MUJEREZ

Este título lo copié de la sabia Mafalda, mi compañera de niña. Mafalda y su creador Quino fueron unos visionarios, totalmente adelantados a su época. Se acerca el 8 de marzo -día de la mujer- y empiezo a leer comentarios como: ¿por qué no se celebra el día del hombre? o ¡empiezan a salir las feminazis! En nuestro país se ha vuelto un tema netamente comercial, como el día de la madre: si no obsequias algo -mejor si es costoso- no es celebración. Las flores suben de precio y los perfumes desaparecen de las tiendas, pero ese no es el quid del asunto. ¿Sabías que muchas mujeres obreras murieron en Manhattan, exigiendo mejoras laborales, hace más de cien años, para que a ti te regalen flores? ¿sabías que este día, a diferencia de otras celebraciones, fue instituido por las mismísimas Naciones Unidas? Entonces, démosle alguito de crédito ¿no? Acabo de enterarme de un caso laboral en el que una mujer ha sido despedida por decir varias verdades frente a la plana mayor, 90% hombres, obviamente. Ellos sí pueden hablar fuerte y claro, las mujeres, "calladita te ves mejor". Entiendo que haya tribunas apropiadas para hacerlo, pero ¿qué sucede si nunca tuvo la opción de exponer? ¿Qué pasa con las mujeres que se sienten cargadas, atosigadas, estresadas, cosificadas, evaluadas al milímetro,  exigidas y aun así tienen que callar, sonreír y poner cara bonita? Maquillada, por favor. Demás está decir cuando salen embarazadas y llevan “tremendo problema” a la oficina. 

Las “buenas niñas” no gritan, no muestran emociones, obedecen, son amables, femeninas, no se arriesgan, cuidan su integridad, sueñan con el príncipe azul que las llevará a vivir a un castillo, son “de su casa” y viven buscando la aprobación de todos. Las “buenas niñas” no sueñan con construir su propio castillo, se sientan con las piernas cruzadas, no se tiran desde un trampolín altísimo, no se meten a “temas de hombres”, son/somos temerosas, no cantan si no tienen buena voz, no deben engordar, no por un tema de salud ¡bueno fuera! No deben salir hasta entrada la noche, para no parecer “movidas”, no tomarás sola un trago en un bar porque parecerá que quieres que “se te acerquen hombres”. Deben ser bonitas y estar con el cabello ordenado. Bien vestidas y no cometer errores. Algo así como el “arroz con leche” versión antigua. Los inversionistas preguntan a las emprendedoras ¿cómo te asegurarás de no tener pérdidas? (es decir: ¿cómo serás una buena niña?), mientras que al hombre le preguntarán ¿cómo harás para ganar? Desde el arranque. 

Las preguntas para contratarte en una empresa, también serán diferentes. Desde pequeñas, en el salón de clases, el tipo de preguntas debe cambiar. En el hogar, también, mejor aún: cambiemos el tipo de cumplidos que hacemos a las niñas, de manera que formemos  mujeres seguras de sí mismas. Si una niña sacó una buena nota, elogiemos su persistencia para conseguirla. A la que juega fútbol, sí, fútbol, elogiemos cada vez que se cayó al césped y se levantó. Elogiemos su coraje y valentía. Acabo de ver el Ted Talk de una oradora trome, Luvvie Ajayi y, caigo en cuenta mientras escribo, que a la chica del tema laboral que mencioné líneas arriba, la despidieron por ser incómoda, tildándola de “problemática”. No era eso: simplemente, todo debe ser igual a como estaba, es más “cómodo” (para los hombres que son los jefes, en la empresa en cuestión). Nada de revolucionarias o “feminazis”. ¿Para qué? Te respondo: alguien debe hacerlo, alguna debe hablar fuerte y claro, a costa de sacrificios y pérdidas. No es cómodo, pero es necesario. En un taller, pude ver por Zoom a una mujer gritar a los cuatro vientos lo exitosa que era. Cayó mal, incómoda. Si ese mismo discurso lo hubiese dado un hombre, lo hubiésemos sentido real y honesto, habitual. 

 No viajes sola, ni te diviertas sola, no salgas a la calle sola, no almuerces sola, porque parecerás una descocada. Todo "se ve mal" en las mujeres, cuando de libertades e independencia se trata. Así fue criada mi generación. Ahora, ninguna madre moderna diría eso. Gracias a Dios. 

Haz lo que te plazca, sé quien quieras ser, escala hasta las estrellas. Eso sí: sé noble y empática, sé tolerante, inclusiva,  persistente y corajuda. Sé justa y apoya siempre al más débil. Recuerda que sentirte cómoda y estar callada está sobre valorado, ¡no va más! Así lo único que conseguiremos será mantener el statu quo. Ser incómodas y persistentes, hablar claro y fuerte, no es grato a los oídos de una sociedad machista como la nuestra. El sistema reinante nos quiere calladitas y tranquilitas como “buenas niñas” para que nada cambie. Alguien tiene que hacerlo pues el silencio no nos favorece, si buscamos libertad e igualdad. A ese ALGUIEN ¡mis respetos!

 ¡FELIZ DÍA DE LA MUJER!