187 soles por cabeza

 

Debido al Covid, la pobreza extrema, esa en la que algunos países latinoamericanos ostentamos deshonrosos podios, aumentará.

La mitad de los pobres del mundo son niños, lo dice la ONU y también dice que aproximadamente unos cien millones de personas engrosarán las cifras de pobreza extrema este año, algo así de contundente leí hace unos días. 

Cifras terribles, que en nuestro país seguimos observando impasibles, casi como espectadores en una butaca del cine que extrañamos tanto.

Seguimos sin hacer casi nada por ellos. Seguimos criticándolos harto. Tenemos la idea errónea, tal como piensan muchas autoridades, que hay algo malo en ellos, que les falta carácter, que debemos enseñarles el camino, que deben prestar atención a lo que se les dice, que deben educarse.

Los criticamos porque viajan en esos ómnibus tan llenos, o que invaden todas las esquinas de Lima pidiendo limosna.

Criticamos que se junten en grupos cuando saben que está prohibido; vemos pésimo que se pongan mal las mascarillas o que no las utilicen.

Pensamos lo peor porque organizan fiestas clandestinas, sí, las mismas que en el Sur Chico se denominan “fiestas privadas” o porque quizás prefieren comprar una cerveza en lugar de leche para sus hijos.  

Son pobres porque les tocó no tener dinero, así de simple. Muchos de ellos luchan denodadamente por sacar a su familia adelante, pero les es casi imposible, por nuestras sociedades verticales.

Solo en época de elecciones los políticos se acuerdan de ellos. Los candidatos se pasean repartiendo polos, tapers y sonrisas, así que preparémonos para verlos desfilar desde hoy  hasta el 11 de abril por todos los conos, esos que se divisan cuando se sale de paseo  fuera de Lima. Los oiremos una vez más, ofrecer agua potable a esos casi ocho millones de peruanos que aún no cuentan con ella. Igual les exigiremos que se laven las manos veinte segundos para evitar el Covid. Cómo lo logran, es su problema.

Me puse a googlear un poco sobre la pobreza extrema: es verdaderamente sencillo darnos cuenta lo que es que no te alcance siquiera para una canasta mínima alimentaria (187 soles mensuales por persona, soles que nos podemos gastar en una buena salida). Si sabemos que este año habrá mucha más pobreza por el coronavirus, la situación pinta trágica. De ahí a que haya más robos y violencia,  existe un paso muy corto.

Sigo conversando con algunos de los beneficiarios de la Operación Tayta aunque ya terminó. Cada vez que me siento frustrada ante las desgracias que se leen en los diarios, llamo a Benita quien, con sus 60 años, me enseña lo que es tener fuerza y empuje, lo que significa la falta de agua en tus caños pero ingenio a chorros. La que es feliz y agradecida con lo poquito que tiene.   

Existe en redes un libro sobre cómo combatir la pobreza, que muchos comentan,  “La utopía para realistas”. Tiene propuestas interesantes. El autor es Rutger Bregman,  historiador neerlandés que puso de vuelta y media a los hombres más ricos del planeta, en una conferencia en Davos, pidiéndoles que paguen más impuestos. Justo a ellos: ¡lo que menos quieren es pagar más impuestos!  

Este joven se ha convertido en casi una estrella global, muchos lo siguen y comulgan con sus ideas.  Óiganlo, abajo les dejo un par de links con una entrevista y un Ted Talk: interesante, ameno y, aparentemente, con ideas válidas.

Aquí en nuestro país, los impuestos se los chantan a los formales. Nos pisan los talones y no nos queda otra opción que pagar y pagar bastante. He comentado sobre  mi bodeguero que cada dos por tres cambia de razón social. Supongo que al igual que él, muchos ven la forma de sacar la vuelta a la SUNAT “dentro del marco legal”.  Sucede lo mismo con la gran cantidad de independientes de distintas ramas, especialidades y profesiones: reciben ingresos que no declaran o los “maquillan” para pagar menos o NADA. El resultado es que nos quedamos sin ese dinero que claramente, debería ir a mejores causas que mantener a nuestra odiosa cuasi fauna congresal, por ejemplo. De esos impuestos, bien distribuidos, bien manejados y bien ejecutados, sale el dinero para pagar a mis padres su exigua jubilación también, pues sabemos que la ONP está quebrada. De ahí podrían salir las medicinas que ESSALUD reparte. 

¿Hay algo que los candidatos presidenciales puedan o quieran hacer por los pobres, realmente? ¿Alguno de ellos piensa cómo direccionar el gasto público de manera que llegue hasta los más necesitados y que no se pierda en el largo camino burocrático? No se trata de derecha fundamentalista, de izquierda caviar o de centro, sino de derechos humanos, esos que son inherentes a todos, pero con los que no todos contamos.

Acabo de ver por enésima vez Perfume de Mujer en Netflix, con el super Al Pacino, que actúa magistralmente como ciego. Suelta una frase frente a una audiencia de chiquillos, en plena formación de ideas y de valores: UN CAMINO LLENO DE PRINCIPIOS TE FORMA EL CARACTER. Formemos a nuestros hijos con corrección, con hechos que les servirán de ejemplo siempre y, algo que es primordial para cualquier país, en especial para países pobres como el nuestro, es honrar nuestras deudas y, un impuesto impago o declarado tramposamente, es parte de esa deuda que tenemos con nuestra tierra.

Lo estamos oyendo a diario: no hay camas UCI, ni buena educación pública, ni buenas carreteras ni buenos sueldos para policías y enfermeras,  ni vacunas, entonces:

NO MIENTAS (octavo mandamiento de la Iglesia Católica): DECLARA CORRECTAMENTE  Y PAGA TUS IMPUESTOS:  EL PERÚ TE LO AGRADECERÁ.

https://www.ted.com/talks/rutger_bregman_poverty_isn_t_a_lack_of_character_it_s_a_lack_of_cash/reading-list?source=reddit&language=es

 

https://www.youtube.com/watch?v=QbTWxFwuQtM