¡Cuánta pasta!
Veni, vidi, vici con mi tema favorito -la tragadera- y, mi plato de platos por antonomasia, la pizza.
En cada esquina de París hay una pizzería: ¿por qué tantas si no estoy en Italia? pienso.
Te cuento algunos datos curiosos que solo me hacen querer ir a comer una, ¡ya!
La pizza, llegó desde Nápoles a Marsella, increíblemente arribó primero al puerto francés que, a Roma, por ejemplo.
Antiguamente, no llevaba tomate, fruto prohibido pues se le creía venenoso…¡qué desperdicio!
Se dice que apareció en 1535 en Nápoles y por esos años se crea la más famosa de todas: la Margarita, en honor a la primera reina de Italia, Margarita de Saboya. Ella eligió los famosos tres colores de su bandera: rojo, blanco y verde o tomate, queso y albahaca.
Una verdadera pizza napolitana debe servirse bien caliente, debe ser delgada y debe estar horneada perfectamente. Con un mínimo de 32 cms. de diámetro o la tercera parte de mi cintura y con el borde grueso y dorado, el famoso cornicione.
La base, para muchos pizzaiolos, es la parte más importante de la pizza, deberá ser de buena harina, de fermentación lenta para mejor sabor.
En la pizza se trabaja con cuatro elementos de la naturaleza: aire, fuego, tierra, agua con una sinergia lenta, así que no quieras acelerar el proceso de fermentación a punta de aditivos, ¿okay? Si digieres mejor, tu estómago estará más feliz.
Resulta que el tomate que compro en mi mercado no es el adecuado; para la vera pizza se utiliza el tomate San Marzano y si lo cultivas cerca al monte Vesubio, tantito mejor. Creía que no se debía utilizar nada envasado, pero este tipo de tomate, alargado y pequeño es ideal cuando está en lata…¿qué cosas, no?
El siguiente ingrediente, en italiano, ahora que parezco una robusta matrona, será la famosa fior di latte, o mozzarella. Si es burrata ¡ya no ya! No le pongas mucho queso, no es necesario y no va a saber mejor.
Hojas frescas y olorosas de albahaca, un chorrito de aceite de oliva de mi amiga Tere y listo. Nada de ajo ni ají, que solo maquillan el verdadero sabor de la pizza.
Los expertos recomiendan comerla con la mano, doblada en dos o cuatro. Yo, obedezco.
Pensar que al inicio fue un plato para pobres y ahora algunas pizzerías te quieren vender casi un día de hotel en Napoles, con tu pedido, lo cierto es que puede comerse a toda hora y muchos chiquillos, me incluyo, podemos reemplazar un sándwich con un buen slice de pizza.
Veintiséis millones de italianos emigraron a finales del siglo XIX hacia los Yunaites y a Francia-oh-la-lá. Llegaron hasta Marsella con este plato que fue desde el día 1, el favorito de la clase trabajadora.
Excelente negocio si tomamos en cuenta que la base solo tiene 280 gramos y lleva contados ingredientes. Te cuesta de 8 a 14 euros en las Europas: esa es la respuesta a mi primer párrafo: ¡por eso existen tantas pizzerías!
El último dato me lo alcanza el gurú de la pizza John Bergh: no hagas muchas maromas…yo, humildemente añadiría: no la lances por los aires para que no te caiga en la cara: Pizza 1-Bochi 0…
Cómo provocas!!
ResponderEliminarMás que un comentario quisiera preguntarte cuál te parece mejor en Lima. Se nota que sabes del tema.
ResponderEliminarYa me diste hambre !
ResponderEliminarEfectivamente la pizza cédera a la gente. Es un plato delicioso y económico para compartir con amigos à la bonne franquette !
Mmm no hay como una pizza delgada y al horno con un bien pomodoro
ResponderEliminarBueno como siempre... aunque no soy una pizza person.
ResponderEliminar¡Cuánta fruta!
ResponderEliminarBuenas tardes Miss,buen artículo,mejor aún los datos de la Pizza y la revelación de los centímetros de su cintura jejeje,un abrazo a la distancia .
ResponderEliminarBuenas noches alma de Dios. En primer lugar felicitaciones por el hermoso viaje.
ResponderEliminarEs cierto, una buena pizza reemplaza y de lejos a un sándwich.
Gracias por compartir algunos datos históricos.
Sigo esperando el libro 📖📖😃
Muy bueno!!! A comer pi
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