Senescienta in Paris

París siempre será París. Romántica por naturaleza, sus calles, vitrinas con decoraciones repletas de flores y cafés con sillitas separadas por medio milímetro de distancia, respiran amor. París es marketera: le ha sacado bastante provecho al tema de parejas. Le funciona de maravilla; de tanto en tanto crean un nuevo spot donde puedas vivir romances de película, como Midnight in París, El último tango en París o Antes del atardecer…salvando las distancias… Desde que llegamos, nos recibe con aguacero. De acuerdo a los pronósticos y a las noticias debí estar derritiéndome en el verano europeo y resulta que tuve que comprarme un sweatshirt de ambulante, que pasó de costar 20 euros en mi viaje anterior a 40…inflación le llaman. Lista también con mi paraguas transparente a lo Emily (10 euros) vendido por migrantes africanos, que están por todos los rincones, me siento lista para rodar por sus bellas calles. De pronto los Campos Eliseos no me parecen tan pero tan hermosos. Recuerdo haberlos visitado en algún diciembre en que sus calles tenían vitrinas decoradas de manera sublime con estatuas a gran escala y juegos de luces espectaculares que solo podían poner más brillante a París. Ahora las encuentro repletas de maniquíes que le muestran ofertas a millares de compradores que no me dejan observar bien el panorama. Camino de ida y vuelta sus dos kilómetros: tiendas, tiendas y más tiendas. Desemboco en el Arco del Triunfo, en donde es imposible la foto de rigor, a no ser que les metas cabe a las varias novias que quieren pararse justo en el medio. 

 Llegué hasta Montparnasse el mismo 28 de julio para homenajear a nuestro más grande poeta. No me pareció la octava maravilla, pero sí me emocionó ubicar la tumba de nuestro César Vallejo, solo con divisar a una compatriota que portaba las banderas roja y blanca y la multicolor del Tahuantinsuyo y que lloraba sentidamente por la emoción de tener un pedazo del Perú en esa lápida. Me pidió tomarle unas noventa fotos, caminamos muy poquito y nos retiramos sin pena ni gloria. Nuestro cementerio Presbitero Maestro podría, si estuviese bien mantenido, competir de igual a igual con el parisino, a excepción de los cuerpos bastante famosos que yacen allá: Simone de Beauvoir, Sartre, Maupassant, Marguerite Duras y demás, que solo pueden escarapelarte el cuerpo. Desde el incendio de sus torres no vale tanto la pena ir a Notre Dame,  pues no te permiten ingresar, sin embargo, como los tours igual te quieren llevar de las narices, puedes ver cómo se las ingenian las autoridades parisinas para montar una exhibición -alrededor de la catedral- en la que te explican paso a paso todo el proceso de la reconstrucción, con gigantografías de los ingenieros de diferentes naciones que tienen a cargo la restauración que deberá estar lista a finales del 2024. 

Montmartre siempre es espectacular, así las hordas de gente por el ingreso gratuito, te hagan formar colas de una hora. 

Alucinante vista e idílicas calles si eres romanticona. Todos los cafés siguen la moda de la decoración con flores … artificiales. Puedes subir a pie -no es agotador- y ahorrarte el funicular. Nuevos enrejados repletos de candados para que no se escape el veinteavo amor de tu vida. Lo que no saben las miles de parejas es que de tanto en tanto, deben retirarse los metales dejados como recuerdo porque de lo contrario, rejas y puentes colapsarían por el peso. Obviamente tienes a decenas de ambulantes vendiéndote desde los indispensables candados amorosos, botellas de agua que pueden saciar tu caminata de un par de horas y carteras bamba para tus outfits domingueros en Lima.
 Como habrán notado, soy fan de Emily in Paris, la serie de Netflix que me ayudó a encontrar spots que no conocía, como el Muro-de-los-te-Amo, hecho por los artistas Baron y Kito, con la misma frase, escrita en trescientos idiomas. Válido para IG si logras borrar a todas las personas que, como tú, buscan la mismísima foto. 
Vuelos en globos aerostáticos, que jamás realizaré (para los que ya no necesitas viajar hasta Capadocia), te mostrarán las mejores vistas de una ciudad bien concebida. Más formas lindas de ver cómo es la torre Eiffel, sobre la que escribí hace un par de años, un post solito para ella: Bella Dama, ¡lo vale! Debo aclarar, muy orgullosa, que subí los seiscientos y pico de peldaños y no me infarté en el intento. La vista desde ese segundo nivel es simplemente espectacular. El ingreso caminando vale unos 11 euros. Hasta la cima, en el ascensor, es otro cantar, colas interminables y otro precio. 

Me quedo con el Versalles que recordaba. Los jardines en algunos pequeños tramos estaban un tanto resecos, supongo que por el verano europeo. Con jardines interminables, fuentes antiquísimas y su galería de espejos en el que se refleja mi gordura chic. Pensar que nuestro amigo el rey-sol, Luis XIV, lanzó desde allí su famosa frase “El estado soy yo” ¡absolutista a más no poder! Se le ocurrió mudar medio Paris a su palacio, lugar en el que moriría de gangrena a vista y paciencia de la corte que, expectante, presenció cómo se fue -literalmente- pudriendo en vida, hasta sucumbir tras varias semanas de sufrimiento. 

