No Valentín, con palo no vale, Valentín
En mi época de cachimba, con la única responsabilidad de estudiar, solo nos interesaba pasarla bien. Nos juntábamos en alguna casa para bailar, tomar, reír, comer papas fritas y conversar. No existían los celulares así que nadie se distraía un segundo con temas que no fuesen comunes. Nada de Youtube ni Spotify: nos procurábamos cassettes donde fuese, con las canciones de moda: la Más Más del Verano de radio Panamericana y, si tu onda era solo música en inglés, el dial marcaba radio Doble Nueve. El pisco era el licor de los “pobres” y la ¿cumbia? ¡No way!, máximo salsa.
Planeábamos nuestra siguiente fiesta. Se acercaba el día de San Valentín y nadie del grupo tenía enamorado, saliente, novio, amigo cariñoso y menos sugar daddy. Nació el NO VALENTIN.
Ningún emperador se opone más al matrimonio, así que el Patrono del amor, el sacerdote Valentín, no necesitaría casar en secreto a las parejas y, por ende, no hubiese sido sentenciado a muerte por desobedecer a la autoridad. Nos legó la celebración el mismo día de su tortuosa muerte, paradójico, ¿no? Tenemos la figura del angelito gordo, de rizos dorados, que anda “cazando” con su arco y flecha, muy amoroso…
Se podría iniciar la fiesta eminentemente marketera del No Valentín con el himno de muchas chicas hoy: Flowers, de Miley Cyrus que te dice que una mujer que se precie puede amarse más y mejor que con el ex. Que no necesita que le compren flores o que la lleven a un bar: ella solita se jaranea. Bravo por ella y por los que no necesitan acompañamiento para sentirse felices. La soledad no es el cuco. Esos espacios únicos de paz y de encuentro contigo, son especiales y escasos, así que aprovéchalos.
Soy el Grinch de los Valentines y quiero hablarte de lo opuesto al amor, que son las relaciones inmaduras, de abuso, poco saludables, tormentosas, que abundan. Leí que una de cada tres mujeres y uno de cada cuatro hombres (sí, a los hombres también los maltratan) están en ese plan. Están por todos lados y siempre pensamos que les tocará a otros y jamás a nosotros.
Indicios que un amor no es saludable: la intensidad, la violencia verbal o física, la crítica o burla constante, los celos desmedidos. A veces descubres esas señales cuando ya estás en la etapa de terapia de pareja…too little too late...
Existen relaciones en las que tu corazón no hace bum bum bum, ni sientes mariposas en el estómago. A los problemas les llamas locura, drama, alcohol y sigues sin identificar las banderas rojas que flamean, advirtiendo un inminente desastre.
En nuestra Lima de doble rasero, resulta muy incómodo hablar de estos temas, así que te aconsejo empoderar a las personas que sientas más cercanas y ubicarlas en la primera línea de auxilio.
Amar mejor, amar sano.
Elige muy bien a tu pareja, antes de dar un paso definitivo, porque cuando ya elegiste es poco lo que puedes hacer.
Primero, debes entender qué es lo que quieres en una pareja y en una relación. Es necesario desarrollar las habilidades correctas desde el principio. Cuando hablamos del principio, no nos referimos al inicio de tu relación, sino inclusive antes.
Necesitas habilidades para ser competente en el amor, para que esa relación funcione y para que seas capaz de adaptarte en todos los procesos de pareja. Cuando has identificado lo que necesitas, sabes quién es la persona correcta para ti, puedes construir una relación sana y en caso no resulte, serás capaz de salir indemne. Por ejemplo, si te encuentras un poco frustrada e irritable con tu pareja, ese autoconocimiento te podría hacer notar que no es que tu pareja esté haciendo algo malo, sino que tú eres la que se encuentra estresada, y la que necesita relajarse. Así, no deterioras tu relación con pleitos tontos.
Conocerte te ayudará, también, a conocer mejor a tu pareja. Si llega tarde a una cita contigo, antes de que te salgan los demonios y lo quieras quemar vivo, comprenderás que es simplemente porque ¡llega a tarde a todo! No es tu relación: él es así y punto.
Con ese autoconocimiento podrás anticiparte a las consecuencias positivas o negativas de tu comportamiento. Sabrías, por ejemplo, que ese mensaje terrible que acabas de enviar por whatsapp, será devastador y que te hubiese convenido una llamada telefónica.
Aprenderás de tus errores, para actuar diferente en el futuro.
Ambos tenemos necesidades que son importantes. Ayuda mutua en esas necesidades que pueden ahogarte, si debes enfrentarlas solo.
Si a tu pareja le encanta ir al gym para sentirse bien a lo largo del día, pues apoya esa cruzada deportiva, aun cuando preferirías que se quede en casa contigo, engordando.
Regula tus emociones de manera que tu respuesta a eventos que suceden dentro de tu relación no sea dramática. Tolerarás situaciones y sensaciones incómodas, sin actuar de manera impulsiva. Así, pensarás adecuadamente y tomarás mejores decisiones. Si estás esperando la ansiada llamada, o el mensajito salvador, pues no revisarás cada diez segundos el celular, sino que te dirás: “Cálmate. Dejaré de lado mi teléfono y me concentraré en los veinte pendientes que tengo”.
El regulador de emociones te ayuda a respetarte, a estar atenta/o a tus necesidades, incluso cuando suceden cosas malas, como un rompimiento. Te sientes deprimida, extrañas terriblemente a tu media naranja, pero sabes que estarás bien a la larga, que saldrás adelante, aun teniendo esos días grises. No suplicarás por retomar esa relación que no es buena, porque tu regulador de emociones, te ayudará.
Cuando eres competente, románticamente hablando, te sientes más segura en tu relación y con las personas en general, confías más, no te preocupas por el rechazo, no te deprimes, tienes una salud mental en mejores condiciones. Eres positivo y optimista. Sabes cómo brindar/pedir ayuda a tu pareja. Crees en el romance, pero también te das cuenta cuando las cosas no marchan bien y sabes cuándo dar un paso al costado. Te sientes con la confianza debida para hacerlo.
Sentirte satisfecho contigo mismo es el primer paso para la ansiada felicidad.
Quiere mucho a tus amigos, pero primero, quiérete tú. ¿Qué tal si haces algo para celebrarte?
¡Feliz No Valentín!
¡Viva el amor del bueno!
Lo máximo!
ResponderEliminar👏👏👏 muy buena descripción de tus vivencias de juventud en San Valentín y también del "no Valentín con palo no vale Valentín" eso ni de vainas. Me encantó Roxanita. Pero... El amor es único, vital y es parte de nuestro ser . Que viva el amor del bueno!!!❤️♥️
ResponderEliminarLa relación de pareja es una ruleta rusa
ResponderEliminarExcelente narrativa de lo que debe o no ser una relación , y de que lo primero es el amor hacia nosotras mismas.
ResponderEliminarGracioso y certero, como siempre. Te felicito.
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