Silla ocupada
Desde pequeña mis Navidades fueron bastante tranquilas. No hacíamos grandes celebraciones ni ostentábamos lindas decoraciones. Nos esmerábamos en el pesebre, forrando cajas con papel gruta, y lo llenábamos de animalitos de cerámica que compraba con mis propinas, pues los del año anterior por alguna razón, terminaban descabezados. No faltaba el pavo de rigor con puré de manzana y ensalada Waldorf. Luego, mamá nos haría aguadito todo el tiempo que durasen los kilos de ave comprados...que alguna vez pasó el ¡año nuevo! De las Navidades con mis padres y hermanos, recuerdo los regalos que recibía, la lectura de algún versículo y programas navideños en nuestra TV en blanco y negro. Hice tremenda fiesta cuando mi papi compró una a colores, a un oficial de nuestra marina que traía decenas de aparatos eléctricos en el buque que surcaba mares, instruyendo a los oficiales... Luego llegó mi familia nuclear, con bebés a los que no quería mover de casa, pero ...