SEÑORAS DE LAS CUATRO DÉCADAS

De habernos conocido…no nos emocionemos con la canción de Arjona. Casi todas nos vimos por primera vez de “cachimbas”: en la cafetería o en el “Chama”, las que vivían lejos y debían recorrer largos trayectos hasta el campus universitario. 

A fuerza de encontrarnos en las mismas aulas,  nos unimos desde el primer ciclo. Pasamos por fiestas en las que, por alguna razón contraria a la ley de gravedad, el ají de gallina terminaba por los techos. Fiestas en las que llorábamos (bueno, en singular), nos reíamos tanto que nos dolía la barriga, que aún no era prominente; bailábamos y tomábamos cerveza. Gozamos de la mejor música de todos los tiempos, el rock de los 80´s: nadie podía resistirse a The Police, The Cure o, más cerquita, a Los Enanitos Verdes. Épocas en las que las baladas, eran tremendas canciones con letras cortavenas de Montaner o José José o también Air Supply. ¡Lo siento, Bad Bunny! 

Podíamos juntarnos en cualquier lugar y, por cualquiera me refiero a la berma central de la avenida Benavides o en una bodeguita de dudosa higiene, en la esquina aledaña a nuestra alma mater. 
Si teníamos propinas, recalábamos en algún restaurante que, en la actualidad, mayores, casadas y con hijos, no pondríamos un pie. También nos reuníamos en la cafetería en la que en una mesa de diez había tres gaseosas y dos empanadas. 

Nos juntábamos dizque para estudiar, pero la conversación era demasiado amena como para “desperdiciar” nuestro tiempo o había uno de los apagones, a los que nos tenían tristemente acostumbrados los terroristas en la aciaga década de los ochenta. (Quizás esté equivocando años, pero ustedes perdonarán la emoción producto del recuerdo). 

Detuvieron una extraordinaria presentación poética en nuestro auditorio para callar a “ese grupo de la quinta fila que hace tanta bulla”. Debo decir en mi defensa, que ese recital sobre Vallejo, me encantaba y, sí, estimada profesora Maluenda quien ya no radica en este plano, le juro que yo no fui. 

En los exámenes parciales podíamos copiarnos o no. Me pesa contarlo ahora que soy docente: sé que no sirve para nada hacerlo y que nos engañamos nosotros mismos…sin embargo…es lo que hay. 

En ese grupo había una que otra estudiosa que podía paporretear el passé composé de los mil verbos, mi pesadilla. Esa fue una de mis grandes dudas existenciales: passé composé o imparfait…qué más da… 

 Casi todos los fines de semana,  sin dejar uno en blanco, nos juntaríamos en una u otra casa. Mi mami, sabia desde siempre, prefería ceder su sala a una invasión casi troglodita, de manera que me vigilaba, en épocas de adolescente terca y chúcara.

 Juntábamos dinero para comer pizzas o arroz con pollo, no importaba tanto, mientras quedase dinero para cervezas. Varias nos casamos y tuvimos hijos. Ahí estuvimos en bodas, showers y nacimientos. Tenemos mucho en común porque los amigos de la universidad recalan y se agrupan, mayormente, por la afinidad en gustos y habilidades. En nuestro caso, debo añadir con el perdón de nuestra Facultad, muy pocas ejercemos la carrera que estudiamos. Echémosle la culpa a nuestro país y las escasas oportunidades laborales, por lo que la mitad de mi promoción radica en el extranjero y allá sí que ¡la hicieron linda! 

Este es un pequeño homenaje a ese grupo de amigas bien compacto ...por la buena amistad y el peso acumulado. Una de nosotras partió prematuramente, dejándonos su bondad como legado. También a esos docentes que fueron dignos de oír y de los que aprendí lo poco que sé (simplemente porque en esos tiempos me negaba a escucharlos): Frau Thum y Zegarra, Mijaela, Maluenda y Hurtado de Mendoza; Colina, Arbañil, López y Cruz. ¿Qué será de ustedes, queridos maestros? Hablando de profesores, añadiré que uno de mis asesores en algún proyecto de investigación fue uno de mis compañeros de carpeta (sí, repetí un curso) y que, sin que le tiemble un poquito el pulso, en la primera asesoría, me clavó un vergonzoso cinco, como tremendo jalón de orejas por una tarea pésimamente presentada. Esa advertencia me ha servido toda la vida: nunca se mezcla la amistad con el deber. 

 ¡Gracias brujas, las quiero mucho!
 ¡A juntarnos más!

Comentarios

  1. Sniff sniff qué hermosa narrativa sobre nuestra amistad, gracias gallinita, se te quiere!!!

    ResponderEliminar
  2. Monica Bay Sotomayor10 de marzo de 2024, 9:04

    Una época extraordinaria la Universidad y una amistad inquebrantable que me hace muy feliz 😀 Viva las Richie Friends juntas (o) toda la vida

    ResponderEliminar
  3. Años de amistad
    Las quiero mucho mis Richi friends

    ResponderEliminar
  4. Me parece que describes a mi grupo, pero no estudiamos juntas. Anécdotas de la vida, cuando jóvenes, felices, sin grandes responsabilidades. Muy lindo

    ResponderEliminar
  5. Oh ! My gallinita me hiciste sonreír y volver a esa linda época. Muchas nos fuimos ... Extraño a mis brujas de la Richi!! Las quiero 💕 ♥️ 💖 Pura Vida!!!

    ResponderEliminar
  6. Simplemente entrañable. Love it!

    ResponderEliminar
  7. Qué facilidad tienes para narrar amenamente tus historias!! Gracias 🥰

    ResponderEliminar
  8. Los momentos vividos con estudiantes universitarios es inolvidable. Claro poniendo entre paréntesis el problema de los apagones.
    Solo el hecho de compartir, de conversar y reírnos, era más que suficiente.
    Gracias por compartir excelentes reflexiones e historias hermosas.
    Un saludo cordial.

    ResponderEliminar
  9. Muy buenos recuerdos de tu época universitaria, que me recordó la mía

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Silla ocupada

No te vayas mamá