LOS CINCUENTA

Empecé ésto como un ejercicio mental y ahora me está alimentando el alma y manteniendo activa a mi solitaria neurona. ¡Gracias por leerme! Son ya cinco mil las veces/personas/entradas/clicks o lo que sea,  a mi blog y, aunque solo lo comparto con gente de confianza, me parece una cifra bastante generosa (¡ojalá se convirtiese en un euro por cabeza!).

Este post es un poquito más largo de lo habitual, pero creo que los 50 lo ameritan.

Como estoy recién bajadita del avión, (con toda la tristeza del mundo) porque a mi querida Lima cada vez la veo más caótica, más fría, más gris y más insegura y,  porque cuando uno viaja, solo ve lo lindo de los sitios que visita, este post tratará de todo lo que me ha asombrado, despistado y extasiado en esta nueva aventura.

# 1.- El excelente sistema de trenes que tienen en Europa y que, salvo un día en que todo les salió  mal, llegan exactamente en el minuto que deben llegar y parten igual, con una exactitud que odias cuando te cierran la puerta en la cara, porque te distrajiste una milésima de segundo y bye…se fue tu tren…a llorar al río y esperar en unas estaciones que, eso sí,  me parecen  feitas!

# 2.- La calidez y la sequedad de los habitantes de dos ciudades de países vecinos, que hacen que  te sientas super bien recibido, o pienses que eres un inmigrante más que viene a molestar sus otrora apacibles lugares. Gente super amable y gente super seca, para todos los gustos.

 A pesar que les ingresan cantidades ingentes de dinero (que ni en cien Macchu Picchus tendríamos), deben sentirse sobrepasados por las hordas de turistas que pululan en el sofocante verano europeo. Me derretía a cada paso (empecé  tomando juguitos pequeños y caros, misma lady, pero  pronto debí cambiar a bidones tipo San Luis!).

# 3.- Lo mal que se siente no entender ni michi de lo que te hablan en lenguas desconocidas, ésto sucede cuando no quieren o no pueden hablar  inglés (español, mucho menos, obviamente). Lo repetiré mil veces y se lo machacaré a mis alumnos como cotorra, para que me presten atención en clase: EL MUNDO HABLA INGLÉS, no hay otro idioma realmente útil cuando se trata de ciudades cosmopolitas.

# 4.- La libertad o libertinaje, ustedes decidan, que existe en otras ciudades y que hace que no voltees la cabeza como el exorcista, para mirar a parejas del mismo sexo caminar apacibles, tomadas de la mano o sentadas en los bares. Hasta encontré una foto en una Catedral en la que aparecía una pareja de hombres y –supongo- hablaría de la tolerancia que debe existir entre todos los hijos de Dios.

# 5.- Lo feo, feísimo, pero necesario, que es conocer los errores y horrores del pasado, para no repetirlos. La visita a un campo de exterminio nazi ha hecho que ahora tenga pesadillas, pues se me han quedado algunas figuras grabadas en el cerebro y aparecen recurrentes en mis sueños. Las atrocidades documentadas y contabilizadas no hacen más que confirmar que los seres humanos, tenemos poco de humanos.

# 6.- Los parques más bellos, con las flores más lindas, abiertos para el disfrute de quien quiera sentarse, echarse a comer o conversar. Mismo cuento de Hansel y Gretel. Sin rejas y sin letreros que digan: NO PISAR EL CÉSPED. Claro, ustedes dirán, “acá todo está lleno de  excretas de  perros”, si pues, es cierto: nos falta muchísimo para ser una sociedad un poco más civilizada, y poder poner una mandala con tu pan baguette y tu vinito y sentarte a conversar plácidamente. Ahhhh, y no encontrar basura tirada por doquier…algo tan simple pero tan difícil de encontrar en nuestra Lima.

En esos parques o puentes, mil macetas colgantes con flores multicolores, en cada canal, que solo ponen más primoroso, si se puede,  el paisaje. Hablando de canales: los hay en muchas ciudades y compiten en belleza. ¡Chau Venecia!

# 7.- Como peatón, tú mandas y todos frenan a tu paso. (He sido tan peatona que se gastaron mis zapatillas compradas para este viaje, así que sé de lo que escribo).  Acá, recién bajadita, fui al óvalo Higuereta estando en modo civilización y –literalmente- casi muero arrollada.

