El fin del mundo parte II


Hace un año escribí un post titulado El fin del mundo, en el que me despachaba sobre la necesaria igualdad entre los individuos. El 28 de junio en TODOS los rincones del mundo es el día central del orgullo gay. Pensé que no tenía más que agregar a lo dicho, pero me equivoqué. Tuve una buena chateada con un amigo, de esos que pueden pasar 40 años y siguen presentes, como en este caso, con un buen intercambio de ideas. Estuvimos conversando sobre amigos comunes de nuestra chiquititud y de pronto soltó la pregunta: “¿sabías que Fulanito es mariscal? No entendí y obvié el asunto, pero, volvió a repetir lo mismo. Tuve que preguntarle a mi consuerte el significado pues no había oído que así se refiriesen a los gays. ¡Otro apodo más! ¿Por qué? Porque casi nada ha cambiado. Me dio mil razones para sustentar su -según él- no homofobia, cuando le pregunté cuál era su interés de saber con quién se acostaba nuestro conocido. Me argumentó: “quiero saber con qué persona trato”. Nadie presenta a una persona heterosexual diciendo: "él es Fulano, hetero" . No me interesa saberlo. No, amiguito, la mejor credencial para conocer bien a la persona, nunca será su orientación sexual sino los valores que tiene y eso trasciende las cuatro paredes de una habitación. Mientras más trataba de explicar su supuesta no homofobia, más se enredaba con los consabidos lugares comunes que siempre se han argumentado para verlos “diferentes”, por ejemplo una promiscuidad que no es tal (estudios demuestran que los heterosexuales son casi tan promiscuos y por ende pueden darse los mismos casos de SIDA, si ese es tu pánico). Seguimos viéndolos diferentes y raros, aun cuando tengan tus mismas o mayores cualidades personales . Obviamente, dependerá de la crianza, educación y todo el rollo que consideramos para calificar a los heterosexuales, ni más ni menos. Lo repito: no hay nada diferente en ellos. Tienen corazón y arterias por donde  pasa sangre roja, no multicolor. Aman u detestan con la misma intensidad que tú o yo ¿por qué te cuesta tanto verlo así? Porque no miras con ojos de amor sino de prejuicio. Estuve de viaje por USA. Conocí San Francisco, ciudad hermosa, vibrante e inclusiva. Desde el aeropuerto sientes que llegas a un lugar amigable. Quizás mi percepción de turista me haga ver las cosas diferentes, pero lo cierto es que en esa ciudad vi trabajando a muchos gays en todo tipo de labores. Eran VISIBLES y eso es muy bueno (el primer paso para entender y comprarse una lucha es darle visibilidad). No basta con poner una banderita multicolor en tu chamba y decir que eres LGTBQ+ friendly. No basta. Esa bandera llena de colores alegres, que transmiten lo que ellos quieren dar a entender al mundo y que acabo de googlear: sexualidad rosada, rojo vida, naranja salud, amarillo por el sol, verde naturaleza, turquesa arte, azul armonía y morado espíritu, SEUO. Esa bandera que significa una actitud con la que tienes que ser consecuente. Desde ese banco en el que laboras y luce tonos vibrantes todos los 28 de junio, pero no coloca en la ventanilla a ningún cajero abiertamente gay. Les dicen: “por favor que no sea muy notorio”. Es decir, no seas como eres. Acabo de verlo en un excelente comercial de un mall limeño: ¿de qué te sirve salir del closet en casa si en tu trabajo debes volver a meterte a otro? Desde alas  religiosas ultra conservadoras que proponen terapias de conversión que significan algo así como una lavada de cerebro pseudocientífica, que buscan modificar el comportamiento. Está considerada como un método de tortura por sociedades más pensantes y menos retrógradas e hipócritas que la nuestra. Grandes asociaciones de psicólogos y psiquiatras a nivel mundial condenan expresamente estas terapias que básicamente, conducen a estos prójimos a vivir en depresión constante por la represión continua a la que son sometidos. Este tipo de terapias no los dejan “ser”. Se les ha hecho pasar por antiguas lobotomías, exorcismos, brujerías, y mil otros intentos para “curar el mal”. Simplemente, no entienden que no se puede curar cuando no existe una enfermedad. Recuerda que la OMS, con los mayores expertos en salud a nivel mundial y que te hablan del COVID y las vacunas, ya lo dijeron mil veces. Te lo repito: NO ES UNA ENFERMEDAD. En el Perú los harán vivir cual robots, ensimismados, retraídos y apocados, sin que puedan expresar demasiada emoción. Encorsetados. Por amor a la familia deberán permanecer dentro del clóset. Les dirán como a muchos chiquillos/as: “camina como hombrecito”, "siéntate como señorita", “no hables como mujer”, según sea el caso. Muchos adolescentes en la etapa en la que deberían vivir sus mejores y más felices años, sus más lindos sueños, deberán enamorarse en secreto y les romperán el corazón, también en secreto. Se vestirán en secreto y se sentirán solos, por lo que no pocos terminan suicidándose, al ser diferentes al patrón heteronormativo que prima en nuestras “civilizaciones”. Para colmo: ni en la muerte la familia será honesta: dirán que murió por cualquier otra causa. 

