Alto Voltaje # 2


¿Pizzas a discreción etn una reunión de gimnasio? ¡Claro que sí! ¿Dulces? No way, pensarán muchos. ¿Tragos que engordan? Juatttttt? 

Acabo de tener una reunión por el Dia de la Madre, muy diferente a los te de tías que siempre estilo. Se llama Alto Voltaje y es -realmente- una comunidad. No piensen en sectas extrañas: es solo deporte que te divierte y que te energiza más que un Red Bull. 

 De la mano de las dos hermanas nuestra celebración va tomando punto. Puro baile: ahí está la que baila desde los ojos y conoce todos los pasos, sea negroide o reggaetón. Está la coach que improvisa un discurso que mueve a la platea, compuesta de mujeres, de todas las edades y formas: la que escribe, la que modela, la que canta y encanta, la que baila y la que hornea. La que vende y la que regala. Todas juntas y revueltas, con el único propósito de pasarla bien. Solo un rato, con horario de entrada y de salida porque mañana hay que entrenar y seguir viviendo nuestras rutinas. 

No todos tenemos la suerte de caer en grupos que te inspiren y que te levanten. Que te despierten del letargo en que te mueves y te hagan sudar con ganas. Me está sucediendo al escribir mi cuento para nuestro segundo libro, con mi taller de literatura y ahora con mi gimnasio... ¡Y pensar que cuando ingresé hace un par de meses pensaba que Alto Voltaje era el tipo de entrenamiento y Tabata el nombre de una chica! 

 ¡Gracias comunidad!
 ¡Felices días, siempre!

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