# 8.- Qué tranquilidad caminar a las 10 de la noche, sin tener tu cartera  amarrada del cogote para que no te la roben. Por eso la gente me miraba extrañadísima cada vez que les preguntaba si era seguro caminar en la noche  o si los Uber no te asaltaban,  como preguntándose: ¿de qué planeta viene?

# 9.- No todos saben dónde queda el Perú o qué es Macchu Picchu o el Imperio Incaico, como podríamos suponer. Pensé que éramos conocidos en el mundo entero, pero no…

# 10.- A la policía sí se la respeta y harto…claro… con los dos metros que tienen muchos de ellos, no quiero ni pensar qué pasa cuando te pones sabrosón. Nos gritaron con megáfono desde una de sus patrullas y nos tuvieron que explicar cuál era la infracción: en el scooter no pueden ir dos personas y no se puede ir en contra (traducción divertida de los transeúntes). Roche total!!

# 11.- No sé cifras reales, pero me parece que hay más bicicletas y scooters que carros en varias ciudades. Gente inteligente: no contaminan más nuestro planeta. Los pocos autos que hay son pequeños. Aquí estamos tan atrasados mentalmente, que pensamos que tener un carro grandote, el super camionetón (que contamina harto) es sinónimo de prosperidad, cuando eso significa malograr más nuestro entorno.

# 12.- Bastantes más mendigos de los que pensaba (especialmente de Europa del Este). No quiero imaginarme el invierno duro que se aproxima.

# 13.- Harta fruta que cae de los árboles y que puedes comer del suelo: manzanas, frambuesas y moras, listas para tu ensaladita light.

# 14.- Mesitas que sacan a las puertas de las casas, letrero de por medio que no comprendía, con cosas que te puedes llevar si así lo deseas. ¡Qué pena no tener espacio en las maletas para cargar con la mesa entera! He dejado vajillas inglesas, copas de cristal y mantelería belga!

# 15.- En algunas ciudades, vi a los chicos y chicas más churros y esbeltos del mundo, de acuerdo a los estándares de nuestro tercermundista Perú, realizando las labores más sencillas…acá serían actores de telenovela o reality.

# 16.- No tienen comida rica!  Punto para Perú! No hay platos típicos sabrosos, por eso existen restaurantes de todas las nacionalidades del planeta, uno al lado del otro.

Hablando de restaurantes: fuman y fuman, tábaco y demás hierbas. También toman y toman, harta chela, para todos los gustos y trancas: pilsner, ale, lager,  stout, blanca, negra, etc.

# 17.- No le dan bola al dólar y varios locales tampoco aceptan tarjetas de crédito, increíblemente, en este año del Yapeo.

# 18.-El Smartphone con una buena señal de internet (que antes odiaba y ni llevé en mi viaje anterior)  se ha vuelto una herramienta indispensable para sobrevivir como viajero. Te dice absolutamente todo, pero TODO lo que necesitas saber: hoteles, restaurantes, minutos que demorarás en llegar caminando, distancias. Dónde encontrar el scooter y la tiendita más cercana, etc. Adiós agencias de viaje. O personalizan completamente sus servicios o desaparecen. Por lo pronto yo, no pienso volver a sacar un tour, todo lo organizaremos nosotros, de acuerdo a nuestros tiempos y gustos.  Recuerdo que en nuestro viaje anterior, con tour y guiado, nos recogían del hotel a las 7 am y nos tiraban cual sacos pasadas las 9 pm. Terminamos extenuados, deseando tomar  vacaciones de las vacaciones que tomamos.

# 19.- El cine, carísimo, (14.5 euros por persona) parece más un teatro, formalito y casi vacío. No se come canchita ni nada que pueda producir el mínimo ruido. ¿Yo?  Como el hambre siempre apremia, por abrir un chocolate, casi salgo expectorada.

#20.- Hartas musulmanas con burkas que solo dejan ver sus ojos. No lo entiendo. Sé que es un tema cultural y/o religioso, pero me resultaba extraño verlas tan cubiertas, de negro, con el calor insoportable que hacía. Eso sí, bien a las uñas pintadas y con buenas tabas. ¡Simples?  jamás!