Notre Dame

Escribo casi en estado de shock emocional por lo que acaba de suceder hace poquitito a Nuestra Señora de París, con sus 800 años a cuestas. Saldrá en todas las noticias del mundo; ése no es mi tema, sino, el hecho de haberla conocido con las justas, en todo su esplendor.
Me vino a la memoria una conversación con una amiga  que había ido a su traumatólogo, y que cuando le refirió sus planes lejanos de un viaje x las Europas, su médico le dijo: " si quiere viajar, viaje mañana mismo". Ella no viajó  al día siguiente sino varios meses después y no pudo caminar todo lo que se necesitaba, ni conocer todo lo que debía, porque le aquejaba el bendito dolor en las piernas.  Es más, se rompió una de ellas en Venecia y no pudo terminar su tour pero al menos la llevaron en una góndola ambulancia, así que no tuvo que pagar el paseo carísimo con el gondolero...
Apenas me contó sus peripecias, decidí unilateralmente que debía viajar con mi esposo, con caracter de histeria. Empecé a planificar todo con una agente de viajes y zas, llegamos, vimos y vencimos:
Nos volvimos a enamorar en París (no concebía mi vida sin estar ahí y desandar los pasos de Vallejo) Desde siempre supe, por leídas, que todo escritor, debía conocer esa magnífica ciudad para sensibilizarse e  inspirarse, yo casi agregaría que debería ser uno de los Derechos Humanos y que todos deberíamos ir!! (puedo decir con orgullo que he apurado a 3 amigas a viajar, con excelentes resultados).
Siguiendo con mi viaje, recuerdo que me dio muchos nervios llegar a la Capilla Sixtina, por la recatafila de escaleras y  pasadizos estrechos y repletos de gente y de guardias con rifles en prevención de algún posible atentado.  Así como ese landmark, hay muchos en todo el mundo, listitos para colapsar o para ser blanco de algún desquisiado. No podremos conocerlos todos  porque, o viajar cada vez  es más caro o yo estoy cada vez más misia  pero lo cierto es que mi generación debe hacerlo, dentro de nuestras posibilidades, lo más pronto posible!! No solo porque la vida da muchas vueltas, sino porque en alguna de esas vueltas nos tropezamos y nuestros huesitos, ya no tan fuertes nos pueden jugar una mala pasada y nos perdemos el espectáculo que significa apreciar tanta maravilla.
Acabo de leer una frase que una amiga me envió y aunque mi hija me acaba de decir que es más vieja que yo, recién la leo y me encanta:

NO SE VIAJA PARA ESCAPAR DE LA VIDA, SE VIAJA PARA QUE LA VIDA NO SE ESCAPE.

Bon voyage!!!

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