Elogio a la dureza
He conocido a varios inmigrantes en este país, hermoso y colérico. Frío, distante y comunicativo. Sí, no es algo antagónico: pueden hablar mucho las miradas y los gestos. No encuentro las palabras adecuadas para decir lo que siento. Admiro a las personas que dejaron sus países y con ello, su sangre, su tierra y su pasado. Se separaron de la familia unida o no, querendona, cariñosa o seca, con la que cuentas, a la que quieres y que sabes dónde encontrar. La que está a tu lado cuando las papas queman, así sea para regañarte o prestarte su apoyo. Esa familia que debe ser un puño y no siempre es. Dos de mis hijos emigraron, casi al mismo tiempo. Uno a USA y la otra a España. Compararía los sistemas de ayuda social de cada uno, pero podría equivocarme. Compararía riquezas y ciudades e ingreso per cápita, pero no sé mucho. Tengo una mirada sesgada, que no aporta. Todos tenemos familiares que partieron, hace años por Alan García o Fujimori, por el terrorismo o el golpe, po...