Sueños son



Por una frase soltada al azar, se armó la “bronca”  en uno de mis chats. Todo empezó con una amiga que decía que los hombres eran egoístas por naturaleza, idea que varias
para mi sorpresa- secundaron inmediatamente!

Empezaron los argumentos: la mujer es madre y la madre siempre es dadora, desde la vida misma, la mujer da todo de sí,  principalmente a sus hijos, a sus padres, a su esposo, etc. Puede morirse de sueño, cansancio o hambre, pero entregará hasta su último respiro, de darse el caso.
Una amiga me comenta que asiste a un taller llamado “Mujeres que aman demasiado”; ellas al querer en extremo al otro (por lo general, a una pareja que no corresponde a ese amor desmedido) se olvidan de quererse a sí mismas. Ahí empiezan los problemas: si no te quieres, cómo puedes querer bien al otro? ¿Cómo puedes preocuparte de los demás  y de su bienestar y  estabilidad emocional -indispensables para funcionar con algo de decoro en esta vida-   cuando estás hecha un desastre y a punto de colapsar sicológica, física y mentalmente?
Luego, todo derivó hacia un debate de sueños truncos, sea por la maternidad, por el matrimonio, por el trabajo, lo cierto es que si nos preguntan: ¿qué has dejado de hacer en la vida por.?  ¿Qué es eso que pusiste en MODO ESPERA y que nunca pudiste concretar? ¿ qué hubiese pasado si…….?
Nos enteramos de carreras truncas; del súper puesto de trabajo en el extranjero que una amiga rechazó por amor a su primer marido y varios otros “sacrificios”.  La pregunta que sigue es: ¿sientes que fue un sacrificio?,  ¿Te faltó lograr ese objetivo para ser feliz? ¿Quisieras volver el tiempo atrás y cambiar “eso” que dejaste de hacer?  De las respuestas que nos hagamos introspectivamente creo que podríamos sacar nuestra línea de cuán felices somos, cuánto y qué hemos conseguido al amar “demasiado”.
Si les preguntamos a ellos: ¿Qué han dejado de lado? ¿Cómo se sienten al respecto? creo que la balanza se inclinaría considerablemente hacia un lado. Puede deberse al machismo reinante en nuestra sociedad, pacata y modosita, en la que  la mujer  fue enviada a la casa a cuidar críos. Ahora podemos criarlos y estudiar, trabajar y viajar.felizmente los tiempos han cambiado y ya no es necesario sacrificarse (si consideras  que lo has hecho) ni dejar de hacer eso que tanto has anhelado. 
Puse esta frase en la pizarra de mi aula (tomada del cuadro que está como cabecera en el dormitorio de mi pequeñita):

DREAM BIG
MY LITTLE ONE


Espero que esa suerte de pensamiento guía, enseñe el derrotero para llegar a la cima, de lo que mis alumnos y mis hijos quieran alcanzar en la vida.

prosatiradaalmar.blogspot.com



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