¿Manyas?

 




Pablo Fernández, Profesor de Psicología Social en la UNAM, publicó un ensayo sobre el uso de diminutivos en español en el que señala que sirven para suavizar el lenguaje, y otorgarle un matiz amigable, incluso a las órdenes. Lo usamos muchísimo y es algo que no todos los gringashos pueden comprender.

Utilizamos preguntas indirectas con el adverbio NO, solo para corroborar algo. Siempre le digo a mi enana # 4: “sacaste al perro, ¿no? poquito complicado de entender para un extranjero, al inicio; luego aprenderán el español mejor que nosotros y lo utilizarán con una corrección que abruma. Lo mismo sucede con las mil y un interjecciones que solo nosotros dominamos o las dos mil palabras de comida que usamos al referirnos a distintos temas: ¡qué zanahoria!, ¡qué palta!, ¡qué vaina!, ¡qué papaya!, ¡qué piña!, ¡qué yuca!, por ejemplo. 

Mención aparte merece el uso de “AHORITA” que podríamos definir como un futuro tan poco concreto como incierto. Decir “ahorita te caigo” puede significar que voy, que no voy, que pueda que vaya en una semana, en un mes, o quizás nunca.

Los desencuentros se dan inclusive con países con los que compartimos el mismo lenguaje. ¿Qué sucede con todo el tema cultural, con nuestra idiosincrasia y todo lo que para nosotros es  válido pero que a un extranjero, poco menos que le espanta?

En mi sesión de letras, con amigos que comparten los mismos gustos literarios, nos tocó discutir un  cuento de nuestro genial J.R. Ribeyro  “Solo para fumadores”, magnífico, como todo lo que salió de su pluma. En una parte del ensayo, nuestro afamado escritor relata la humillación que sintió al pedir fiado un par de cigarrillos, en sendos países del primer mundo, en situaciones de emergencia (que solo los viciosos del cigarro pueden entender). Sus interlocutores de turno salieron poco menos que horrorizados ante lo que el escritor denominó “una práctica de asistencia mutua”. No  conciben el acto de fiar, no lo entienden, no pertenece a su mundo. Punto para el Perú solidario, aun cuando cada vez más bodeguitas pongan el letrero que reza “HOY NO FÍO, MAÑANA SÍ”

Cuando un peruano vive en el exterior –vaya que hay millones (mis hijos y hermanos incluidos)- debe asimilar otra cultura y debe mimetizarse de manera que las diferencias no sean tan notorias. “Al país que fueres harás lo que vieres”, repetía mi abuelita hasta el cansancio, cada que  alguno de sus nietos partía. Ancianita inteligente, entendía que quizás no regresarían en mucho tiempo, si es que lo hacían, por lo que debían habituarse a nuevas reglas culturales, para una mejor convivencia.

Nuestros autoexiliados patalean en muchas de las costumbres netamente peruanas. Les dejo algunas que me han referido,  pues las han vivido en carne propia:

 

- La impuntualidad:  cada vez somos menos impuntuales, es cierto, pero aún nos ganan por goleada. En Europa, por ejemplo, a una reunión acudes a la hora pactada o minutos antes, no como nosotros que lo hacemos media hora después.  Vemos mal llegar con tanta exactitud a una reunión social (pensamos que el anfitrión ni siquiera tiene todo listo). By the way, he asistido a  once sesiones de capacitación para Voluntarios del Bicentenario y en NINGUNA han empezado puntuales. Mala señal de los organismos estatales que dirigen este apoyo social.

- El regateo: no concebimos comprar sin pedir rebaja. Es “rude” en otros lares: el precio que figura es el precio, no un par de euros menos.

- Acá los hijos de tus amigos se convierten automáticamente en tus sobrinos y tú, la tía-tía. Allá, con las justas te saludan.

- Parte de nuestra educación machista concibe el hecho de que “el hombre te paga la cuenta”.  En otros sitios nadie te paga nada. Se puede considerar hasta ofensivo, pues pareciera que no estás en la capacidad de hacerlo. Mi cuenta la pago yo, y me abro la puerta del auto, no espero a que un “caballero” lo haga, a no ser que sea manca o esté enyesada. Eso es parte de la igualdad tan pregonada, (y poco conveniente para peruchas misias), en otras latitudes.

- La desconfianza…no existe. Es decir nadie va a guardar las joyas de la corona en algún recóndito lugar en la casa. El dinero y demás están a la vista de cualquier visitante.

Le acaba de suceder a mi hija, a la que le encargaron hacer unas compras y al dar el vuelto,  entregó el ticket de compra para que la persona viese cuánto había gastado. Casi le tiran la boletita por la cabeza. Nadie te pide recibo, nadie revisa nada. Confían en ti, de plano. Le dijeron con sorna “no estás en el Perú”.

- La libertad absoluta en las parejas, para salir cada quien por su lado, inclusive a bailar.  Algo impensable aquí, aunque creo que eso está cambiando entre los jóvenes.

