literatura. (BTW, recién comprendo a cabalidad la brillante y linda carrera de mi mami).

-También debes socializar y no convertirte en un ermitaño. 

Se ha comprobado que la depresión y el estrés te pueden volver más olvidadizo, así que sal a buscar a tus amigos para un café y conversar largo y tendido. Si eres un tanto más osado, anda a algún rooftop de moda a experimentar sensaciones distintas a las de la vida diaria. No tomes mucho, un traguito es suficiente para relajarte y conversar. 

-Organízate con agendas o libretas y organiza bien tu casa, porque el desorden incide en la mala memoria.  

-No quieras ser un pulpo e intentar hacer varias cosas a la vez. ¡Eso no va más! Puede terminar todo muy mal hecho.

-Cien por ciento recomendable es dormir bien. Para tu memoria, para tu vida en general y además, para tu cutis que está de "mírame y no me toques" (juergueras recuerden el famoso BEAUTY SLEEP).

- Una buena alimentación,  sana y variada, es otra recomendación clave en los estudios de la Clínica Mayo. Pueden incidir en la memoria... (ojalá me olvidase de mis cenas bien taipá...pero ahí la memoria lamentablemente no me falla).

Por último,  chequear afecciones crónicas. Si eres hipertenso o diabético, por ejemplo, debes tener todo super controlado.

Todo este gran preámbulo, es para contarte que acabo de tirar al tacho los retos y resoluciones que tenía previstos para el 2023.

 Seguiré viviendo el día a día, tal como la pandemia me  enseñó. Seguiré sin dar las cosas por sentado, intentando sobrevivir a mis olvidos, sin hacer muchos planes y sin estresarme pues sabemos que nos generará más olvidos, en cadena.

 

No pensaré mucho,  exceptuando lo que haré en los siguientes diez minutos. ¿Más? Mi cerebro con el hemisferio que sea el de la memoria, 

 ¡ya no jala!