Anita, la escritora.


Desde chiquita admiré a Ana Frank, por haber sido capaz de escribir un testimonio de vida tan poderoso, teniendo todo en contra.   

Dejó un legado histórico,  de primera mano, que reflejó las atrocidades de una época que preferimos olvidar.  El valor literario de su única obra, escrita a los trece años, es incalculable.  Es  utilizada por profesores de todo el mundo, cuando intentan darle una mirada distinta a la guerra y quieren explicársela a sus estudiantes. Su diario habla de esperanza, de amor y de fe. De solidaridad, de reflexión y dolor.

A inicios de este extraño semestre académico, dejé a mis alumnos la lectura del Diario de Ana Frank. No solo porque nos encontramos encerrados  debido a una guerra viral, mundial, sino para que se empapen de hechos históricos que desconocen, debido a lo precario de nuestro sistema escolar.

Mi hija # 1, a quien he heredado la admiración por Ana,  me recomendó ver Historias paralelas, documental de Netflix sobre su vida. Con la super Helen Mirren como relatora. Visto desde la perspectiva de una chica judía de 15 años, está muy bien logrado.

Si Ana estuviese viva, sería menor que mi mami.  Wow. Murió de la manera más triste imaginable. Esto se recrea en el documental y es relatado sin el dramatismo usual con que se abordan estos temas. Se entrevista a cinco sobrevivientes que van desengranando sus poderosos e imborrables recuerdos.

Pedí a mis alumnos, una última tarea sobre el libro: una entrevista a su personaje favorito. Casi todos eligieron a la protagonista. Le "hicieron " todo tipo de preguntas: ¿qué sentiste cuando Peter, te dio el primer beso? ¿De dónde sacaste esa fuerza de mente, cuerpo y espíritu, siendo una niña? ¿Qué pensamientos cruzaron por tu cabeza, en el largo trayecto hasta el campo de concentración? ¿Cómo fueron los últimos días junto a tu hermana Margot, en Bergen Welsen?, etc.  Solo un alumno eligió a Miep Gies, una de las fieles amigas de la familia Frank, que los ayudó a   mantenerse a salvo, los dos años que vivieron en el “anexo”.

Mis dos brujitas, las Alis, me recomendaron hace poco, Escritores de libertad,  con la ganadora del Oscar Hilary Swank. Me dijeron, “te va a gustar porque hay escolares que escriben”. Con esa vaga referencia, la vi a ciegas y resulta que el grupo de alumnos escritores,  después de  leer un libro ¡Ana Frank! consiguen lo imposible: la visita en su salón de clases, de un suburbio pobre de Long Beach, de la mismísima Miep Gies,  ancianita, que relata, con lágrimas en los ojos, recuerdos imperecederos de la familia Frank.

Desde chica, el tema de la Segunda Guerra Mundial, me electrizó, no por la guerra en sí, sino por lo tiranos e insensibles que se pueden tornar los seres humanos, cuando llegan al fanatismo y su mente se desquicia. Logré ver, en épocas de enciclopedia Británica o  Sopena, unas cuantas fotitos minúsculas del Holocausto. Mis alumnos, en cambio, consiguieron hasta videos de Ana Frank.  San Google, ¡qué haríamos sin tí!

Demasiados años después de leer a Ana, cumplí uno de mis sueños: visitar un campo de concentración. No me considero sádica, morbosa o masoquista, es más, media visita debí taparme los ojos. 

Puedes tomar fotos, pero no te provoca. Igual, recuerdo, casi todo. Desde el tren, fuimos conversando con un grupo de americanos que harían la misma visita que nosotros.  Charlamos de lo más animados. Nos separamos en las rejas de ingreso. Los volvimos a encontrar en la visita guiada en Dachau. Recuerdo, además de los horrores graficados de la guerra, el rostro de espanto de uno de los turistas estadounidenses. No podía hablar, solo lloraba y su mirada reflejaba horror. Tenía tal palidez en el rostro, que parecía salido de una de las terribles fotos.

