Peludo negocio
-"La llamaré luego señora, estoy en una cirugía".
Es evidente que hay un boom de mascotas y de todo lo que significa tenerlas de manera responsable, veterinarios incluidos.
En mis épocas mozas, cada vez más lejanas, las mascotas eran animalitos caseros, nobles, cariñosos y fieles a los que, por lo general, se les daba las sobras de los almuerzos familiares, con huesos y su camotito más (para el pelo brillante). Decir eso ahora es casi una herejía: comida artificial por favor, carísima, de marca y que traiga todos los nutrientes que la mascota necesita para crecer como esos de comercial…hablando de comercios: la venta de mascotas pequeñitas, exhibidas en caniles diminutos también, me parten el alma. Los encuentras en cualquier veterinaria grande, moderna, costosa, al lado de afiches que reniegan del maltrato animal... ¿en qué quedamos?
Cortes de pelo, baños especiales, medicados hipoalergénicos y demás. Ropitas para cada estación y celebración de cumpleaños en el parque...too much. Quienes conocen a mi mascota saben que perrito de comercial, salvo que sea para propaganda de perro vago, no pasa el casting.
Zambito es querido por toda la familia, pero entiendo que sigue siendo un animalito que nos llena de alegrías y preocupaciones. Hablando de esta última palabrita que siempre ronda mi hogar y me tiene a punto de un infarto: Zambito se enfermó. ¿De qué? Varios pinchazos después al pobrecito, aún no lo tengo claro. Solo sé que debo operarlo por segunda vez en cuatro meses -"de algo diferente"- aclara rápidamente la veterinaria en la que no confío al cien por ciento. Me parece que todo lo solucionan con cuchillo sin pensar en el sufrimiento de las mascotas. Ya entiendo cómo es que ha construido su emporio médico con mil aparatos. ¿A cuántas mascotas -quizás- podrían haber operado innecesariamente? No lo sé, pero aclaro: no confío y la confianza en tu médico es primordial.
Decido tener una segunda opinión. Horas de horas de espera, aún no la consigo: los veterinarios que llamo, por referencias de amigos "están operando". "Por favor solicite su cita y espere".
Decido no esperar y se me prende el foquito: vi un par de clínicas veterinarias cercanas que atienden las 24 horas. Ilusa yo: casi 24 horas llevo intentando comunicarme con el teléfono de emergencia.
Hay algo que no está marchando bien para las mascotas pero sí para las veterinarias que, en los últimos tiempos, han aparecido en cada esquina.
Solo espero que las sobrinas que están estudiando esta linda carrera y que me han ayudado horrores, nunca olviden que la razón de ser de su noble profesión es el bienestar del animal y eso no se consigue -necesariamente- con tu super clínica equipada sino con empatía y verdadero amor por tus pacientes... by the way... sigo esperando la llamada de mi veterinaria...
Es bello. Suerte con él
ResponderEliminarEs un gran negocio. Los alimentos son caros y la atención en los vets deja mucho que desear.
ResponderEliminarAntiguamente ni se pisaba esos lugares, solo para las vacunas
Muy cierto lo que escribes. Todo lo ven dinero, citas, análisis, es de locos.
ResponderEliminarLos perritos son bbs toda la vida, nunca crecen y hay que cuidarlos en sus alimentos, higiene y salud (lo implica llevarlos a las veterinaria) y eso cuesta. Yo prefiero cuidar muchos bebés porque tengo la seguridad que un día no necesitarán de mi. Actualmente tengo mi perrita que ya tiene 13 años y ya no oye. Suerte con tu Zambito.
ResponderEliminarMuy cierto lo que escribiste los veterinarios ahora se han vuelto unos carniceros todo lo ven operación. Y cuánta verdad en lo que dices con respecto a la comida antes se le daba las sobras de la comida más su camote y los perritos vivían mucho más años yo tuve uno criado así y me vivió 15 años y nunca se enfermo
ResponderEliminarEspero que tu lindo Zambito, a quien he visto mucho, se reponga pronto y salga por el parque a lo que sabe hacer, ser feliz.
ResponderEliminarSi correcto el título "Peludo negocio" igual aquí en México.
ResponderEliminar