HOY, SÉ FELIZ


Pasaron las Fiestas Navideñas y estuve un poquito delicada de salud, pero como no quiero ser el Grinch, solo les contaré lo bueno, tal como sucede en las redes sociales. Ya sabemos lo que dicen todos: con INSTAGRAM te crees buen fotógrafo, con Twitter, inteligente y con Facebook, feliz. Con mi pequeño blog, trato de escribirles lo más honestamente posible, aunque sabemos que "los trapitos sucios se lavan en casa", por ahí me puedo guardar alguna cosita, para mí y los míos. Lo que puedo contar a los cuatro vientos es que nos hemos hecho la firme promesa de pasar la siguiente Navidad, los seis juntitos y como yo no soy congresista, YO SÍ CUMPLO, así que el otro año me tendrán, con los míos, aquí o allá, donde sea que dicte el destino, que se va llevando a mis hijos por distintos caminos, llenos de piedras por momentos, o llanitos y ligeros en otros tramos, donde encuentran ángeles de carne y hueso, como Tere. Los está haciendo muy fuertes y los admiro, me siento muy orgullosa de ellos. 
Este año odioso que gracias a Dios se va para no volver, me ha dejado, increíblemente,  buenas enseñanzas, ideas y percepciones que siempre tuve, sobre personas y hechos, que no han hecho más que decirme, como ese personaje de la tele: "estás en lo cierto" .
Este año aprendí a ser solidaria. Si bien son varios años de apoyo a la obra que se realiza en el Puericultorio,  ahora fue distinto: sin tanta foto, sin show, algo íntimo, que me sensibiliza más. De todo lo hecho, me quedo con esta frase: la solidaridad es contagiosa. Pude ver a algunas personas que año a año colaboran conmigo, emprender su propia obra de amor, más grande y efectiva que la mía y eso, me hace sentir  super bien, gracias Lorrain.
Ingresé, virtualmente, a hogares de personas vulnerables y de pobreza extrema. Nunca había palpado tan de cerca las necesidades, pero también la fuerza de estos peruanos a los que, pareciera, la falta de suerte y un sino trágico los persigue. Ahí están ellos dándole y dándole, tratando de sobrevivir y sobre todo, de ser felices. Mi eterno respeto y admiración. Nunca más veré a los pobres, como lo hacía la Senescienta de hace años. No pensaré, como Susanita de Mafalda, que son pobres porque quieren o porque son flojos. Nunca me sentiré superior a ellos, todo lo contrario. Haré oidos sordos a los que, en mi entorno, dicen: mejor ayuda a los tuyos. No, ellos no necesitan nada sustancial, excepto engreimientos. 

Este año de Covid me enseñó que podía quedarme en casa tanto tiempo como fuese necesario y ser inmensamente feliz, teniendo a los míos con salud y bienestar y teniendo a mano mi celular o mi compu para escribir. Eso, el común de los mortales, no lo puede entender; solo los que comparten esta rara afición por inventar, recrear o plasmar hechos, propios o ajenos, lo saben. Como mencionaron mis queridos amigos del taller: a seguir cazando historias y extrayendo agua de las piedras.

Mencioné a mi taller pues es lo mejor que me pasó en el año, (además de que el Covid no se haya acercado a los míos, obviamente). 
Me siento más viva que nunca  cuando escribo: siento cada minuto, con todos los ups&downs que tiene.

Les cuento mis inicios en este taller. Leí una convocatoria en alguna red social e inmediatamente pensé: me encantaría enrolarme pero seguro que ni me responderán a los correos. Tenía esa idea preconcebida y errónea que las personas famosas son inaccesibles y extrañas. Nada más falso. Son seres de carne y hueso, que hablan lisuras y que, al conocerlas, te brindan la confianza  precisa, para considerarlos cercanos. Bueno pues, no solo me respondió inmediatamente, sino que me animó, dándome ese pequeño empujón que muchos necesitamos y, aquí estoy. 

Tener con quién conversar  única y exclusivamente de lo que te gusta, de lo que siempre quisiste sin saberlo, de lo que mueve todas tus fibras, no tiene precio. He dicho que seré una alumna eterna y es cierto, no porque desapruebe como los cursos que mis alumnos  biquean en la universidad, sino que siempre podré hablar aunque sea esas dos míseras horas, con personas que me entienden y de los que solo oigo música para mis oídos.

¡Qué suerte que la pandemia trajo los talleres virtuales! De lo contrario, no hubiera conocido a mi super profe desde España, siempre con la palabra justa, animándonos y elogiando lo que a veces considero garabatos. Sabe mucho y comparte lo que sabe sin  egoismos, tratando de extraer nuestras mejores líneas. 
Tengo a  mi estricta, organizada y jocosa delegada desde Australia, que le mete punche a cada sesión y que siempre tiene la última novedad en libros. Mis otros amigos-cuadraditos- también andan diseminados por el mundo, algunos  habitamos este país que cada vez nos duele más. Ahí está el cuadradito pausado, metódico y que habla lo justo y preciso. No entiendo cómo no es un escritor consagrado, todos sus textos son buenísimos. 
Ahí está el otro cuadradito que es una bomba atómica que, de seguro, en sus años mozos dio mucho que hablar.  Torbellino de emociones y palabras o palabrotas a flor de piel, dichas con toda la honestidad y buena onda del mundo. 

Tengo también en la pantalla a una niña que, presiento, llegará lejos. Ella está haciendo lo que debí hacer hace treinta años: nutrir mi alma y pensamientos con la magia de las palabras.  Es una chica  tranquila, medida, siempre con un esbozo de sonrisa. De ti, querida Pieri, he reaprendedido a usar lápiz y papel. Al verte siempre anotándolo todo, pensé que así podría recordar lo que -cada vez más rápido- olvido.

