¡Regiaza!

Dios tiene misteriosas formas de proceder. ¡Es tan cierto! A veces te manda uno que otro evento sobre el que despotricas porque no lo entiendes, pero luego te das cuenta que era lo mejor que te podía haber sucedido. Resulta que me cancelaron un vuelo, sin más ni más. Así como sucede todo en épocas pandémicas. Simplemente, me llegó un correo que decía, más o menos: “tu vuelo ha sido cancelado. Tu nuevo vuelo es…” Obviamente llamé a la aerolínea a requintar y recordarle toda la familia al desdichado que contestase mi llamada. Nadie lo hizo, solo una máquina, diciéndome que el flujo de llamadas era grande y que me contestarían cuando San Pedro bajase el dedo. 
 Luego de hacer mi hígado paté, pues debía esperar para mi trasbordo ¡veintidós  horas! , decidí mirar mi vaso medio lleno y pensé: ¡París, oh la lá! ¡Era un regalo impensado y  le estaba poniendo mala cara! Cada ciudad que conozco la hago mi favorita. No me hagan caso: mi amor eterno siempre será París. Ya escribí sobre la ciudad, al visitarla, en  posts antiguos, así que ahora solo me centraré en la Bella Dama. No soy yo... así le dicen a la Torre Eiffel, que se yergue imponente con sus trescientos metros a cuestas. Se divisa de todos lados y es la foto imprescindible, con la que sueñas toda la vida. Esa foto que, desde el ángulo perfecto, hará que la torre parezca un pequeño dije, que cabe en tu palma. Esa foto con la copa de champagne, con las flores, con la roca para la pedida de mano, con el beso con tu pareja. Esa foto espectacular, que, obviamente, nunca pude tomar. Acabo de ver un documental francés, en francés para hacer la finta, con algunos datos interesantes. Muchos artistas de la época de la construcción, protestaron por el supuesto estropicio que se iba a cometer en la ciudad. No podían concebir el arte y elegancia de las calles parisinas con esos formidables edificios barrocos, siendo “humillados por un mamotreto de fierros, en pleno centro de la ciudad”. Se burlaron del diseño publicado en los diarios de la época, diciendo que parecía “un esqueleto” (Verlaine), una lámpara de calle (Bloy) “un aborto de chimenea de fábrica" (Maupassant), hasta “un supositorio con hoyos” (Huysmans). Todos debieron tragarse sus palabras, una vez que la obra concluyó. La torre muestra fuerza y belleza por todos sus ángulos. 
Murió una persona durante toda la construcción. Algo impensable si tomamos en cuenta que se erigió hace ciento treinta años y las medidas de seguridad no eran las mismas que hoy y los medios disponibles eran más rudimentarios. 
Fue diseñada por dos ingenieros y un arquitecto que no fueron recordados por la eternidad, como sí sucedió con su constructor: Gustave Eiffel. Como paréntesis añadiré que aquí nomás, en nuestra selva peruana, tenemos la Casa de Fierro, una prefabricación del mismísimo Eiffel. Una gran estructura que debió llegar desarmada, por barco, hasta nuestro país. Ha pasado por varios dueños y sirve para diferentes negocios, exitosos y quebrados. Nos sirve para recordar que acá, ¡tenemos lo nuestro!
La torre Eiffel se erigió para conmemorar el centenario de la toma de la Bastilla, símbolo de la revolución francesa. Se construyó en dos años y dos meses, tremenda hazaña para esos tiempos. Nuestro constructor favorito dijo que entregaría la torre lista, un 31 de marzo y no se pasó un solo día (no se parece mucho a nuestros ingenieros y sus famosas “fechas de entrega”). 
Se pensó en una cifra simbólica de mil pies de altura. 
Tiene restaurantes en la parte alta a los que se llega por ascensores privados. Debes reservarlo con meses de anticipación. Sus menús de degustación están alrededor de 150 euros. Obviamente todos los comensales quieren sentarse cerca de las ventanas, para las más deslumbrantes vistas de la ciudad. Todo es eléctrico, desde las estufas y hornos, hasta las velas para las tortas de cumpleaños. Está terminantemente prohibido usar gas o cualquier cosa que haga fuego. ¡Sabios! No quiero imaginar un incendio en las alturas. Se celebra de todo ahí. Si quieres puedes reservar todo el piso. 
Se mantiene operativa y reluciente y se cuida todo el funcionamiento de manera milimétrica. Tiene un gran número de personas que supervisa cada detalle y que se desviven para que cuando llegues por tus fotos, la encuentres a punto. Supervisan, desde los ascensores que funcionan, subiendo y bajando turistas con la boca abierta por la emoción, hasta la fuerza del viento, para que no te juegue en contra, allá arriba. 
 El juego de iluminación es un espectáculo aparte. Resplandece con destellos dorados, durante cinco minutos cada hora. Elegante. Con luces también se celebran eventos importantes, como la llegada del siglo XXI, la Navidad, la celebración del año chino (con un rojo imponente), rosado pinky para la toma de conciencia sobre el cáncer de mama, los colores del arco iris, para desterrar la homofobia. Ayer vi la torre iluminada de azul con estrellas. El taxista que me llevaba anonadada, me explicó que se debe a que Francia ha asumido la Presidencia de la Unión Europea, de ahí al juego de luces, con los colores de su bandera. 
 Todos los comienzos de año, durante un mes, cierran la cumbre de la torre, por mantenimiento. 
 Si quieres subir por las escaleras deberás pagar 10 euros y por ascensor 17. 
Es mucho, pero muchísimo más impresionante verla en vivo y en directo que por foto. Esta Bella Dama, es la única que puede mostrar toda su magnificencia, esplendor, belleza, y que al envejecer se ve más linda. Quizás soy yo la que envejece y aprecia todo con ojos más sensibles y pausados. Lo cierto es que el papel no logra transmitirte la emoción de verla. ¡Es una tía demasiado regia!

Comentarios

  1. Muy interesante. Con tu toque especial que hace que veamos todo diferente. Gracias por compartir.

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  2. Dónde está tu libro. Veo que te inclinas por el sector turístico. Muy bueno tu escrito.

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  3. Aplaudo tu descripción de la Torre Eiffel, casi sentí que estoy ahí. Bueno algún día será. Felicitaciones Roxi, tuviste unas vacaciones con días increíbles, conociendo mucho de Europa. Y yo crecí viendo la casa de fierro y conociendo su historia. 👏👏👏

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  4. Me encantó. Sentí que subía por el ascensor... ni a balas usaría las escaleras.

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  5. Siempre con detalles precisos y gran sentimiento... Es un placer leer tu blog! Gracias por hacernos ver el mundo de una manera más hermosa y profunda!😍

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  6. Interesante y muy descriptivo🙂👍

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  7. También está en mi bucket list. A esperar un poco.

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  8. Realmente impresionante! Qué bueno que pudieron volver a verla. Sigan disfrutando!!

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  9. La acabo de conocer, a través de tu linda prosa.

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  10. Buenos datos. Es cierto, por donde se le vea es bella.
    París es una ciudad que cautiva, tiene una magia única.
    Repito: " sería bueno que todos estos artículos se reúnan en un libro.
    Un saludo cordial y un afectuoso abrazo virtual para todos por casa.
    Por favor 🙏 a cuidarse mucho

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  11. Paris, paris, paris....la ciudad Luz

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