- El plan de las terrazas, que se encuentran en todos lados y que ahora en MODO COVID, resultan muy sanitarias. Por lo menos una vez al día recalas en alguna, por un café, cerveza o tabaco. Hablando de esto último: siguen fumando harto aunque no sea sano ni bueno. 

- La gente es directa-DIRECTA. No como nosotros, bastante hipócritas, dando mil vueltas al asunto para no soltar ese rotundo NO.  Son tan directos que te dirán en tu cara arrugada y cachetona lo que piensan.  Podrías creer que están sacándose los ojos, pero no.

- Acá te abrazan, te besan y te apapachan desde el primer saludo, allá no. Aléjate, por favor. No ingreses a MI ESPACIO.

- Acá los trabajadores en las oficinas se juegan todo tipo de bromas, de todos los colores, siendo el rojo bermellón el más usado. Allá podría ser una tremenda causal de despido. Hablando de oficinas, aquí conversamos de todo, inclusive temas personales, allá son más cerrados; se habla de trabajo y punto. Tus compañeros de trabajo, son TUS COMPAÑEROS DE TRABAJO, no tus pinkies como en nuestro país, a los que les cuentas tu vida y milagros, con entrantes y salientes.

- Allá no existes sin agenda. No puedes caer a tomar un café en casa de alguien. Tenemos que agendar, dentro de diez miércoles, para vernos, a las 6 en punto. Nadie te  tiene que recordar el día anterior la cita, y nadie te dejará plantado. Esa tarde, minutos antes o a la mismísima hora pactada, estará la persona con la que quedaste para el cafesinho.

- ¿El vaso de chela compartida, tirando al piso la espumita restante? ¡NO WAY! Felizmente, esa camaradería y señal de amistad profunda, está en franca retirada, por el Covid.

- En nuestro Perú todo gira en torno a la comida. TODO…

…si lo sabré yo…

Comentarios

  1. Me han sucedido algunas de esas situaciones y más...

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  2. Perfecta descripción. Aquí la palabra vale y parte de eso es la puntualidad.

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  3. Muy cierto, Senescienta. Yo tuve que aprender muchas éticas culturales cuando me mudé a USA. Siempre me acuerdo del refrán "En Roma, haz como los romanos"...

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  4. Todo eso lo he vivido en otros países. Lo único que no he visto, es el tema de la cerveza.
    Muy bueno como siempre.

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  5. Bueno, cada país tiene sus propias costumbres y formas de vida, los extranjeros también encuentran en nuestro país muchas costumbres y comportamiemtos agradables y acogedores: nosotros en el extranjero tb encontramos cosas que nos agradan y otras no, más aún si te vas a vivir a otro país, porque una cosa es de turista donde todo nos parece hermoso y otra de residente en un país extranjero. He viajado algo, no tanto como quisiera y sigo pensando que amo vivir en mi país con sus defectos pero también con sus maravillas. Buen artículo Senescienta, as always!

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  6. Haces referencia a las variedades del español, y claro, estas siempre han existido. Como no recordar nuestras clases de lingüística!!! Slds 😊🙋

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  7. ¡Muy cierto, amiga! Mi esposo llevó su carro al taller y le cobraron en mi opinión una exorbitancia. Él pagó no más sin discutir. Cuando me contó me molestó y le dije porque accedió no más a tremendo precio. El tranquilo y yo molesta. Mis hijas que estaban escuchando le dijeron a su papá: para la próxima anda con mamá porque a ella le encanta regatear, y es bien persistente.Aclaración: esposo e hijas 🇺🇸, yo 🇵🇪 con muchos años viviendo fuera pero esa costumbre todavía me queda ( tengo el sello Made in Perú

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  8. Cada pais tiene sus cosas bellas y oscuras... Esta en uno adaptarse, tolerar , entender, respetar, transformar ... cuando decides salir a otro pais... En lo personal siempre respete. Pura Vida!!!!:)

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  9. Excelente!! Pero hay costumbres y palabras que tal vez te gusten y las vas a adoptar, en otros casos para nada lo haces, pero respetas... Y sigues haciendo o diciendo lo tuyo, en mi caso... También soy Peruana!!!

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  10. Más accurate imposible ancianita. Totalmente cierto 👌🏼 Extraño Perú y el trato amable y cariñoso de la gente! Hozhtia

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  11. Es cierto. Existen muchas expresiones que en otros países suena mal. O por lo menos tiene otra connotación.
    Un saludo cordial y muchas gracias por compartir.😊

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  12. Si aca estamos en otro mundo el machismo esta en hombres y algunas mujeres tambien es el adn de la crianza tipica de los paises latinos nadie se salva idiosincrasia nos guste o no

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  13. Acá negarte cuanto te piden algo es un sufrimiento a pesar que no lo puedes hacer, dar o lo que fuere. Allá si no se puede es NO y no hay tragedia ni sufrimiento.

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