E. WONG
Hace casi cuarenta años, comprar en E. WONG era un placer. ¿Recuerdan su
famoso comercial?
En la actualidad comprar en el mismo supermercado, sin la E, no lo es.
¿Fue solo el quitarle la inicial de Erasmo, Efraín, Eduardo y las demás E-s con
que empezaban los nombres de los hermanos?
¿Qué sucedió con el supermercado más exitoso de todos los tiempos? Ese
supermercado que fue objeto de estudio, de premios y de investigaciones, por
los excelentes resultados que tuvo, por su mística y por haber pasado de ser
una bodeguita sanisidrina al grupo de tiendas, cada una más grande que la otra,
que fue inaugurando año tras año.
Acabo de adquirir unos pañitos desinfectantes que estaban en
oferta. Buen producto en tiempos de pandemia. Al abrirlos, están secos. Me
cuesta creer que por eso los hayan ofertado. Compré un corte de carne, duro
como mi suela y pescado para freír, lleno de espinas. El joven venezolano
que lo seleccionó para mí -no sé escoger pescado fresco- lo recomendó mucho.
Expresamente, le pedí uno sin espinas. No pudimos terminarlo en el almuerzo. No
era barato, aun cuando también estaba de oferta. Como estos, tengo bastantes
ejemplos.
Recuerdo en los inicios de E. WONG, haber pasado de la experiencia casi
traumática de comprar en Monterrey o Scala, al trato cálido y amable del nuevo
super, que hasta regalaba las bolsas plásticas, mientras los demás las vendían.
Te embolsaban todo y te acompañaban hasta donde necesitases dejar los paquetes,
con una amabilidad abrumadora. Todo Lima hablaba de ese supermercado que
pronto se situó como "love mark" de las amas de casa.
Me encantaba ir a comprar. Me sentía bien recibida, bien atendida y,
además, invitada. Salía repleta con tanta degustación. El placer podía
desaparecer unos minutos al momento de pagar la cuenta, pues siempre terminaba
comprando chucherías que no necesitaba, pero la delicadeza en el trato y la
esmerada atención, hacían que toda la experiencia valiese la pena.
Por esas casualidades que tiene la vida ingresé a trabajar en el Centro
de Capacitación de E. WONG, primero en Miraflores y luego en Chorrillos.
Debía capacitar a los empleados, de manera que en cualquier tienda
hubiese algún “colaborador” dispuesto a interpretar los pedidos de turistas
angloparlantes que quisiesen comprar orégano, culantro o perejil. Se dictaron
esas clases y se contrató a un profesor por tienda, para atender a los gringos
que cayesen por el supermercado y quisiesen preparar un plato de ocopa. No era
únicamente un curso. E. Wong, les daba a sus colaboradores, un plus para la vida. Los estudios que necesitaban para progresar y quizás,
encontrar mejores oportunidades laborales: cómputo e inglés, por ejemplo. Ahora
es moneda corriente, pero hace treinta años, no.
Buen pago, puntual y justo.
En los años que trabajé con ellos, encontré mística, alegría y muchos
colaboradores con la camiseta bien puesta.
Fueron años de aprendizaje para mí, pues nunca había trabajado como
profesora para grupos grandes. Los estudiantes iban del jefe de
tienda al empaquetador, todos juntos en las pequeñas y cómodas
aulas.
Diría que la E, aparte de los nombres de la familia eran la del Entusiasmo, Empeño, Esfuerzo y Empatía. Ganas de servir y alegría al trabajar.
Recuerdo a todas las cajeras con las uñas pintadas de rojo y con un moño alto,
bien ajustado. Sonrientes al recibirte y despedirte, no con el ceño adusto de
hoy, que no es debido al Covid.
Recuerdo que en
Atención al Cliente, tenían la indicación de cambiar productos aun constatando
que no habían sido adquiridos en esa tienda sino en la competencia. El cliente
siempre tenía la razón: así se ganaban más y más
"hinchas", gente tramposa incluida. Ahora te piden casi las cámaras con videos
que prueben que compraste ahí. Al salir de la tienda debes pasar por la
revisión de vouchers y compras, algo nunca visto. Me incomoda, no robé nada,
les juro. Sé que hay muchos "tenderos" pero ¡mejoren sus protocolos
de seguridad! Hablando de robos: recuerdo la galería de fotos, con amigos de lo
ajeno, en trastienda, para que todos los colaboradores estén muy atentos:
¡chicas regias, con uniformes de bancos y señores enternados,
llevando media tienda dentro de los sacos!
Recuerdo celebraciones de Padre y Señor mío, por el Día del Trabajo,
sagrado en esas épocas, aun cuando trabajasen el mismo día de Navidad y Año
Nuevo. Con comida y más comida, música y diversión. El famoso Corso
de Wong en el que cada tienda presentaba un número en el que los trabajadores
sacaban a relucir sus cualidades artísticas.
