La más más
Recuerdo la época en que se
escuchaba radio. Todos los fines de semana, se anunciaban los rankings de
canciones, hasta llegar a la "Más Más del Año".
No sintonizo un dial hace media
vida, quizás haya cambiado. Ahí lanzo mi ranking general, con un pequeño
resumen del porqué de cada elección.
Tengo mil canciones preferidas pero si debo elegir,
me quedo con:
“Every woman in the world” de Air Supply, cortavenas,
lacrimógena total. La segunda, no es una balada, sino una salsa: “qué locura
enamorarme de ti” de Eddy Santiago. Esas canciones son mías...y de mi amiga Erica (aunque quizás ella
no lo recuerde). Las bailé, por primera vez, hace una punta de
años, con el que se convertiría en mi esposo y, desde ese entonces, son
mías y cuando me siento melancólica o romántica, las busco en YouTube. (Ahí les
dejo los links, por si no las recordaban)
País: Brasil, aunque por crisis económicas decidimos no
repetir lugares, a este país, específicamente, a Rio, regresaría mil veces. No,
por los garotos; sino por toda su gente: feliz, risueña y despreocupada, aun
cuando no tengan qué comer, inclusive siendo una ciudad con harta inseguridad y
problemas: seguirán sonriendo pues, como me dijo mi amiga carioca frente a la puerta del Clube de
Regatas do Flamengo al que no pudimos ingresar:”tenemos la playa, ordenada y
limpia, apta para todos con purito verde alrededor. Puedes venir en pijama y nadie
te mirará. Tenemos cerveza barata, sin mucho alcohol que podemos beber
todo el día y tenemos feijao preto y, en cualquier lugar, por pobre que
sea, te invitarán un plato, caliente y modesto pero, levantamuertos, ¡qué más
podemos pedir a la vida?".
Parados ahí, la familia en pleno,
con la excelente guía de Carla y Mauricio ¡no pude estar más de acuerdo! No he
vuelto hace como una década, pero estoy segura que sigue siendo así. Si no, recrearé y ajustaré mi memoria, a la medida de
mis bonitos recuerdos.
Playa: cualquiera que le guste a mi esposo para surfear,
porque a mí no me gusta ninguna ... aunque me puedes dar Caribe y me sacrifico… Si él es
feliz, yo también. En estos momentos, por ejemplo, mientras escribo, él está
corriendo olas en Punta Roquitas y yo, respirando aire puro y congelándome
hasta el pelo.
Peli: “I am Sam”, sé todos los diálogos de memoria. La
actuación magistral de Sean Penn, como papá –limitado y amoroso- con Síndrome de Down, me
encanta, me entristece y me causa gracia, todo al mismo tiempo.
Libro: tengo varios. Si debo elegir uno, estando en modo
carioca, diría “Mi Planta de Naranja Lima”, de Vasconcelos. Mi madre me dejó
como tarea ese libro, para el verano de……… y se convirtió en mi libro de cabecera. Escrito de
manera simple sin muchas figuras literarias pero con la mirada limpia y pura de
un niño de 6 años que descubre un día el dolor y se hace adulto precozmente
(recuerdo de memoria lo que dice la contratapa).
Hay otros libros que me dieron, también,
felicidad absoluta: María, por ejemplo,
de Isaacs, aplacaba mis sufrimientos de amores juveniles y siempre me veía
retratada en la heroína, que sufría por mal de amores. “Madame Bovary” o “la Dama de las Camelias”, también
convertían mis noches quinceañeras en tragedias griegas, pero totalmente
ocupadas. (Mil gracias, mami. Sin los libros que me obligabas a leer, mi vida
hubiese sido aburrida. Me apena la gente
que no lee: ¡no saben lo que se pierden!). Nunca me he carcajeado tanto con un
libro como me sucedió con La Tía Julia y el Escribidor, tanto así que mi esposo
pensaba que dentro del bendito libro, escondía algo, pues no entendía cómo
nuestro Nobel podía ser tan jocoso. Los hilarantes enredos del pobre escribidor
cuando se le cruzaron los chicotes, eran una delicia de lectura.
Mi hija me
pide incluir frases
favoritas, pues se piensa tatuar una en el
brazo: THIS TOO, SHALL PASS. La sacamos de una
película en la que actuaba la super Julia Roberts. Te hace reflexionar en que nada es eterno y
por más desesperada o triste que estés: todo pasará.
Frases para cada ocasión cual Hallmark y sus tarjetas, hay muchas en Google,
sin embargo, las que recordaré una y otra vez, son las que siempre me decía mi
abuelita. Tenía una exacta para cada problema. Sabiduría popular que, cada que
le repito a mis hijos, simplemente las
escuchan, como quien oye llover…
La otra frase, de mi amiga Susan Sarandon, es un poquito irresponsable: WHEN
YOU ONLY HAVE A PENNY IN YOUR POCKET, GO GET YOUR SHOE SHINE. Quizás yo
me compraría un pan con ese penny, pero entiendo la idea de seguir regios,
dignos y con buena cara, ante cualquier adversidad.
Si hablamos de comida: ¡todos pierden conmigo! Me precio
de conocer casi todos los restaurantes de Lima. Últimamente con los descuentos
de la cuenta sueldo, vale la pena sacarle el jugo y conocer nuevos lugares y
sazones….aunque mi eterno favorito, mi comfort food, siempre será la
pizza Especial de Don Rosalino, pizzería miraflorina a la que iba con mi esposo,
religiosamente, los viernes de fin de mes, cuando éramos dos chiquillos
enamorados y misios y debíamos compartir una pizza pequeña para los dos. Esta
pizza me sabe a gloria, más que por el sabor, por los buenos recuerdos, de épocas
inciertas pero felices.
Los dejo
porque se me acaba de abrir el apetito
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