La promo de la Senescienta

Lima me recibe con un tremendo golpe de calor. Un sopor que me atonta y me pone lenta, yo que siempre he andado acelerada… ¿A quién engaño? No es por el calor, sino por el almanaque. Ahora pienso bastante antes de salir a enfrentarme a mi ciudad: es casi un pugilato meterte en el tráfico, en el que cada vez veo que se obedecen menos señales. ¡Ni siquiera se respeta la luz roja! De las motos, ni se diga, me han volado literalmente por la cabeza. Siento que me rodean y me ponen nerviosa. ¿Bottom line? No quiero manejar en mi cuidad. 

Lima me recibe con árboles podados casi a coco, como para el verano. ¿Será que nuestros “brillantes” alcaldes no saben que dan sombra, viento, frescor y que limpian nuestro aire súper contaminado? 

Lima me recibe con algunas amigas a las que la vida les está pasando su factura y se niegan a pagar. Empiezas a necesitar ayuda para abrir frascos y terminas necesitando ayuda para ir al hospital. Empiezas a depender de otros y eso te enerva pues te das cuenta que tu independencia y libertad empiezan a irse al cacho. Reniegas contigo mismo porque no puedes ejecutar, leer, recordar, manejar y dirigir todo como antes. Como ayer. Es cierto: nada es como antes. Hoy es diferente: no tienes a tus hijos chiquitos y pegados a ti. Sufres. No tienes a tu marido que babea por ti -ahora solo babea. O, simplemente, no lo tienes. No tienes la/las empleadas que te solucionaban la vida, de manera económica. Ahora te cuestan harto y ¡oh! descubres lo que siempre se supo y no querías ver: personas con todos sus derechos. No tienes el súper seguro con el que te atendías a cuerpo de reina, gorda, pero reina al fin. Ahora la cantidad de gente en las salas de espera de cualquier clínica, te recuerdan a la temida, en nuestros países pobretones, seguridad social.
 
No tienes a tus padres que te solucionaban media vida, ya sea con sus cientos de contactos o con sus cientos de manos. Sí, nuestros padres parecían pulpos que podían hacer muchas cosas a la vez y nunca se cansaban. Eso creíamos. Porque nadie les preguntaba si se sentían bien, si eran felices, si habían comido a su hora, si querían ir al teatro. Todo lo dábamos por sentado. Igual como sucede ahora con nuestros hijos. 

El único problemita es que nos sentimos cansados desde temprano, queremos vegetar un poco, mirando a las musarañas. Queremos sentarnos a leer lo que nos place, a la hora que nos provoque y no cuando podemos. 

Debemos seguir trabajando y ahorrando pensando en nuestra vejez, esa que está a la vuelta de la esquina, por más que nos espante la palabrita, que encierra todo un cambio de vida, de hábitos y de la temida dependencia pues no quieres esperar a que te recojan y te lleven. No quieres esperar nada y solo quieres moverte cuando a ti te dé la gana. Quieres seguir comiendo lo que comías ayer, sin pensar en el colesterol o los triglicéridos. Quieres tomarte una Inca cola-que-con-todo-combina y no quieres tomar una insulsa agua. Quieres muchas cosas que ya no puedes o no debes, que es casi lo mismo. Un día amaneces con dolor de cuello y al siguiente, de rodilla. Te dices que dormiste mal.

 Empezaremos a decir que somos jóvenes en espíritu, que la verdadera belleza reside en la aceptación de tus arrugas y la dignidad con que las lleves. Dirás que cada una cuenta una historia de vida. ¡Sí, claro! Eso sí, debemos ser más sabios. ¡Con tantos años de experiencia, algo debemos haber aprendido! Digamos que empezará a brillar nuestra lucecita interior, pues por fuera, solo nos brilla el sudor. Otrosí: nuestros amores y amistades son más ciertos, reales y eternos. Han pasado la prueba del tiempo y ahí siguen, casi firmes. Lo cierto es que, como diría Quevedo, todos queremos llegar a viejos, pero todos negamos que hayamos llegado. 

Hablando de vejez: el nombre Senescienta, como expliqué hace doscientos veinte posts, viene del verbo senescent que significa Something senescent is growing old. Senescent things are deteriorating. Senescent and senile have something in common — the Latin root senex which means "OLD” …en buen cristiano: se refiere a los cambios que se dan por el paso del tiempo. En mejor cristiano ENVEJECER.

 Exceptuando a mis pocos alumnos seguidores: ¿a qué no andas empezando en eso, querido promo? He visto cómo te amarras las zapatillas, así que no puedes negarlo. 

 Yo, que intento escribir, diré como Elena Poe, que quiero envejecer con la dignidad de un libro: en las manos correctas, con olor a nostalgia y la mirada deshojándose a través del tiempo.

Comentarios

  1. me cayó de lleno esa derecha aunque eres zurda no?

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  2. Lo comparto con mi promoción, con o sin tu permiso, jiji. A la promoción anterior y la posterior, también. Bueno con B de Bochicienta

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  3. Como siempre entretenida y acertada (aunque esta vez no me guste aceptarlo 😉).

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  4. Es difícil aceptar el paso de los años, pero gracias a que algunos vimos a nuestros padres envejecer, se nos hizo más fácil de comprender y atender. Mucha paciencia🙌

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  5. Excelente descripción de la etapa que estoy viviendo con bastante rebeldía de aceptarla
    Con el paso del tiempo tendremos que aceptar, pero antes debemos luchar por nuestra independencia, luego habrá que aceptar la esclavitud que nos toque vivir

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  6. Si estamos envejeciendo pero no debemos ser como nuestras abues que apenas llegaban a los 55 y ya andaban de negro o colores obscuros y de chongo, no!! Ahora ser entusiastas maduritas pese a los achaques y vestir de colores vibrantes y arreglarnos y perfumarnos más para suplir la juventud perdida...Gracias Rox por hacernos reflexionar sobre esta etapa de vida.

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  7. Miss buenas tardes,esto ya pareció catarsis.
    No se olvide lo que dice al otoñal RArjona " no le quites años a la vida. (...)
    Musarañas? ...me hizo recordar a la palabra repetida cientos de veces por mi madre cuando no me encontraba haciendo algo productivo en la casa jejeje
    Un gran abrazo Miss
    Ahorita averigüo el concepto de musarañas.

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  8. Buenas noches. Si, excelente reflexión. Cuesta aceptar y lo peor: "los demás tienen la culpa, no yo". Pues al mismo Apóstol Pedro, Jesús le dirá: "otro te atará el cinto y te llevará por dónde no quieras ir"
    Bueno pues, ya llegó la hora.
    Un saludo cordial y gracias por compartir excelentes reflexiones.

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  9. Escribes todo lo que pienso. mind Reader? Me encanta todo lo que posteas. Siento que me ayudas a ordenar las ideas. Muchas gracias Rox.

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