La vida es un carnaval
Febrero, no quiero que termines porque se acaban las vacaciones, pero no el sol calcinante que, en la canícula, llega a los 30 grados. Mes de playa y parrilla, con familia y amigos. Mes de engorde; aunque los cuerpos bronceados me griten: ¡adelgaza!, seguiré comiendo todo lo que me guste. Quizás más adelante el colesterol o los triglicéridos no me lo permitan, así que, TENGO QUE APROVECHAR, mientras pueda. En febrero celebramos el amor y si, luego de 32 años de casada, sigo recibiendo arreglos (en plural) de flores, es que alguito estoy haciendo bien. También en febrero, si eres de los que no salen mucho, puedes ver en la tele, la entrega del Oscar y el Festival de Viña del Mar o hacer como mi querida Ali, cuando está de vacaciones: maratón de Netflix. (Ya vendrá un post de buenas recomendaciones y reviews que he ido recopilando). En febrero celebramos carnavales. Recuerdo cuánto me gustaba, de chiquilla, tirar agua todos los domingos. En baldes,...