Hay hermanos, muchísimo que hacer

Este fin de semana he tenido la oportunidad de conversar con gente con la que no hablaba mil lunas. Esas personas que te sacan sonrisas y que son pura buena vibra. Esa gente que no repite cual cotorra todo lo que le envían por redes, sino que se da el trabajo de investigar un poquito. De las pocas personas que respetan que puedas diferir en temas coyunturales y no quieran quemarte en la hoguera. Uno de los temas fue, obviamente, el político al que no pienso entrar porque estamos hartos de que nos lleguen mil veces los mismos chats con los mismísimos mensajes, salidos de -invariablemente- las mismas fuentes. El otro tema fue el de las cadenas de oración, necesarias en momentos de pandemia y a las que cada vez más gente ingresa. La fe mueve montañas, sin embargo, ahora que acaba de salir un informe que dice que la pobreza en el país ha aumentado en tres millones y que, nuestros índices han retrocedido DIEZ AÑOS, debemos pasar del dicho o del rezo al hecho, a la práctica. Como dijo el Papa apenas asumió el liderazgo de la Iglesia Católica: “ensúciense los zapatos”. Existen muchas formas de ayudar: con víveres, con dinero, con tu tiempo así sea para llamadas telefónicas de acompañamiento. “Hay, hermanos, muchísimo que hacer”, como diría nuestro terruqueado poeta César Vallejo. Las ollas populares, por ejemplo, necesitan de cantidades enormes de comida. No te estoy pidiendo que vayas a cocinar con ellos, pero sí puedes dejar víveres en algunas de las casi mil Ollas comunes que hay solo en Lima (en tu distrito también) y que alimentan a más de cien mil personas por día, de los cuales el 22% son menores de cinco años. Tenemos muchas instituciones a las que podemos ayudar. Antes de viajar recibí la llamada del Puericultorio, institución que, con la ayuda de varios de ustedes apoyamos todos los años, en lo que se necesite. Esta vez se requerían mascarillas de recambio para todos los niños. Gracias a Tere, Lourdes, Paula, Rosa María y José, conseguimos en tiempo récord, pues estaba con un pie en el avión, varios cientos. Es solo un poquito de organización y acudir a las personas adecuadas. Obviamente primero deben averiguar bien a qué institución o grupo de peruanos están ayudando pues no queremos que nuestra buena fe termine en malas manos. También tocó una buena chateada con mis cuatro hijos, desperdigados por diferentes sitios. Solo nos hemos quedado con la critter # 4. Igualmente es imposible sentir la casa vacía pues ella genera la bulla y compañía de cien. Mis hijos mayores me contaron de varios de sus amigos, a los que he conocido desde pequeños, que se hartaron de la ciudad grande, llena de autos y problemas. Quieren ayudar directamente a la comunidad y ser más humanitarios. Para esto, han dejado sus buenísimos puestos de trabajo, con un contundente ahorro que yo, docente y madre de cuatro, no podría juntar así vuelva a nacer cinco veces. Liaron bártulos y emigraron a provincias, donde el contacto con las comunidades es directo. Están más felices sintiendo la tierra bajo sus pies, que pisando baches en las pistas capitalinas. Hicieron trueque de conocimientos por papas y camotes. Se sienten plenos, dichosos y caritativos. Se hicieron profesores todos. Enseñan cada uno lo que sabe a sus pequeños vecinos de turno. No estoy diciendo que nuestros hijos deben irse ya mismo a cosechar alimentos al Cusco. Cada quien con sus motivaciones propias o ajenas, con sus ayudas y sus vidas. Lo importante es sentirse gratificados y contentos. Sentirte pleno porque aparte de rezar que ayuda al alma, ayudas al prójimo con alimento para el cuerpo. En mi viaje acabo de conocer las refrigeradoras y despensas comunitarias que han aparecido por todos lados en los EEUU. Coloridas y con escritos que dicen “toma lo que necesites y deja lo que no”, esta iniciativa es una excelente forma de paliar el hambre que también apremia en la primera potencia mundial. Proveen comida fresca y gratuita a los vecinos que, por la pandemia, están afrontando problemas económicos. Así como las refris gigantes y muy bien abastecidas con lasagnas, carnes, quesos y yogurts, encontramos anaqueles en medio de las calles con latas de conservas, arroz y demás abarrotes que no necesitan refrigeración. Las abría de pura envidia para ver el interior, pensando en mi país. Estaban abarrotadas de víveres. Quiere decir que la gente de verdad coge solo lo que necesita y deja para los demás. No sé si esto funcionaría acá. Quiero creer que sí, aunque me asaltan algunas dudas. Lo cierto es que todos podemos ayudar, TODOS, en la medida de nuestras posibilidades, punche y ganas. Por lo pronto, regresaré al Puericultorio Pérez Aranibar con más mascarillas y como quiera que la pandemia no se acabará en el corto plazo, se necesitan muchas. Si deseas ayudarlos con una caja, media caja o por unidades, bien selladitas, llámame y paso a recogerlas. O si gustas te contacto con la persona de Almacén para que las dejes directamente. Recuerda que nadie es tan pobre que no pueda ayudar a otro y lo que recibes a cambio en gracias divinas es mil por ciento más. 

 “Sé el cambio que quieres ver en el mundo” (M. Gandhi) 

 

Comentarios

  1. Monica Bay Sotomayor16 de mayo de 2021, 9:42

    Cuenta con mi apoyo !!!♥️♥️♥️

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  2. Buena reflexión. Pues sí, hay tantas , tantas maneras de ayudar si solo ponemos un poquito de atención y miramos un poquito más allá de nuestras propias vicisitudes y nos damos cuenta que porque el sistema me funcione a mi y a mis allegados no significa que le funcione a todo el mundo , ni
    siquiera a la mayor parte de la población en este país.

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  3. Amiga querida, te ofrezco humildemente una caja. Coordinamos. Te abrazo.

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  4. Querida amiga gran iniciativa, por nuestros niños que nos necesitan.

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  5. Bella reflexión. Es cierto, desde nuestros campos de podemos generar un cambio.
    Estamos acostumbrados a decir: "Si el otro no lo hace, porque yo.
    Sigamos apoyando a nuestros hermanos que más lo necesitan.
    Hoy me tocó estar con el corazón 😿 partido, pero la vida es así. "Nada, ni nadie es para siempre.
    Gracias por compartir.

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  6. No me has pedido. Puedo apoyarte. Coordinamos.
    Gracias por compartir.

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  7. Si claro todos debemos apoyar la situacion es catastrofica hay cuentas en bcp y scotiabank para colaborar con las ollas comunes el puericultorio me queda cerca ee mi casa pasare a dejarles mascarillas a la brevedad posible Gracias por la infornacion

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  8. Muy bueno y muy claro. Primero, alejarse de chats tóxicos. Estamos hartas de la política y no hay nada que podamos hacer para evitar el mal gobierno que tendremos, con cualquiera de los dos malísimos candidatos. Segundo, manos a la obra. Ayudemos a aliviar la pobreza tremenda, con pequeñas y grandes acciones, como las tuyas, mi querida Bochicienta.

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  9. Muy bien hace falta ¡ensuciarse los Zapatos! La "Caridad es el amor mas puro de Cristo"

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  10. El altruismo es la mejor oracion❤❤

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