 El fabuloso museo d'Orsay nos abre sus puertas con una exhibición casi tan espectacular como el Louvre, mucho más pequeña, eso sí. De las imperdibles, sobre las que puedes leer en cualquier guía del museo, me quedo con la famosísima Noche estrellada de Van Gogh, la Mujer con sombrilla de Monet y la escultura de la Bailarina de ballet de Degas, que también me presentó mi bff Emily. Saliendo de la exhibición con hambre, puedes ingresar a su restaurante principal, el más chic que he visitado en mi no tan corta vida y sentirte, por un par de horas, parte de un mundo palaciego. Tiene precios promedio así que mi consuerte no se quedó tuerto. Otro museo que no conocía de las decenas que puedes visitar en esta mágica ciudad, es el de Los Inválidos, llamado así por los miles de militares postrados por heridas de guerra que alojaba, allá por 1670 en que se construyó como agradecimiento de la ciudad hacia sus soldados. Con una magnífica colección de historia y arte militar también se encuentra la tumba de Napoleón. Construida por sus arquitectos de manera que siempre tengas que realizar una venia ante la última morada del emperador, es impresionante. También me dejó boquiabierta constatar el tamaño de sus camitas y tiendas de campaña a manera de palacetes que llevaba consigo a todas sus batallas. ¡Qué bajito que era! con decirles que me sentí alta. 
 No terminaría nunca si les contase media línea del Arco del Triunfo, del Louvre, de la Ópera Garnier, de las plazas del Trocadero o de la Vendome, de los jardines de las Tullerías o de Luxemburgo, de barrios ¡wow! como Pigalle y su famoso Moulin Rouge o lo chic del Marais como nos menciona nuestro amigo Charlie, de un romántico paseo por el Sena, cena incluida. Ufff, el listado de maravillas es interminable.

 ¡Oh la la París! nunca terminaré de conocer todo lo que escondes. Volveré cuando me sea posible pues al igual que muchos de mis amigos escritores -Vallejo, Vargas Llosa, Bryce o Ribeyro- no puedo inspirarme como Dios manda, sin antes desandar sus pasos…y los míos… 

PARÍS ES UNA UNIVERSIDAD DE ARTE, LITERATURA Y MÚSICA. (J. Thurber); añadiremos, cual la Hepburn: 

 ¡PARÍS ES SIEMPRE UNA BUENA IDEA! 

 ¡A BIENTOT!

Comentarios

  1. Linda y amena narración. Felicidades por tu viaje y tu blog.

    ResponderEliminar
  2. París y después morir...que buena narrativa Rox, nos hace sentir que estamos allí, ya no recordaba la tumba de Napoleón donde al estar abajo, y un barandal te obliga a inclinarte para verla. Saludos!!

    ResponderEliminar
  3. Me gustó la narración, me hizo visualizar los lugares que mencionas... algún día estaré en París !!

    ResponderEliminar
  4. Veo, a través de tu viaje, un París diferente al que conocí. Realmente conocí muy poco.

    ResponderEliminar
  5. Trés Jolie, ma cherie !!!!!!!

    ResponderEliminar
  6. Eres una maravillosa creadora de contenido para viajes siempre viajar es vida cultura y nos da mucha alegria es enriquecedor gracias por compartirlo fantastico

    ResponderEliminar
  7. Lo repito, qué Lonely planet ni que ocho cuartos. Tú reportas mejor y con más chispa los viajes. Siento que viajo contigo.

    ResponderEliminar
  8. Cada día escribes más lindo y más entretenido. me cansé de preguntarte para cuándo el 📕?

    ResponderEliminar
  9. Buenas noches alma de Dios. Es cierto, habría mucho más que contar, pero si podría dar para un nuevo libro 📖.
    Es cierto París es bonito, tienes sus encantos.
    Personalmente, yo me quedo con Roma. Florencia. Son lugares que tienen un encanto, un enigma increíble. Bueno, así lo sentí yo.
    Felicitaciones por el viaje
    Es algo que siempre estará en su mente y su corazón.
    Gracias por compartir excelentes experiencias.

    ResponderEliminar
  10. Lo guardaré para mi pronta visita.

    ResponderEliminar
  11. Tan buena como todas tus prosas, pero más familiar para quienes hemos andado las mismas calles. Me gustó tu humor sutil, mi querida Senescienta romántica. 🇫🇷

    ResponderEliminar
  12. Me encantó tu narrativa, gracias por los datos, nos servirán bastante para nuestro próximo viaje... estaremos preparadas para bajarnos unas cuantas novias y poder tomarnos la foto en el Arco del Triunfo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Silla ocupada

SEÑORAS DE LAS CUATRO DÉCADAS

No te vayas mamá