Siguiendo con el aeropuerto de San Francisco: es muy alegre. Lleno de arte por todos lados. Hablando de arte: ¿sabías que al super poeta García Lorca lo asesinaron por ser homosexual? ¿Sabías que Oscar Wilde, Yukio Mishima, Marcel Proust, Truman Capote, Reynaldo Arenas no solo tienen en común escribir como los dioses sino haber sido gays? Se dice lo mismo de Da Vinci, Miguel Ángel, Salvador Dalí y Frida Kahlo. No te asustes al leerme: esta no es una propaganda o apología a los LGTBQ+ y no te vas a contagiar. No te “vuelves” gay. 
Regreso a los sofás de colores del aeropuerto. Cómodos, como los que tienes en tu sala, hacen la espera en un terminal, más grata. Te reciben con gigantografías de Harvey Milk, el famoso concejal de esa ciudad, quien desde una posición pública abogó por los derechos de esas minorías, en la década del ´70, cuando era poco menos que un delito ser gay. Como un abierto y férreo defensor de los derechos y la igualdad para todos, fue asesinado por la intolerancia de sus adversarios, bastante “machitos” ellos, que debieron usar un arma para acallarlo. (Milk, la película con Sean Penn quien ganó un Oscar por su actuación, retrata muy bien esa época de lucha). Como puedes ver, el primer mundo, ese que nos colonizó y nos trajo la homofobia, se sacudió y  respira cada vez más tolerancia y paz. En el Perú, colonizado tercermundista, a la saga en muchos aspectos, nos quedó como desafortunada herencia. 
 El hombre por naturaleza siempre ha buscado su libertad. Qué egoísta es buscarla y que cuando -por fin- la encuentras, te castiguen por eso, ¿no? 

Comentarios

  1. Muy cierto. Lo comparto con tu permiso.

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  2. Intolerancia es lo único que se respira en nuestro país. Lo hemos visto en las elecciones.

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  3. 💙💜💚❤️🧡💛

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  4. Si pues, así mismito es!!

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  5. El mundo avanza y evoluciona, cada vez somos más, que los apoyamos, entendemos y amamos!!!!!

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  6. Bueno, es una cuestión de cultura. Sin salir del país. El señor Castillo, por ejemplo, no los acepta, se cree que con un par de patadas o una penqueda, se le quita el gusto y la mala maña.
    En fin, hay mucho trabajo por realizar. Lamento que la intolerancia esté aumentando.
    Gracias por compartir. Un saludo cordial.

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  7. Cuántas carencias tiene nuestra sociedad...nos falta mucho por crecer en igualdad, empatía, respeto.....

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  8. Excelente como siempre. Temas diversos, tratados desde un punto medio sin apasionamiento y con tu toque mordaz e irónico. Me encanta leerte y sigo esperando el libro.

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  9. Excelentes pensamientos a través de excelente narrativa, mi estimada Pues sí, la intolerancia hacia los homosexuales es aún practicada en este nuestro mundo de igualdad y libertad. Leí en otro artículo que son todavía más de 55 países en el mundo donde aún persisten prácticas de persecución hacia los homosexuales. Ni que decir en Perú donde se han documentado hasta casos de operaciones quirúrgicas de todo tipo disque para tratar de “curar” este mal. En este caso, la intolerancia no es monopolio de ningún país o cultura y me parece que solo exponiendo a los intolerantes y expresando nuestro desacuerdo hasta en los círculos más íntimos podremos aspirar a un mayor avance.

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  10. Recién leo los dos posts con un año de diferencia. No repites palabras. Lo único que se repite en el país, es la intolerancia.

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  11. Afortunadamente aquí en México cada vez hay más tolerancia, y se esconde menos. En la uni donde enseñaba , de lo más normal, yo solo les pedía lo mismo que a los hetero , que no se besaran en clase porque se distraian, pero fuera de eso los tratábamos exactamente igual y si además querían ir maquillados o con uñas pintadas era permitido, el problema era cuando ingresaban al mundo laboral, allí los hoteleros, restaurantes, etc. no los contrataban si no parecían "normales" todavía le falta empatía, más tolerancia, respeto y amor por el prójimo a nuestra sociedad.

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  12. Excelente perspectiva. Lo comparto. Admiro tu lucha por la libertad de todos.

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