Gajes del nuevo oficio

 

Seguimos en medio de la vorágine virtual. También con la avalancha de información,  webinars,  calls, Zooms, BBs: nuestros sentidos siguen direccionados hacia la pantalla. Sea cualquiera la  especialidad, mientras se trate de teletrabajo, giraremos en torno a una computadora, o en el peor de los casos, a un celular. Conectarse o morir, parece la consigna.

 

Desde el primer día de la pandemia y  conforme iba prolongándose la cuarentena, nuestra realidad laboral varió a trabajar de lunes a domingo, sí , domingo. Total, estás en tu casa ¿no? agradece que tienes trabajo y dedícate 24/7 a aprender, rapidito, todos los comandos, herramientas, bondades y botones de las nuevas aplicaciones, de manera que  sigas funcionando cual reloj y que sigas siendo productiva, de lo contrario te dan foratta.

 

      Hablando de despidos, hay uno que suena  bonito: “suspensión perfecta”.  Nunca la perfección me sonó tan mal.

 

Para no morir en el intento de seguir siendo efectivos o no infartarnos, se necesita visibilidad, se requieren plazos y cronogramas de trabajo claramente establecidos. Algo que, de acuerdo a mis chats, con amigos de las más diversas especialidades, está fallando en muchas empresas. El teletrabajo, no implica que, por tener que guarecernos en casa debido al malhadado virus, debamos dedicarnos únicamente a trabajar.  ¿Horarios? Recuerdo esa palabrita que, de repente, pasó de moda.  Deben establecerse claramente y cumplirse, de manera que el haber llevado la chamba a casa, DEBIDO A UNA CRISIS, ténganlo bien clarito, no signifique una hecatombe familiar. Créannos, señores empleadores: no elegimos trabajar así; nos hemos visto arrastrados a esta única opción laboral y nos cuesta, ¡es todo un proceso de adaptación! No me digan: si no te gusta, renuncia. Sé que no tenemos otra opción, y que debo sentirme afortunada, ¡por supuesto que sí! pero ¿por qué no tratamos de hacer más llevadera la situación,  para todos?

 

Existen ocupaciones y tiempo de familia que debemos tener, de lo contrario, el burnout con todos los problemas de salud que conlleva, nos puede jugar en contra; ahora más que nunca, debo tener las defensas más altas que yo, para que el  virus no quiera residir en mi ancho ser. By the way, mi cuerpo va imitando la  forma del Covid y es un  círculo perfecto. No me culpen: justo cuando empezaba a gustarme el yoga, el gimnasio y el baile, ZAS, me cortaron casi todo, de golpe. Digo casi, porque siempre me quedará la salsa, para las noches. Nuestra “nueva normalidad” es: un poco de baile y un poco (más) de trago. Chilcanos, vinitos, chelas y lo que encontremos en nuestro poco surtido bar: ¿para qué guardar los buenos licores?  ¡No más! ¡Qué mejor celebración que estar vivos,  sanos y que el virus no haya asomado por estos lares!

 

Dentro de las muchas lecturas de especialistas sobre el teletrabajo, la OIT ya lanzó clarinadas de alerta: hay muchos teletrabajadores, con estrés y escuatro y,  debido a ello, insomnio y/o  dolores musculares.

 

Es importante que cuando el área  cuente con  recursos, de personal y/o económicos, se aligere esta repentina sobrecarga laboral y emocional.  No pido la silla ergonómica que algunas empresas han mandado a las casas de sus empleados, ni las lap tops con los mejores softwares y routers con super poderes, pero sí exijo, que vuelva la paz a mi hogar. No quiero esta invasión de avatars, en la cocina, comedor, sala, salita, dormitorios, ¡nos tienen rodeados!

 

Las empresas deben recordar que para el empleado,  no se trata sólo del incremento de Internet, electricidad, de alguna reforma en el hogar que, repentinamente pasó de estar vacío todo el día, a  ser invadido y armado con cubículos: cada quien elige su mejor espacio, el mejor ángulo con la vista perfecta. Es todo un despliegue realizado en casa, para lograr la “teletransportación”, pero, que eso no conlleve a  romper, aún más, la tranquilidad en el hogar, los horarios y ritmos,  pues  redundará en detrimento de la productividad.

 

Es cierto que, muchas veces, el aislamiento nos vuelve más productivos y concentrados en nuestra labor, así que aprovechemos ese plus. Acá, entra en juego, obviamente, la autorregulación y la disciplina, pues no estamos siendo vigilados. Finalmente, se nos exigirá resultados. Somos profesionales y la vamos a hacer linda, no se preocupen queridos jefes, solo dennos un coffee break…mejor no…¡lo tengo que hacer yo!

 


Comentarios

  1. Eres una total capa!!

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  2. Ya nos acostumbraremos y no vamos a querer salir de la casa.

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  3. Y como haces para controlar que tus alumnos no se copien.

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  4. Como siempre, me lees la mente.

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  5. Totalmente de acuerdo Senescienta, esto parece imparable, roguemos que todo se vaya reacomodando en el camino por el bien de todos...

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  6. bueno esta situacion es algo insotito no lo esperabamos pero nos hemos adaptado rapidamen pero con la esperanza q terminara en el corto plazo y podremos regresar al trabajo presencial y a nuestras actividadea sociales... Sldos

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  7. totalmente de acuerdo esto es algo insolito la tercera dimension estan aplicando la curva exponencial ojala se vuelva asintotica en el corto plazo y regresemos a nuestras actividades.....

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  8. Ojalá a nuestros jefes. quienes también están en cuarentena, hallan percibido la gama de sentimientos y estados que esta pandemia ha traído a nuestras vidas y tomen decisiones más empáticas al retorna a la Nueva Normalidad.

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  9. Muy cierto : uno esta en casa pendiente de su trabajo y las empresas se tienen que adaptar a esta nueva situacion.

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  10. Es cierto todo lo que dice usted. Ahora la frase es: "lo quiero para ayer".
    Algunos amigos queridos están renunciando.
    No sé toma en cuenta la persona. Solo cuenta lo que produce, los "objetivos, perdón las capacidades que debe tener para lograr las

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  11. Ya sea en oficina o virtual el ritmo de trabajo corresponde a la persona.

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