¡Coronavirus a mí!
El mensaje que más me gustó por el Día de la Mujer, se refería a que debíamos celebrar los 365 días. ¡Sí! Celebremos: la vida, la fuerza, el empuje, amor, inteligencia, bondad, delicadeza, ternura y garra (como la de la U, ayer en el clásico) que ponemos a cada uno de nuestros actos.
No soy feminazi pero quisiera un mundo menos machista, donde realmente seamos y valgamos lo mismo que los hombres. Donde nuestros deberes y derechos sean similares. Donde caminemos seguras, sin temor a que algo nos suceda. Donde puedas ser tú misma, con todo lo bueno que eso signifique para tí. Donde no actúes, pensando en el qué dirán o en agradar al resto. La única que debe ser y estar totalmente feliz con su vida, eres tú. Si tienes kilos o arrugas de más y te sientes cómoda así, pues qué bien que no te creíste la idea marketera de ser delgada, alta y rubia para parecer medianamente exitosa.
Si te gusta bailar sola, cantar con todos los gallos del corral, leer, escribir, ver Netflix, caminar o correr, pues hazlo. Nuestra vida de mujer, siempre está llena de sacrificios, pequeños o grandes, por nuestros padres o por nuestros hijos. Por nuestro esposo o por nuestros hermanos. ¡Basta ya! es nuestro tiempo, aquí y ahora.
Hemos avanzado mucho, pero aún nos falta luchar por alcanzar más ideales, libertades y amores. Más paz, con nosotras y con nuestro entorno.
Estoy viajando en tiempos del coronavirus. La cosa está fea, la gente está nerviosa por todos lados. Un estornudo suena casi como una bomba nuclear e inmediatamente la gente voltea a mirarte con cara de que están viendo bacterias y virus, caminar por tu rostro. Sorry, estornudé porque soy super alérgica, pero no es para tanto, no me miren así que no porto la enfermedad... A mi consuerte le vino una seguidilla de estornudos en pleno avión, ¿yo? no lo conocía, y al igual que los demás pasajeros, lo miraba con cara de odio.
En Migraciones me tomaron la temperatura a mí y a las 150 personas que llegaron conmigo. Vi gel desinfectante por todos lados. Qué diferencia con nuestro país que, hasta en eso, pareciera que están lucrando ¡no encontré un solo alcohol en el aeropuerto!
Creo que no les está gustando nadita, a los trabajadores de los terminales, que la gente viaje. Parecen decirte ¿por qué vienes? ¿no sabes que el coronavirus está rondando por aquí?
Sé de gente que ha cambiado totalmente sus planes de viaje por temor a la posible pandemia. ¿No quieres endosarme tus boletos, Pilar? Me sacrifico por la causa. Dice mi consuerte que cuando viajo, desde el aeropuerto me cambia el rostro, a uno de dicha total. Es cierto: me encanta viajar! En otra vida debo haber sido astronauta o piloto.
En este viaje, hecho cual rayo, asistí a un matrimeneo lindo, con novios que parecían unos muñecos de torta, por lo bonitos y primorosos que son.
Las costumbres son muy parecidas, aunque en lugar de arroz o pétalos, se lanzan globos.
Obviamente, para no perder la costumbre, llegamos cuando la ceremonia, estaba por terminar, shhh. Nadie se dio cuenta. Nos sentamos como si hubiésemos abierto la Iglesia. Al menos no nos pasó como en la boda de mi amiga Hilde: llegamos tarde pero, según nosotros, alcanzamos la ceremonia, ufff, qué alivio... Resulta que cuando se voltearon los recién casados, no era mi amiga, sino la pareja de la boda siguiente!
¡Guilty of charges! Prometo que cuando se casen mis hijos, llegaremos puntuales!
En esta espléndida boda he podido corroborar que la juventud se impone. Qué lindo bailan, para qué coreógrafos, si ellos bailan perfecto todos los ritmos de moda. Qué alegría derrochan, qué figuras regias, de chicos y chicas. Que nuestros hijos aprovechen sus días en divertirse sanamente, mientras puedan. Que gocen y gocen!
Esta ciudad nos recibió con bastante más limpieza y orden de lo que pensaba, lo que me causa un poco de envidia. Me pregunto: por qué mi Lima no puede ser así?
Ya sé la respuesta: EDUCACIÓN.
Siguiendo con este viaje, pude comprobar que no importa la media vida que pase sin ver a tus parientes y amigos. Cuando te reencuentras, es como si te hubieses visto la semana anterior. Las buenas vibras hacen que las bromas y los recuerdos fluyan cual torrente y te das cuenta que el tiempo solo pasó en los rostros y cuerpos. Todo lo demás sigue igual a como lo dejaste. En eso consiste la vida: en que no te sobrepase y haga que tus sentimientos y emociones varíen. Que todo envejezca menos tu alma.
Eres una genia!
ResponderEliminarNo sé te ocurra estornudar. Muy bueno.
ResponderEliminarbien chistosa,tocaya...cada vez mejor!!
ResponderEliminarEfectivamente amiga, lo comido, bebido y bailado no nos lo quita nadie. Coincido absolutamente contigo en que, todo envejezca menos nuestra alma y eso no siempre es espontáneo, es algo que debemos proponernóslo, buscar cada pequeña o gran oportunidad que la vida nos da de relajarnos, reírnos, disfrutar, porque la vida está hecha de eso, de momentos, lo demás puede ser solo rutina. Espero tu siguiente post, me entretiene mucho leerlos...
ResponderEliminarMe gusto. Vivir el presente !! Feliz y Agradecida. Muaaa!!!!
ResponderEliminarY DALE U
ResponderEliminar