¡Súbete a mi moto!

Después de torturar a mis lectores -familia y amigos- y conminarlos a seguirme, me he convertido en una bloggera que ya cuenta con algunos seguidores. No sabía que existía una barra que debía habilitar e invitar/obligar a que me lean. Seguiré posteando semanalmente pues quien escribe, lo hace por una necesidad casi física, no necesariamente, por esperar ser leído. By the way, gracias por sus 17, 800  lecturas. ¡Hicimos click!

Hablando de cosas modernas, tenemos otros medios de transporte en la “nueva normalidad”: la bici y la moto.

Se han adecuado rápidamente, ciclovías en varios distritos, pero no nos han enseñado a usarlas. Así, la semana pasada se nos ocurrió ir en bici desde mi casa hasta la Pera del Amor (10.9 kms).  Iba pedaleando por una de estas nuevas vías cuando se atravesó otro ciclista, que venía en sentido contrario. No hizo ni el menor queco de arrimarse para que entremos los dos en el carril; resultado: salí despedida y aterricé cuan ancha soy en plena pista, sacándome la chochoca. Esperaba que mi consuerte venga a recoger mis pedazos y consolarme por el dolor y por la vergüenza de terminar desparramada en la pista, pero él estaba  a cien metros de distancia y ni se enteró de mi aterrizaje forzoso. Nadie me ayudó a incorporarme...¿será por el distanciamiento social? Toda la riquísima sensación del viento heladito en la cara y la adrenalina que te proporciona la velocidad, se fue al piso, literalmente.

Creo que los moteros la pasan mejor.

Me comentan que es todo un estilo de vida, fresco, disipado y relajante.

Usar moto para transportarte en la caótica Lima tiene sus ventajas: ahorro de combustible; ahorro de tiempo porque se meten en cualquier espacio de la pista y avanzan mientras tú estás en la cola interminable de carros.  Encuentras parqueos disponibles y no tienes que dar mil vueltas buscando dónde estacionar.

¿Alguna desventaja? Estás mucho más expuesto a accidentes, sin embargo, si prima la prudencia, la puedes pasar muy bien. Son tan seguras ahora, que no necesitas ni soltar las manos del timón pues los gadgets que necesites, vienen incorporados en los cascos modernos y fuertes: blue tooth, Ipad, Iphone, Iwatch y todo el alfabeto.

Algo que me parece super: son eco friendly. Es por eso que en las principales ciudades europeas, ves menos autos que motos. Respiras mucho mejor aire.

Puedes usar motos diferentes, más grandes y más fuertes, para la parte deportiva: ¿motocross o enduro? Esta última palabrita significa, básicamente, meterte por los caminos más insospechados, más difíciles, más angostos; por los cerros más empinados, por las arenas más calientes, en tu moto.

Hay motos, aún más grandes, diseñadas especialmente para manejar largas distancias. Salir de viaje y ser feliz, con tu patota de amigos, en una moto super cómoda, potente, como para que cargues tu casa entera atrás, con buenos asientos, con protección contra el viento, de manera que tu aventura viajera, arranque con el encendido.

Me comentan, pues nunca he subido a una, que el disfrute de viajar en moto, no tiene parangón. Te mimetizas con el paisaje, volviéndote parte de él. Esa grata sensación de mi consuerte, de volar sobre las olas surfeando, se traduce también en volar y sentir el viento en el rostro, en los moteros.

Como vemos, hay para todos los gustos. Solo debemos encontrar lo que nos jala la mirada y lo que nos permite montarnos en un sueño. Sobre las olas y sobre las pistas. Súbete a una moto, monta bicicleta. Cáete, por avanzar veloz, como un chiquillo. Ten algo intrépido y divertido que contar. Formará parte de esta carrera de cross, llamada vida.