El recuerdo de mi consuerte es de cuando ingresó a una habitación grande e inmediatamente sintió una vibra muy fuerte, muy fea, muy pesada. Se encontró en esa habitación, solo con su alma (no abundan los turistas en los campos de concentración y los entiendo perfectamente). Al salir, vio un letrero con la foto de ese mismo cuarto, con cuerpos apiñados hasta el techo, que luego pasarían a los hornos de cremación.  Yo no lo esperaba, imposible, con la avidez que tenía por  ver todo lo que podía: fotos, vestimentas, diarios de la época, que solo me hacían recordar la frase de Miro Quesada " el periodismo puede ser la más noble de las profesiones o el más vil de los oficios": la prensa puesta al servicio del Tercer Reich, de manera que fuese más sencillo lavar el cerebro del pueblo alemán. Recién ahí pude entender todo el engranaje  que maquinaron los nazis, de manera que todos creyesen la necesidad de “la solución final”, término que utilizaban para ejecutar el plan de exterminio de toda la población judía en Europa. 

Abandonamos el campo callados, cansados, pensativos.  Asqueados.

Añadiré que antes de pisar Alemania, sentíamos un poquito de recelo, pues, quizás podríamos encontrar vestigios de intolerancia y discriminación (había visto en  el noticiero ataques de neonazis a grupos de extranjeros). Todo lo contrario: nos topamos con gente amigable, sonriente y servicial. Nos encontramos con un país de ensueño, con el castillo de la Cenicienta, el firme: Neuschwanstein. Queda en el pueblo más pintoresco, la postal más linda que uno pueda imaginar.   Este país renació de los escombros que dejaron los bombardeos aliados. Perfecto ejemplo de ello es esa maravilla arquitectónica de la Catedral de Colonia: imponente, majestuosa, gigante.


Cada quien puede documentarse como mejor le parezca, o no documentarse, que es lo que hace la mayoría: mirar hacia el otro lado. Lo cierto es que el racismo y la segregación, los refugiados y la crisis migratoria en Europa y aquí, con venezolanos, existen, duelen y podrían doler más si no se toman cartas en el asunto, de manera que el pasado erróneo jamás se repita.


Comentarios

  1. Me gusta leerte... Claro, ameno y muy interesante. Felicitaciones una vez más.

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  2. Ya sé q los fds llegan tus textos. Los esperamos en casa, junto con el periódico. Gracias.

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  3. Les daré a leer a mis hijitas el diario de Ana Frank. Se ve muy buen libro.

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  4. Una visión real , una historia escalofriante, un resumen que toda la humanidad debe tener presente siempre. Buena historia, buena remembranza !!

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  5. Solo aquellos que leyeron o vieron documentales sobre el genocidio judío tiene una idea del horror de lo ocurrido en la segunda guerra mundial. Igual genocidio ocurrido en toda América. Felicitaciones.

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  6. Lo leo de primera a última línea por te jala la lectura. Bien ahí

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  7. Muy buen resumen, muy claro. Solo mejoras y mejoras.

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  8. Amiga querida tienes la gran habilidad de transportarnos en tiempo y espacio a tus vivencias, sentimientos y percepción de la vida. Eso te hace una buena escritora, aunque no sé si eso de "buen' o" mal" escritor sea una apreciación pertinente, lo único que sé es que me encanta leerte... No dejes de deleitarnos con tus reflexiones...

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  9. Es cierto. Supo plasmar el dolor vivido con mucha naturalidad. Con esa aparentemente naturalidad que transcurría el día a día.
    Deja grandes enseñanzas de vida.

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  10. Miseria humana vs resiliencia, fortaleza , supervivencia pese a las adversidades... Un episodio en la historia q es muy dificil de olvidar.

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  11. De chico mis padres consideraron que era importante que vea la serie Holocausto y lo veía acompañado con ellos.Quedé impactado por ello y leí a Anna como comole mentó. Años después en Europa no seguí al grupo con el que estaba hacia Auchswitz, me quedé en Praga ya que consideré que ya había visto lo suficiente del Holocausto aunque creo que nunca lo será y siempre aparecerán imágenes y descubrimientos sobre una de las peores partes de nuestra historia como seres humanos. Conocerlo te ayuda a ser más empático y tolerante y en especial en estos tiempos que hemos tenido una alta migración de venezolanos que vienen de una situación atroz y solo un puñado,como también. los hay entre los nuestros afuera, son gente de mal vivir. El resto, tiene todo el derecho de progresar en esta tierra.

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  12. Lo que sorprende de Alemania es que luego de 02 guerras mundiales sea hoy una potencia y haya recuperado ordenadamente su poblacion

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