La Senescienta

Tuve un almuerzo con amigos del colegio. Lo planeamos de un día para el otro. Hemos quedado en salir a bailar en unas horas, como en nuestros años juveniles, en tiempos felices en los que tu preocupación en la vida era ver qué ropa ponerte para el tono de la noche. Mis amigos disculpan el cuerpo, las arrugas y el cansancio; con ellos nunca me faltan ganas de conversar y puedo salir hasta en pijama.   El tiempo no regresa, se cargó tu juventud. Lo único que permanece inalterable es la amistad. Por arte de magia, después de diez minutos, así hayan transcurrido veinte años sin verse, empiezas a recordar. Vienen a tu memoria las mejores canciones de todos los tiempos: sí, mi música de los 80, mía y de mi generación, pero que traspasó radiolas, caseteras y mini componentes y ahí sigue  casi clásica y atemporal.  En Facebook existe un grupo al que me he unido. No recuerdo el nombre, pero está relacionado con mi juventud. En los videos y fotos que postean, todos bailan y ...

La nueva guerra, ¡una más! nos hace olvidar por un momento el conflicto de Ucrania y Rusia, que no termina, para zamaquearnos con unas imágenes crudas, extremadamente chocantes. Nuevamente las opiniones en el mundo entero se dividen pidiendo la muerte de los palestinos, por albergar al grupo terrorista Hamas y por otro lado, acusando a los israelíes de atacar otra vez con su ejército poderosísimo, a esa especie de cárcel al aire libre que es la zona de Gaza,  hervidero de gente donde es -desde ya- complicada la sobrevivencia. Tienes que estar a favor de unos y en contra de otros. Leo que la paz no es posible hasta no aniquilar a todos los palestinos, pues entre su sociedad civil se mimetizan los terroristas.   ¿Se imaginan los enormes daños colaterales?¿sus bebés  no sufren, tal como debió ocurrir con los infantes del lado israelí, muertos por las manos asquerosamente sangrientas de Hamas? Ante la barbarie, no se puede responder con más barbarie. En lugar...