Tengo a un samurai o ninja, con paciencia y observación orientales que de pronto, como un sablazo, nos  lanza un texto, muy bien escrito, que salpica sangre. Debo agregar que en nuestras múltiples tareas, mi profe nos manda a ser políticos o delincuentes, (lástima que en el Perú, la diferencia sea muy sutil). 
Tengo a un especialista en la Selva, que  hace hablar magistralmente a las plantas y animales que ahí habitan, que conoce sus secretos porque se los saca a  ríos y árboles. Con esa locución pausada y queda que solo puede producirte tranquilidad y bajar tus revoluciones.

Está el periodista que me ha hecho volver a un canal que no quería, por sesgado. Él no lo es. Él piensa como yo y me gusta oir las noticias que él relata. Cada vez escribe más y mejor. Me produce envidia que se dé tiempo para todo y yo, no puedo pasar de este blog. 

Hay otro cuadradito con un amigo callado, super educado, formal y agradecido. Habla cuando tiene algo sustancial que decir, de lo contrario, solo observa y escucha. Con escritos potentes. 

Tengo a una contadora que, como mi consuerte, es observadora y analítica. Pero es mucho más que eso. Nos envió una carta en la que desnudaba emociones, escrita con maestría pues, nos llegaron al alma. Si un escrito te mueve, vas por buen camino, algo así ha dicho mi profe. Querida Carmen vas por excelente camino pues, en cada línea vuelcas vísceras y entrañas. No hay una sola palabra que no se "sienta". Te felicito por tu honestidad y sensibilidad.

Tengo a otro joven, que imagino yuppie, honesto y sincero en cada apreciación. Ha leído mucho pese o gracias a su juventud. Siempre tiene la opinión precisa. 

Él y  mis amigos en el taller tenemos los mismos pensamientos ideológicos, entonces, a Dios gracias, no hay las peleas de bajo nivel que he observado en  otros chats, cuando se trata de hablar de nuestra sucia politica. Qué gran suerte, hasta en eso!

Podría seguir describiendo por horas, lo que sucede en mi Taller, pero mejor es que ustedes vivan uno propio.
Terminen su año con un recuento, oral o escrito. Piensen en lo que hicieron o dejaron de hacer. Cuestiónense y pregúntense el porqué. 

Hagan lo que les guste y lo que les llene, ya sea el estómago, el alma o el cerebro. Lo que los haga levantarse en las mañanas, felices, pues saben que hoy se surfea, como mi consuerte y su adorado mar. Hoy se pelotea, se come ceviche, hoy se lee, o se baila salsa, como Olguita. Hoy se riega plantas como mi suegro. Hoy ves Friends como Ale. Hoy juegas en línea o rezas. Hoy paseas al perro o paseas tú. 

Hoy sé feliz y mañana también.

¡Feliz Año Nuevo!

Comentarios

  1. Tenemos que cumplir la promesa, que no aguanto otra navidad sin ustedes ❤️

    ResponderEliminar
  2. Ser feliz, ese será mi deseo para el 2021. Gracias, feliz año nuevo querida Bochi!

    ResponderEliminar
  3. Tarea complicada hoy en día.

    ResponderEliminar
  4. Año complejo pero que también nos ha traído oportunidades y a volver a apreciar las pequeñas cosas que dábamos por sentado. Un feliz año y espero hayamos aprendido a ser mejores.

    ResponderEliminar
  5. Que Dios colme de bendiciones a ti y a tu linda familia.

    ResponderEliminar
  6. Si un año inesperado y diferente que nos ha enseñado que no podemos planear y pretender que todo saldrá como queremos, y por otra parte nos ha unido más como humanidad al ver que sufrimos por el mismo mal, y tenemos las mismas necesidades, anhelos y la esperanza de un mejor 2021.

    ResponderEliminar
  7. Cierto la felicidad esta en nosotros mismos de alli la reflejamos hacia los demas

    ResponderEliminar
  8. Me encanta ser testigo, 'step by step' de lo vas creciendo, no en alto o ancho, ji ji, más sí en espíritu y además lo compartas aqui!! Bravo amiga. Me quedo con tu último párrafo!!

    ResponderEliminar
  9. Buenos días. Es cierto todo lo que usted relata y de manera perfecta.
    Si, algunos por diversas razones postergamos nuestras inquietudes o nuestras aptitudes, siempre con miras de "en algún momento lo haré, ahora me enfocaré en mis estudios o en leer lo que no pude leer.
    En el campo no hay biblioteca en la escuela, eso no existe.
    Ésa es la razón por la cuál le digo a mi esposa "si yo me voy primero, todos mis libros los llevas a mi querido pueblo". Ahí mis hermanos te ayudarán y conectarán con la parroquia, la escuela y el colegio.
    Los libros de filosofía y teología a la parroquia para que puedan leer los postulantes. El resto entre la escuela y el colegio.
    Así es alma.
    Les deseo un venturoso año nuevo. Un saludo cordial y un afectuoso abrazo virtual para todos.

    ResponderEliminar
  10. Si esperemos que 2021 sea un mejor año, se me hizo agua la boca de recordar el delicioso ceviche peruano con tantas variedades que comimos contigo cuando nos llevaste a un restaurante si no mal recuerdo en una plaza frente al mar...

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Silla ocupada

SEÑORAS DE LAS CUATRO DÉCADAS

No te vayas mamá