Vi preparar, los años que trabajé con ellos, los almuerzos diarios
en trastienda, para todos los colaboradores: sabrosos, elaborados con los
mejores ingredientes: todos traídos de la misma tienda. Productos de primera
calidad, sin escatimar en nada. No sé cómo será ahora pues no ingreso a una
trastienda del supermercado, hace una punta de años. Puedo apostar que, por
dentro, también cambiaron las cosas, en fondo y forma. Cambió la atención
esmerada, la calidad de los productos y el servicio que brindan.
Sigo yendo a Wong, sin E. Encuentro tantas diferencias que no sé por qué
sigo comprando ahí. ¿Será que el hábito hace al monje? Solo sé que
en algún lugar, en el curso de estos años, con la venta de la empresa a otro
grupo económico, se perdió la mística, la gracia y las ganas de atenderte con
Entusiasmo.
Alicientes, incentivos y buen trato al trabajador. Inclusive con sueldos
bajos, se puede lograr mucho en una empresa que realmente se preocupe por el
bienestar del empleado. De lo contrario, pueden perder para siempre esa E.
Definitivamente ellos marcaron un antes y un después en la historia de los súper mercados en el Perú, luego muchos quisieron imitarlos, ninguno lo logró pues la valla estaba bien alta, pero por lo menos en esa búsqueda los beneficiados fuimos los clientes. Efectivamente comprar en E. Wong era un placer imposible de olvidar!!!!
ResponderEliminarMuy cierto, lo había notado, pero no sabía explicarlo como tú.
ResponderEliminarMe sigue gustando. Visto de dentro, debe ser diferente.
ResponderEliminarTienes razón, como siempre. Si cobran tan caro todo, deberían ofrecer un servicio óptimo.
ResponderEliminarMe acuerdo haber recibido regalos por mi cumpleaños en la puerta de mi casa y haber participado en más de 1 focos group. Por suerte, en el Wong de 2 de Mayo, que es al que yo voy siguen siendo amables aunque te encuentras por ahí uno que otro u otra que no lo es tanto, y estamos tan acostumbrados al buen trato de E.Wong, que cualquier falta de amabilidad ahí siempre sorprenderá. Me acuerdo una vez que fui después de haber tenido a mi segundo hijo y la chica de recepción me dijo ooh señora y qué fue? Niño o niña? Y se puso a buscar, y me dijo no tengo nada para bebé pero aunque sea le doy esto y me entregó una gorrita negra de no sé que marca de licor... tiempos aquellos
ResponderEliminarA mi me encantaba ir a E. Wong con mis papis a hacer las compras. Diferencia abismal con las demás en todo sentido. Mi mami llenaba a full el carrito y mi papi a la hora de pagar le decía "solo te faltó comprar al Chino". Siempre se repetía la misma historia.
ResponderEliminarcierto, aunque me he cruzado con puros jóvenes vibras. Los tiempos cambian y no siempre para mejor.
ResponderEliminarRecuerdo cuando mis papás estaban de viaje en mi época de universidad y tenía que hacer las compras. Aprendí cómo hacerlas en Wong. Luego recuerdo también el día que abrieron la Tienda de Chacarilla y yo era el segundo en la fila.Al visitar algunos supermercados en America y Europa, solo encontré un nivel similar en USA,Brasil y México y aún así en Wong te engreian algo más y era motivo de alegria saber que teníamos una tienda que estaba entre las mejores. Ahora no es ni un remedo de su pasado y cada vez que puedo se los recuerdo con mucha ironía por todos lados.
ResponderEliminarMuy cierto y una pena, sin embargo siguen siendo mejores . Vamos de mal en peor? parece que si, en todo sentido.
ResponderEliminarMuy cierto lo que dices querida amiga y todos compartimos el mismo sentimiento. Antes era un placer comprar. Ahora la magia se acabó. Da lastima que una empresa que tuvo un prestigio en el pasado no lo haya conservado por más que los dueños hayan cambiado, no se justifica.
ResponderEliminarVivanda es una buena opción.
ResponderEliminarTodo tiempo pasado fue mejor.
ResponderEliminarCambia de tienda, querida amiga.
Todo tiempo pasado fue, lo que siempre cambia son las condiciones, esas condiciones, las que percibimos y comparamos tienen puntos de vista y necesidades diferentes. Se dice que es evolución y la adaptación es la única forma de seguir.
ResponderEliminarBuenas tardes profesora.
ResponderEliminarEs cierto lo que usted comenta.
Había una mística, éso no viene por azar, eso se tiene que inculcar, trabajar día a día.
Todo éso ya se perdió, ahora es parte de la historia